Hay algunos figurantes más o menos mimetizados como persona o personaje respetable, voceros del imperialismo, del asesinato en masa y de la nueva colonización, que quieren por los medios y por todos los medios exculpar de las graves conductas cometidas contra el país, a personas detenidas señalando que son presos políticos.
Con eso no dicen nada pues se parece mucho a la señora que acude a la prensa para pedir la libertad de su hijo señalando, ¡el no mató a esas personas, él es deportista!
En todo caso hay que decir que los delitos políticos existen, y se definen como aquellos actos que atentan contra el orden constitucional, los poderes públicos de un país, sus autoridades y gobernantes, realizados con el objetivo de alterar o cambiar la forma de gobierno, o de irlo lentamente desprestigiándolo.
Estos delitos políticos suelen estar relacionados con la lucha por llegar al poder político y el consiguiente manejo de la riqueza nacional y pueden incluir acciones como la rebelión, la sedición, la conspiración y el terrorismo, entre otros. Y por supuesto forma parte de la lucha de clases, tanto la tipificación del delito como el delincuente. Antes, las leyes venezolanas perseguían a los pobres, hoy los ricos no pueden hacer lo que quieran y eso le arrecha mucho a María Corina y sus amigos y allegados y relacionados y opinadores. Y a los denunciantes.
Es que generalmente se considera que un delito es político, cuando al atentar contra el Estado o el gobierno o sus representantes el delincuente tiene una motivación política, por lo que se convierte en un delito con motivaciones políticas ya a sea para la toma del poder, la modificación de las leyes o la subversión generalizada del sistema.
El delito político tiene consecuencias diferentes según el régimen reinante, por ejemplo la subversión de Palestina defendiendo su territorio es considerado un atentado terrorista, pero el exterminio que los judíos hacen contra todos los palestinos, es justo para sus almas viles y bestializadas. Por la defensa de su territorio y su existencia que realiza Rusia en Ucrania es considerada por los mismos jueces como un peligro para la paz mundial.
Entre la categoría de los delitos políticos están, la Rebelión, que es el Levantamiento armado contra el gobierno establecido. Sedición: Alboroto público que busca alterar el orden público. Conspiración: Acuerdo secreto entre varias personas para cometer un delito. Terrorismo: Uso sistemático de la violencia para infundir terror en la población y lograr objetivos políticos.
Por lo que algunos actos se consideran delitos políticos en un contexto, pero no serlo en otro. También es temporal, ya que como dijimos antes, si cambia el Régimen, cambian los jueces y la visión del delito. Es la lucha de clases pues, en toda su extensión.
En el contexto legal, se distinguen los delitos políticos mayores y delitos políticos menores, según la gravedad de la acción y su conexión sea individual u organizada y su vinculación, como es nuestro caso, con los intereses de potencias extranjeras, léase Estados Unidos.
Los delitos políticos mayores suelen involucrar actos que atentan contra la seguridad del Estado, la estabilidad del gobierno o el orden constitucional. Se incluyen Traición, sedición, rebelión, terrorismo, sabotaje, conspiración contra el gobierno, entre otros.
En todo caso las autoridades acusan y los jueces deciden. No basta con decir en la prensa que es un preso politico porque serlo no es sinónimo de inocencia, a menos que sea cómplice y estuvo con el politico cuando se cometió el hecho delictivo del que se le acusa. .
Los delitos Políticos Menores son acciones que, aunque tienen una motivación política, no alcanzan la gravedad de los delitos mayores y pueden ser considerados como infracciones a leyes o normas específicas, tales como desobediencia civil, manifestaciones ilegales, alteración del orden público, delitos electorales menores, entre otros. Serían actos no violentos o con un impacto limitado en la estabilidad del Estado, aunque pueden generar tensión política o social con menor impacto en la estructura de gobierno.
Ambos tipos de delitos tienen una motivación política, pero los mayores buscan un cambio radical en el sistema, mientras que los menores pueden ser actos de protesta o desafío a ciertas normas, los delitos políticos mayores suelen tener penas más severas y procesos judiciales más complejos que los delitos menores.
Es importante destacar que las personas que defienden por los medios a personas acusadas de delitos mayores o menores, deben mostrar cierta honestidad declarativa, ya que mientras cientos de miles de venezolanos son acosados por la inmigración del Régimen Politico en Estados Unidos, y trasladados a otros países, injustamente, vejados internacional y mediáticamente, acusándolos de los crímenes más perversos que no han cometido, estos defensores de oficio de María Corina, y sus adláteres, no han lanzado una silaba en su defensa. Ellos no defienden personas ni causas, defienden a la oligarquía desplazada venezolana. Están descalificados como defensores de causas justas.