El chantaje contra la crítica revolucionaria

Jueves, 21/08/2025 12:48 PM

Desde las más altas instancias del gobierno y de los poderes públicos en general se ha desatado toda una campaña de insultos, epítetos, acusaciones que intentan desacreditar o descalificar a quienes con sólidas argumentaciones han cuestionado las desviaciones, incoherencias, corrupción o displicencias del gobierno y en particular de Nicolás Maduro que, en última instancia es el jefe del poder ejecutivo y también presidente del PSUV.

Entendemos en nivel de paranoia que se ha apoderado de los altos dirigentes del proceso por las continuas amenazas imperiales, que también cuestionamos por ser falaces, como acusarlos de pertenecer a un "cartel de los soles" que desde hace años se intenta imponer por la mediática de la derecha, o por poner precio por su captura al más rancio estilo del "lejano oeste" gringo.

Sin embargo, eso no implica que todos los críticos del gobierno estén alineados con la derecha violenta o con el imperialismo como se ha intentado hacer ver. Y en esto también han colaborado los gobernantes venezolanos, sino también intelectuales de lado y lado, unos que afianzan las tesis oficiales (Grosfoguel, Monedero, Ramonet, Buen Abad) y otros que apoyan a intelectuales como Edgardo Lander, Francisco Javier Velasco, Santiago Arconada, Emiliano Terán Mantovani y Alexandra Martínez, de varias organizaciones, Martha Lía Grajales, Eduardo Plessman acusados por el gobierno venezolano, sin aportar pruebas contundentes de ser tarifados por ONGs de Estados Unidos o Alemania y hasta de apoyar planes conspirativos para derrocar violentamente al gobierno. https://www.laizquierdadiario.com.ve/Centenares-de-academicos-y-activistas-firman-en-defensa-de-los-intelectuales-atacados-por-el.

Incluso, de manera subrepticia y hasta irresponsable, Maduro dejó deslizar que estos intelectuales son los mismos que estaban detrás del asesinato y desaparición de Carlos Lanz. https://diariovea.com.ve/maduro-ong-disfrazadas-de-izquierda-buscan-legitimar-relatos-imperiales-contra-venezuela/. También expresó: Nicolás Maduro denunció la infiltración de grupos, financiados por agencias extranjeras como USAID y ONG europeas, que simulan ser de izquierda mientras reciben millones de dólares para dividir al chavismo. "Con el divisionismo se meten por aquí y allá, se disfrazan con franelas y discursos revolucionarios".

De parte de Nicolás Maduro, de Diosdado Cabello, de Jorge Rodríguez, de Jesús Farías y hasta de Tarek William Saab, hemos oído todo este tipo de adjetivos para demonizar a los críticos y así justificar cualquier agresión, persecución o encarcelamiento de los mismos. "Traidores a la patria, apátridas, vendidos, peones del imperio, conspiradores con gobiernos extranjeros, instigadores al odio, cobardes, calumniadores, tarifados, infiltrados, mercenarios, disfrazados de rojo-rojitos, izquierda bohemia, pseudoizquierdistas, ultraizquierdistas, trasnochados de izquierda, infantilismo izquierdista, habladores de paja, habladores de pendejadas, basuras, pestes", etcétera, son parte de los calificativos usados por las más altas instancias del poder político-institucional, para tratar de reducir la crítica, de acosar o amedrentar.

Así hemos visto que en la práctica se ha encarcelado a muchas personas con el mantra delictivo de "conspiración, instigación al odio, confabulación, traición a la Patria", entre tantos otros a personalidades como Enrique Márquez, María Alejandra Díaz, Juan Barreto, y la reciente detención y liberación con juicio "en libertad" de Martha Lía Grajales.

Hemos reiterado, como lo plantea el Comunicado de Comunes, (Anexo) lo siguiente: "Siempre hemos enfrentado las posiciones de una derecha fratricida, que prefiere una política de tierra arrasada y no vacilaría entregar el país a los gringos con tal de hacerse del poder. Siempre hemos encarado el imperialismo norteamericano, que ha sembrado el continente y el mundo de muerte y miseria. SIEMPRE HEMOS INSISTIDO EN QUE LA SOLUCIÓN DE LA CRISIS VENEZOLANA DEBE SER ASUNTO DE NOSOTROS, LOS VENEZOLANOS, SIN INJERENCIA NI INTERVENCIÓN.

Estamos dispuestos a enfrentar toda forma de intervención extranjera sin ningún tipo de dudas. Pero no por eso renunciamos a denunciar y enfrentar un gobierno que asesinó la soberanía popular, pulverizó la Constitución, encarcela y reprime al pueblo humilde, enriquece a los ricos y empobrece a los pobres, trafica con nuestra soberanía y se entrega a las potencias mundiales con tal de preservar el poder a toda costa". (**)

El intento de Nicolás por demostrar valentía se cae cuando se ven sus acciones. Pactar con la burguesía, entregar las empresas nacionalizadas, mantener los sueldos de miseria para favorecer a Fedecámaras, desregular leyes para seguir favoreciendo a la burguesía, aceptar que la Chevrón siga en Venezuela a pesar que el imperio nos robó CITGO, aviones, barcos y activos y adicionalmente colocan precio a sus cabezas, no parece nada valiente. O sea.... Quiénes serán los cobardes y entreguistas?

Los gringos usan con Venezuela la política del garrote y la zanahoria, es decir, te amenazan con un garrote ("te vamos a invadir, todas las opciones están sobre la mesa, despliegue poderío militar, le ponemos precio a tu cabeza") y te dan un poquito de zanahoria ("te compramos algo de petróleo, no te vamos a invadir todavía, pórtate bien e intercambiamos prisioneros"). Por eso, las amenazas de invasión son solo eso: amenazas. Como dijo una vez Roberto Malaver: "Para qué van a invadirnos si ya estamos invadidos" (él se refería al aspecto cultural y al llamado "Halloween", impuesto en Venezuela) con capitalismo pleno, políticas económicas que benefician a la burguesía, les seguimos vendiendo petróleo y cuanto producto requieran ellos y les compramos su bisutería capitaliasta. Nos dominan con su moneda, con su idioma, con su industria del entretenimiento. Hasta Nicolás, sin vergüenza de ningún tipo, copió el ridículo uniforme de Súpermán y usa el de Súper-bigote con los interiores por fuera junto a Súper-Cilita, la rubia. Por ahora, los únicos barcos que han llegado a Venezuela, no han sido los de guerra. No. Han sido dos súper tanqueros de la Chrevrón que se llevaron millones de barriles de petróleo ("cagados de la risa" y me disculpan el mal francés) en sus enormes estructuras. Lo otro es parafernalia que usa el gobierno para mantener una política de terror contra la ciudadanía y la oposición venezolana.

Por otra parte, Nicolás acusa a varias ONGs de ser infiltradas por colaborar con gobiernos extranjeros, pero él, al igual que otro grupo de diputados del gobierno y de la oposición son integrantes del denominado "Grupo de Boston" desde hace años. De tal manera que si medimos con la misma vara ¿podríamos afirmar que Nicolás también es un infiltrado de los gringos en Venezuela para destruir desde dentro el proceso de transformaciones profundas iniciado por Chávez y el pueblo revolucionario, algo así como Lenín Moreno, sucesor de Rafael Correa en Ecuador, o Luis Arce Catacora, sucesor de Evo Morales en Bolivia?. Podemos sospechar de ello. O lanzar dicha hipótesis de investigación para que la realidad luego la compruebe o la niegue.

ANEXO:

COMUNICADO DE COMUNES: EL GOBIERNO A QUIEN LE TEME ES AL PUEBLO

"En menos de una semana, el gobierno arrecia la represión contra las luchas sociales y la izquierda. Primero arremete contra un grupo de madres mientras realizaban una vigilia pacífica en el TSJ por la libertad de sus hijos injustamente detenidos. Ni siquiera en los tiempos más oscuros de la cuarta república se reprimió a los familiares de los presos políticos. Solo las dictaduras gorilas del cono sur se atrevieron a tanto.

Tres días después es detenida y desaparecen a Martha Lía Grajales, abogada y defensora de derechos humanos, que había estado acompañando a las madres en sus reclamos. Martha Lía logra ser liberada gracias a la movilización popular y de la izquierda internacional. En respuesta a esta presión, el gobierno desata una campaña de mentiras y descalificaciones no solo contra ella, sino también contra organizaciones de derechos humanos e intelectuales de izquierda, preparando el clima para un nuevo zarpazo represivo.
Al día siguiente, detienen a una dirigente de los jubilados y es detenido en Maracay un dirigente magisterial. Todo esto en la misma semana que el gobierno terminó de pulverizar el salario de los venezolanos, haciéndolo caer por debajo de un dólar mensual.

No es la primera vez que este gobierno, que cada vez se parece más a la derecha y cada vez queda más desnudo para la izquierda dentro y fuera de Venezuela, persigue las luchas populares y a los sectores de avanzada.

Por las cárceles han pasado centenares de dirigentes sociales y sindicales. Toda movilización popular es reprimida con saña. Hace apenas siete meses el gobierno encarceló a Enrique Márquez, hostigó a Juan Barreto y sometió a persecución a María Alejandra Diaz, que tuvo que buscar refugio en una embajada, solo por proponerle al país una posición distinta a la de este gobierno que traicionó las banderas populares y a la de una derecha entreguista y neoliberal.

En la medida en que gira a la derecha y hacia el capital, este gobierno reprime con mayor dureza la protesta popular y le teme más a posiciones de izquierda y de avanzada que les recuerda su traición. Prefiere mil veces la falsa polarización con María Corina, de la que saca provecho y le permite sostener su precaria cohesión interna, que darle respuesta a los reclamos de la gente y a la crítica de la izquierda.

Voceros del gobierno justifican esta andanada represiva con el argumento de que el país está sometido al asedio norteamericano y a amenazas terroristas de la derecha. Para los acólitos del gobierno nunca es buen momento para protestar o criticar. Actúan como el "policía bueno" de la paz de los sepulcros: "tienen razón, pero no es el momento".

Sin embargo, los primeros hechos (los ataques contra las madres, la detención de Martha Lía) ocurren cuando todavía Estados Unidos no había hecho pública sus desquiciadas amenazas. Además, si el gobierno está sinceramente interesado en llamar a todos los venezolanos a cerrar filas frente a las amenazas de agresión imperialista, ¿por qué escoge reprimir, difamar y perseguir a todo aquel que piensa distinto? ¿Cuál es el propósito de persistir en una política económica hambreadora, que siembra la desesperanza y el desaliento en las grandes mayorías, cuando se necesita de ellas para defender la patria?

El gobierno no le teme a los EEUU, a quien le vende petróleo y con quien no ha dejado de negociar, el gobierno le teme al pueblo.

Por eso su saña al perseguir a los que luchan, por eso su campaña de mentiras contra todos aquellos que cuestionen desde el lado del pueblo sus políticas neoliberales. Si el gobierno se tomara en serio el antiimperialismo, y no fuera solo un trapo rojo para negociar con Washington, dialogaría con el pueblo, no con Fedecámaras y con los gringos.

Las y los Comunes siempre hemos enfrentado las posiciones de una derecha fratricida, que prefiere una política de tierra arrasada y no vacilaría entregar el país a los gringos con tal de hacerse del poder. Siempre hemos encarado el imperialismo norteamericano, que ha sembrado el continente y el mundo de muerte y miseria. Siempre hemos insistido en que la solución de la crisis venezolana debe ser asunto de nosotros, los venezolanos, sin injerencia ni intervención.

Estamos dispuestos a enfrentar toda forma de intervención extranjera sin ningún tipo de dudas. Pero no por eso renunciamos a denunciar y enfrentar un gobierno que asesinó la soberanía popular, pulverizó la constitución, encarcela y reprime al pueblo humilde, enriquece a los ricos y empobrece a los pobres, trafica con nuestra soberanía y se entrega las potencias mundiales con tal de preservar el poder a toda costa.

Defenderemos la patria, enfrentaremos el imperialismo, denunciaremos una vez más a una derecha injerencistas y antidemocrática, pero también lucharemos contra este gobierno neoliberal y autoritario".

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