Un whatsapp inolvidable

Miércoles, 10/09/2025 05:37 AM

El 4 de septiembre de 2025 recibí un mensaje de mi nieta Alexandra que nunca olvidaré. Tiene veintidós años, se ha licenciado en Derecho y ya se ha especializado en Tributario. A su edad, lo natural sería una felicitación breve, acompañada de un emoticono, como suelen hacer los jóvenes de su generación. Sin embargo, lo que me escribió fue un verdadero testimonio de vida compartida.

Me agradecía no solo mi compañía como abuelo, sino la educación, los valores y la forma de mirar el mundo que, según ella, la han acompañado desde pequeña. Hablaba de disciplina y sensibilidad, de justicia y buen humor, de autonomía de pensamiento y de sano escepticismo. En definitiva, de aquello que uno nunca sabe si ha conseguido transmitir, y que de pronto descubre, con asombro, que ha prendido en la persona que más quiere, aparte de su esposa.

Su confesión me compensó de muchas soledades intelectuales vividas en Madrid, donde tantas veces me sentí fuera de lugar. Porque, aunque la vida me llevó por Cataluña, Euskadi o Galicia y Asturias, aunque no he residido allí, fue en la capital donde más acuciante sentí la falta de afinidades. Y de pronto, en la voz de mi nieta, me descubrí no solo acompañado, sino reconocido.

Ser abuelo querido es ya un privilegio. Ser abuelo admirado y reconocido como inspirador de la personalidad de una nieta es un honor que difícilmente se puede superar. Estoy convencido de que no hay abuelo en el mundo más afortunado, espiritualmente, que yo.

 

Nota leída aproximadamente 894 veces.

Las noticias más leídas: