Se cumple un siglo de ser inaugurada la carretera trasandina, por el presidente para la época Juan Vicente Gómez, que permitió abrir esta vía comunicacional para las regiones de occidente, centro y oriente de Venezuela. Para la época esta carretera fue de vital importancia para la región, porque permitía que San Cristóbal, tuviera una vía más expedita que la enlazará con la capital y estados circunvecinos. En 1910 se percató de la necesidad de una ruta que uniera a los estados andinos con la capital y para ello buscó a lo más granado de la ingeniería para la época y los trabajadores más experimentados y audaces para cumplir con el cometido, que era construir una carretera a lo largo de 1.539 Km, que partiría de San Antonio del Táchira y Caracas. Un trayecto que se cubría en el mejor de los casos a lomo de bestia, en 20 días. Luego vendría la carretera panamericana 1954 y en 1966 la carretera hacia los llanos, concretamente hacia Barinas. Detrás de la construcción de esta valiosísima vía comunicacional se han tejido todo un mundo de anécdotas e historias. Existe una de ellas de Gómez con el ministro al que le insistía sobre la necesidad de la carretera; pero el ministro le recalca, que eso requería de mucho dinero y había que elaborar planos y eso llevarían algunos años. Mira ministro vamos a dejarnos de cosas: "primero hace la carretera y luego los planos". Juan Vicente Gomez fue un esclarecido bolivariano, que siempre mostró admiración por el Libertador; Había nacido al igual que él en un 24 de julio y un día por esta fecha de 1925 fue inaugurado en San Antonio del Táchira. Lo mismo paso con su fallecimiento, que fue el día 14 de diciembre y había dejado escrito que su muerte fuese declarada formalmente el 17 de diciembre al igual que Bolívar. Existen muchos detractores que señalan que en la construcción de la carretera participaron solo reclusos; también lo hicieron cuadrillas de obreros contratados para la obra. Construir esa carretera fue toda una proeza, desde el punto de vista que se carecía de las maquinarias de hoy en día; eran montañas escabrosas, circundadas de una topografía agreste serpenteadas por curvas a través de faldas de difícil acceso. A su paso se encontraron con caciques dueños de arreos de mula que ponían obstáculos o se toparon, con individualidades, como el general Domingo Lapi, en la Grita, que impidió el paso por sus propiedades, a los constructores les tocó que ingeniárselas para evitar un encontronazo con este señor, haciendo una travesía por otro lado. Todavía existen tramos de esa carretera, que lucen intactas, con los mismos puentes, con las mismas curvas zigzagueantes, de tierra todavía; que para nada el tiempo las ha afectado. Hace años me adentré, por uno de estos ramales en las inmediaciones de Capacho y pude apreciar estos trazados originales a través de montañas de alto fuste; intactas todavía.
Esta vía fue el mejor aporte para el desarrollo de estas regiones. Sus productos llegaran con mayor fluidez a los mercados nacionales. Se rompieron los lazos de dependencia con Colombia, concretamente con Cúcuta. Gómez que era un zorro político, había construido esta via, para mantener vigilados a sus coterráneos que los conocía e intuía que por allá podría reventar una asonada o escaramuza y para poderla controlar debía contar con una vía de comunicación. De esta forma Gómez trazó la carretera más importante de la Venezuela rural del siglo XX