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En la Plaza de la Parroquia, en Mérida, una de las más bellas de Venezuela, me reúno con medulares profesionales o comerciantes, algunos jubilados, que se dedican a matar el tiempo, hablando de políticas de partido. Puedo decir que todos son opositores, a veces pasó por allí y los saludos muy cariñosamente, y tratan de detenerme para escuchar mi opinión sobre los candentes problemas de cada día, porque siempre surge algún invento, algo picante, alguna posibilidad, pues, de que esto cambie. Ellos saben que soy chavista, y les interesa oír lo que pienso. Olegario Márquez, el dueño de "Pastelitos Mérida Bella", se me acerca socarrón al oído y me dice: "Usted sabe, profesor, que en política no importa que algo sea verdadero o no, lo que importa es que pueda que ser creíble. Por ejemplo, eso de que Venezuela produce y trafica con droga lo más seguro es que no sea cierto, pero lo que importa es que ya se esté creyendo en el mundo, hasta los chinos y los rusos lo están procesando, y es necesario para que los gringos intervengan en este país, para que la comunidad internacional lo reconozca y se cojan de una buena vez esta vaina, y salgamos de abajo". Se ríe a carcajadas, el gran carajo. Seguramente mañana me llama por lo que voy a publicar aquí y me invita el sábado para tomarnos un cafecito. Así es de jodedor Olegarito, como les digo.
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Hay alegría, pues, en los perpetuos dramáticos de la oposición, porque están asegurando que EE UU nos invadirá, con el cuento de que aquí se está traficando con drogas. Andan como cabritos, brincando y saltando, comentando a diestra y siniestra que al fin van a ser libres. Y para proteger a dichos cárteles, el imperio de los super dotados rambos, enviará tres destructores con misiles guiados, traen además submarinos y aviones, multitud de drones, al parecer se trata de que van a desatar una guerra a muerte contra la droga, y no se dirigirán al Pacífico, de dónde de veras fluye el mayor porcentaje de estupefaciente, de Ecuador, Perú y Colombia, sino que se plantarán frente al mar territorial de Venezuela. Le digo a Olegarito: "-Tus gringos están preocupados porque por el Caribe el movimiento de la droga hacia el Norte ha disminuido drásticamente. Estos gringos dicen que vienen a luchar contra el Cártel de Los Soles y el Tren de Aragua catalogados por Washington de ser organizaciones terroristas internacionales.
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Me decía el doctor Alfonzo Altuve, profundamente escuálido, que cada mariner de los 4.000 que vienen en esos destructores valen por cien soldados venezolanos. Es decir que para enfrentarlos si entran en nuestro territorio, necesitamos casi medio millón de soldados criollos, y así y todo les ganaríamos. Me lo decía con mucho orgullo, y yo le contesté: "-Pero, doctor, si esos rambos entraran a nuestro país, podrían violar a sus hijas, ¿usted no los conoce?", se queda como pensativo, buscando retrucarme con algo ingenioso y luego sentencia: "-No creo, ellos son muy demócratas, yo he visto películas excelentes en los que van por el mundo restaurando la libertad y el progreso de los pueblos. Véalos bien profesor, son blancos, tiene estilo, son fornidos y muy correctos". Yo recordaba, que los soldados gringos en Colombia han violado centenares de niñas y no pueden ser procesados por la justicia colombiana, según los acuerdos asumidos por la Nueva Granada ante el imperio gringo. "-Lo importante – dijo el galeno de nombre Jorge Martínez, otro de la banda de los jubilados – es que vamos a salir de esta dictadura, nos van arreglar los sueldos, podremos cambiar nuestros cacharros por uno nuevo, hasta darnos un viajecito en crucero por ese Caribe que ellos están vigilando. Eso a mí me hace feliz. Además vamos a volver a echarlos palos con whisky del bueno, como cuando aquí teníamos de todo".
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Ruperto Lobo, ministro sin cartera del gobierno de don Juan Guaidó, quien asiste en las misas al cura Molina, sostiene, con harta seriedad, que en la reunión que hubo entre Putin y Trump, éste le dijo: "-Mire, colega, vamos arreglar esta vaina así, usted cójase a Ucrania, pero déjeme a Venezuela para nosotros, los estadounidenses". Asegura que por ahí viene la decisión de enviar a nuestras costas, tres destructores con misiles guiados. Ruperto dice que se comunica con María Corina Machado, quien le ha asegurado que lo que viene es de padre y señor nuestro, que tengamos fe. Que ella está muy bien, esperanzada en que saldrá a dar la lucha de frente en los próximos días. Yo le digo a Ruperto, que por qué no se gana los 50 millones de dólares que ofrece Pam Bondi, y me responde: "-Yo les mando todos los días a Washington las coordenadas donde se encuentra Maduro, y recibo constantemente mi cuenta, que me llegue por zeller la vaina, pero nada, chico".