Para que no nos mate el dólar el VAD como salida urgente de estabilización

Viernes, 29/08/2025 12:15 PM

Venezuela por diversas razones, no solo las impuestas por los imperialistas, ha llegado a una situación de escasez estructural de divisas, por lo que debemos idear los mecanismos que nos permitan minimizar las causas que generan esta indeseable situación, y que afecta a todos. Es el dólar con sus subidas diarias quien está decidiendo que vamos a comer en la semana. El dólar ha dejado de ser una variable económica para convertirse en una amenaza para la existencia de la nación, del proceso revolucionario, de las personas que aquí habitamos.

Ya no se trata solo del precio al que se cotiza, sino del modo en que establece expectativas, castiga las actividades productivas, el ingreso monetario de la población y de los trabajadores y crea una hemorragia emocional al llenarnos de dudas sobre el futuro inmediato. Nos está ahorcando. Ante esta asfixia, proponer mecanismos de estabilización es una urgencia técnica. Y entre esas propuestas, incluimos nuestra Venta Anticipada de Divisas -VAD por parte del importador que consideramos, ofrece una salida concreta, técnicamente viable y económicamente estabilizadora.

El mecanismo consiste en pedir al importador que adelante la compra de sus divisas en condiciones reguladas, transparentes y reconocidas institucionalmente. La adquisición de divisas deja de ser una concesión a intereses particulares y se convierte en un acto de corresponsabilidad, integrándolos al proceso de generar confianza, pues quien importa no solo mueve mercancías, sino también estabilidad. Ese adelanto que debe realizar el importador, permite que el sistema financiero nacional, a través de bancos y autoridades monetarias disponga de un flujo previsible de divisas que organice el mercado y atenúe los saltos especulativos.

En esta propuesta estamos tomando el tiempo, como el factor organizador pues se hace una venta previa de la divisa, invirtiendo la lógica tradicional ya que es el privado quien inicia el proceso al venderle sus divisas al BCV generando un efecto de comercio anticipado. Y obtiene un derecho de operar en el mercado nacional.

Se produce con ello una revolución en las transacciones cambiarias, ya que importadores y comerciantes trabajarían con las divisas que ellos han generado y el BCV actúa como garante del proceso y el Estado conserva sus divisas para los gastos que planifique. Cada importador manejaría algo así como su propio fondo rotatorio.

Este esfuerzo técnico, sin embargo, necesita una explicación clara que permita su difusión y aceptación. Tiene que presentarse como lo que realmente se quiere que sea, una construcción racional del mercado cambiario donde intervienen, actores productivos, el BCV y la ciudadanía, con el podemos quitarnos la soga al cuello con la que nos ahogan. El mercado es un hecho generado por la sociedad y a su vez genera sociedad, por lo que tiene que servir para su bienestar general. Hay otras formas de controlar el mercado, como es la Caja de Conversión clásica, que en su momento dieron buenos resultados en Brasil y Argentina por lo que fueron atacadas fuertemente.

Una de las causas por la que estas experiencia de Brasil y Argentina decayeron fue que no se concibieron como parte de un sistema financiero y económico más amplio, criterio que acompaña esta propuesta de la Venta Anticipada de Divisas VAD.

Con el VAD el estado ya no tiene la función de subsidiar al empresario ni al mercado cambiario, sino de incorporarlos como parte de la solución. Ni se trata de centralizar todo en el BCV, sino de dialogar, coordinar, normalizar. En este sentido, el mecanismo abre nuevas posibilidades económicas y financieras propias; como una de sus funciones finales es fortalecer el sistema financiero nacional, puede y debe abrirse a nuevas formas y productos que lo fortalezcan.

Pueda haber quien objete esta fórmula privilegia al que ya tiene divisas, si eso llega a suceder habría que recordarles que el modelo actual ya lo hace, pero sin orden ni corresponsabilidad, y en formas verdaderamente abusivas. Creo que será lo contrario porque el que necesite divisas tendrá un mecanismo BCV para obtenerlas. La diferencia es que aquí se convierte esa realidad en palanca de estabilización, con reglas públicas y metas colectivas. No se parte de la ficción igualitaria, sino de una arquitectura ética que reconoce las asimetrías para amortiguarlas, no para perpetuarlas.

Hoy, la urgencia de soluciones supera los buenos deseos, por lo que son necesarias herramientas efectivas que con blindaje técnico y tutoría BCV aporten sus soluciones. Si el dólar se ha vuelto verdugo, la técnica debe ser nuestra respuesta y esta propuesta, plantea justo eso, estabilizar por anticipación técnico científica. El dólar no puede seguir ahorcándonos, nosotros podemos controlarlo y hacer que nos obedezca en beneficio del pueblo que espera.

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