*La geopolítica y la filosofía desde la cuántica pitagórica: Guerra cognitiva y la lucha por el campo de percepción*

Viernes, 22/08/2025 12:58 AM

En la complejidad del nuevo orden mundial multipolar, donde la diplomacia de paz busca abrirse camino, nuestra nación, la Venezuela bolivariana y soberana, enfrenta una agresión de una naturaleza distinta. Más allá de los misiles y las ocupaciones territoriales, se libra una batalla por el alma y la psique de nuestro gentilicio. Esta es la guerra cognitiva, una guerra de percepciones y narrativas, ejecutada por factores de poder exógenos y sus aliados internos, una élite sin conciencia nacional.

La estrategia ha sido sistemática y cruel. Se ha utilizado la retención arbitraria y el secuestro de migrantes venezolanos como un arma, no para ayudarlos, sino para tejer una narrativa global que nos pinta como un país de delincuentes y narcotraficantes. Estado Fallido Plus Forajido. El objetivo no es otro que dañar la credibilidad de nuestras instituciones y de nuestro pueblo en el escenario internacional, procurando debilitar el cuerpo nacional desde adentro.

Esta campaña ha penetrado incluso en algunos espacios de una "ala izquierda" de "cafetín", y con poco fogueo en la lucha, donde supuestos dirigentes con su débil liderazgo, colaboran con el enemigo a través de la difusión de información sesgada y peticiones tontas unas y otras sumamente extrañas de "S.O.S", que se suman y crean un caldo de cultivo para la guerra, para los enemigos de Venezuela buscando la transición de un "estado fallido" a un "estado forajido". Con un lamentable desenlace para todo el pueblo, que tiene ante esta narrativa de lacayos e imperios "dejar de ser pendejo". El daño es profundo, no solo en la reputación de la nación, sino en la psique de miles de venezolanos, especialmente niños y jóvenes, quienes crecen bajo la sombra de un estigma impuesto.

El aparato de guerra cognitiva ha reclutado una variopinta gama de "influencers" tarifados y sus agentes conscientes, junto con uno que otro "tonto útil" que, seducido por la fama, cae en el juego de lo "viral". Esta maquinaria comunicacional, una matriz de opinión diseñada para socavar las bases de nuestra población, convierte cualquier espacio —desde la cola del transporte público hasta la barbería— en un campo de batalla ideológico. Así, se propagan términos como "dictadura" y, en su mutación más reciente, "narcodictadura" o "dictadura religiosa", adaptándose a la conveniencia del imperio para justificar la toma de nuestros recursos.

Lecciones de Historia y Mitología: El Origen de la Guerra Cognitiva

Para comprender esta agresión, debemos mirar hacia el pasado. La guerra por la mente no es un invento moderno; sus principios se encuentran en las tácticas más antiguas de la humanidad.

* El Caballo de Troya no fue una conquista militar, sino una victoria de la manipulación psicológica. Los griegos no atacaron las murallas, sino la percepción del enemigo, llevándolos a desactivar sus propias defensas. El triunfo no fue por la fuerza, sino por el engaño.

* Sun Tzu, en su "Arte de la Guerra", nos enseñó que la victoria más completa es la que se logra sin combatir. Su estrategia se centraba en sembrar divisiones internas y difundir información falsa, buscando la desestabilización psicológica del oponente antes de cualquier enfrentamiento físico.

* En la mitología griega, La Manzana de la Discordia demuestra cómo un simple acto, un ataque cognitivo que apeló a la vanidad, puede sembrar desconfianza y rivalidad, desencadenando un conflicto de proporciones épicas.

* El concepto filosófico hindú del Velo de Maya nos ayuda a entender que la guerra cognitiva busca construir una realidad ilusoria, un velo de desinformación que impide a la gente ver la verdad.

Esta evolución ha sido constante. Desde la propaganda masiva de la Guerra Fría, que manipulaba la opinión pública, hasta el uso de la televisión en Vietnam para socavar el apoyo popular. Hoy, con el ciberespacio y las redes sociales, la desinformación se propaga a velocidades sin precedentes, utilizando tecnologías como los deepfakes y la Inteligencia Artificial para saturar el entorno informativo. La lucha ya no es por convencer, sino por confundir y desorientar.

La Batalla por la Dignidad Nacional: Nuestra Experiencia en Curazao

Como equipo diplomático, tuvimos la oportunidad de vivir esta guerra en campo cuando actuamos como jefe de misión en Curazao entre 2004 y 2008. No se trataba solo de la diplomacia de salones, sino de una defensa diaria en todos los frentes: comercial, económico y cultural. Enfrentamos una serie de mentiras, orquestadas por intereses foráneos que buscaban tomar el control de PDVSA, que la operaba. Tuvimos que enfrentar estas falsedades más allá de las cortes, en los medios de comunicación y en cada rincón de la vida diaria, defendiendo la verdad y poniendo en alto la dignidad de nuestra nación.

El paro petrolero de 2002-2003 nos dio la enseñanza de que una refinería, a pesar de ser la más vieja de la región y con costos de producción altos que no se enumerarán aquí, fue un sustituto para el combustible secuestrado por la casta petrolera. También desde la isla cercana se buscaba montar una guerra Proxy.

Un caso paradigmático fue la visita del buque de asalto anfibio USS Saipan (LHA-2) a Curazao en febrero de 2005. Aunque oficialmente era una escala para "descanso y recreación" de la tripulación, su proximidad a Venezuela (solo 35 millas de la costa) fue interpretada por el gobierno bolivariano como una provocación militar y la casualidad de eventos y vectores que ocurrían internamente demostró la coordinación de la "Visita". Tal como se expresó en su oportunidad ante alguna prensa que "minimizaba" nuestra alerta, se les dijo que no había arribado precisamente "El Buque del Amor" de la serie televisiva. Nuestra denuncia pública, calificada como un acto de "intimidación pura", fue respaldada por la sociedad venezolana, y local siendo amplificada por medios locales e internacionales, demostrando cómo una operación rutinaria puede ser "weaponizada" en una narrativa geopolítica.

En esa ocasión, la mayoría del país y los partidos políticos se unieron en rechazo a la provocación. La única excepción fueron las mismas minorías que hoy apoyan narrativas que buscan una invasión. Es importante recordar que en ese momento, el Presidente de la República era Hugo Chávez Frías, y el actual presidente, Nicolás Maduro Moros, se desempeñaba como presidente de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

Resistencia desde la Cuántica Pitagórica

El caso del USS Saipan y la situación de la refinería no solo revelaron la guerra cognitiva contra Venezuela, sino también una resistencia local que se hizo sentir. Grupos políticos y sociales curazoleños, junto con la comunidad venezolana y las propias autoridades de la isla, en sintonía con las denuncias venezolanas, cuestionaron la presencia de las Forward Operation Locations (FOL) en su territorio y las narrativas hegemónicas que las justifican. Su postura, basada en la soberanía, la autodeterminación y la multipolaridad, se convirtió en un ejemplo de cómo la diplomacia de paz y la solidaridad regional pueden generar "frecuencias de paz y equilibrio" en medio de tensiones geopolíticas.

La articulación entre diplomáticos y actores locales, como se evidenció en Curazao, muestra la aplicación práctica de la lógica de la cuántica pitagórica en la geopolítica: la batalla no es solo por el territorio, sino por el derecho a definir la realidad. Esta lucha por la soberanía cognitiva es fundamental para resistir la instrumentalización de las naciones en conflictos ajenos. La lucha no es solo por el territorio, sino por la psique colectiva. La única vía para la paz y la multipolaridad es mantener la autonomía y la soberanía de nuestro destino como pueblo, en un mundo donde las nuevas formas de solidaridad y los intereses compartidos son la clave para la armonía.

Nuestra misión es clara: con la filosofía cuántica y la lógica pitagórica como brújula, debemos desentrañar esta guerra de percepciones y construir una narrativa propia, basada en la verdad, la paz y la dignidad nacional.

Hemos jurado vencer y venceremos.

 

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