Un examen profundo, nos indica, que el gobierno de maduro está colapsando. Que probablemente las proporciones del declive pudieran estar en los marcos del mismo sistema, sin embargo, la evolución del colapso está sujeta a si logra emerger una fuerza social que pretenda una transformación del sistema y consiga tener la capacidad de direccionar el desenlace de la crisis en el campo revolucionario.
Lo manifiesto, es que el madurismo agotó casi todo su capital social. Principalmente, su ruptura con el proyecto de transición establecido en el Plan de la Patria original 2013-2019, para optar aliarse a la burguesía y asumir la restauracion del fracasado y obsoleto modelo capitalista subdesarrollado y dependiente, productor de miseria. Esto detonó su ocaso. Rompió con todos la vínculos orgánicos que identificaban los intereses del gobierno y de las grandes mayorías empobrecidas, las que hasta Chávez eran el soporte político de la revolución bolivariana. Maduro y sus vampiros destruyeron ese capital, el pueblo venezolano fue arrojado a las privaciones e insatisfacciones materiales, culturales y emocionales propias de la sociedad capitalista.
Por ende, se puede interpretar, que la abstención tan masiva que seguramente se de el 27J pero que viene sucediendo desde el 28J y el 25M ( realidad ocultada por el madurocorinismo) se evidencia como la respuesta política de la población contra el gobierno, inclusive a la oposición de derecha. Lo que faltaría precisar, es si en esa misma respuesta también va incluida la disposición del pueblo de dar el consentimiento para reemplazar revolucionariamente el indeseado sistema politico actual por un orden social radicalmente mejor, de mayor justicia y libertad; pero por otra parte, la operación de reemplazo no puede ser la voluntad de una conjura, ni el motín de una pequeña minoría que tome el poder para ponerlo al servicio del pueblo, sino , que debe ser el resultado de la reunion de condiciones necesarias para que el pueblo lleve a cabo su autoliberación. Con esa razón y sentido seguimos insistiendo en la organización de la Junta Patriótica de Salvación, para preparar esas condiciones.
A la Junta Patriótica de Salvación le corresponde primeramente, asistir al parto de una forma rganizativa autónoma de las clases populares, combinando todos los diversos gérmenes del movimiento popular revolucionario, por la cual las clases trabajadoras resistirán y deberán alcanzar convertirse en una poderosa fuerza material para frenar el desbocado tren capitalista y en su lugar poner andar la construcción de una sociedad superior.
Es necesario acotar, sin exterdernos porque lo trataremos en otro trabajo, que el triunfo de una revolución popular socialista realizada por las mismas clases trabajadoras sería de un alcance continental formidable que elevaría la moral revolucionaria de los pueblos de América Latina y el Caribe, es que en la actualidad se ve claramente que las revoluciónes se harán sujetas a tres condiciones, deben ser hechas por el empobretariado, han de ser socialistas y continental, o no lo serán.
Pero, volviendo a Venezuela. Lo que seguirá confirmándose el 27J, es que el gobierno de maduro es una estructura de poder desequilibrada en transición, el sistema capitalista en el que se sustenta está en una profunda crisis porque en su seno se ha agudizado la lucha de contrarios que avecina una transformación cualitativa.
El gobierno de maduro no está fijado por inmutables nexos, es lo contrario, este, como cualquier cuerpo material, se fundamenta en un permanente movimiento dialéctico de contradicciones. Y son precisamente estas contradicciones las que ya se hicieron irreconciliables, desatándose en su propio seno, un estado de colapso, generándose a su vez, una situación de incertidumbre y de inesperadas direcciones. Es aquí donde al movimiento popular patriótico y revolucionario le toca la obligación de garantizar que la dirección que tome el reemplazo desemboque en la modificación radical de la realidad actual por una deseada, en bienestar del pueblo trabajador y del país.
Por ahora, lo que puede decirse, es que el 27J quedará claro, que el pueblo venezolano está enviando un mensaje elaborado de su puño y letra, para que ningún politiquero de izquierda o de la ultraderecha, se atribuya derechos de autor. Es necesario retomar el camino de la transición socialista trazado en el Plan de la Patria original 2013-2019.