La consigna que se ha lanzado de "menos escritorio y más territorio", la interpreto como un esfuerzo por sintetizar la necesidad de obtener mejores resultados en la gestión tanto de las organizaciones públicas (y del partido Diosdado) como de los dirigentes y funcionarios que en ellas trabajan.
Esto también refleja que hay un cierto dinamismo en esa gestión pública-política, y que se han detectado vacíos o lagunas en su funcionamiento que hacen necesario perfeccionar los mecanismos de detección de áreas de problemas, necesidades de la población, situaciones o no bien atendidas o no bien diagnosticadas. Claro desde un punto de vista teórico esto lleva a la situación que los déficits de gestión residen en un diagnostico insuficiente, solamente.
Por último creo que es un intento de Maduro y su equipo de diferenciar una gestión revolucionaria de los cánones tradicionales de gestión pública de la Cuarta República.
Al gestionar las instituciones públicas visitando y caminando, por supuesto que se agrega una práctica eficaz y efectiva para mejorar la gestión que se esté realizando.
Cuando líderes y funcionarios visitan, caminan, hablan, oyen, en las comunidades esto les permite observar directamente las situaciones, algunas referidas anteriormente, otras no; ver cómo se desarrollan procesos en tiempo real, como avanzan la construcción y ejecución de obras, identificar ineficiencias o problemas que no se han reflejado en los informes e inclusive entender mejor los problemas después de la visita, aunque ya se habían reflejado en informes.
Es que al estar sobre el terreno, en la comunidad, en una obra física, una asamblea, se puede interactuar con los participantes, hablar directamente con trabajadores en sus puestos de trabajo, preguntar si el PSUV se ha hecho presente, con sectores de la población y de las comunidades, escuchar sus ideas, preocupaciones y sugerencias, fomentando así confianza y compromiso.
Y es que a veces, las comunidades, la población, e inclusive los dirigentes se adaptan a problemas o procesos incompletos, que están por debajo de lo que se quería; el problema o la situación no afectan con la misma intensidad de antes pero tampoco llena todas las expectativas. Para un dirigente, para los militantes del PSUV, caminar le permite ver estas "adaptaciones" y cuestionarlas buscando una forma más eficiente de hacer las cosas.
Para todos los niveles políticos, no solo para los recién elegidos, su presencia física demuestra que te importan las operaciones diarias y el bienestar de tu equipo, mostrando apoyo y alimentando un liderazgo que todos, lo verán más comprometido.
Hay que recordar que la palabra, comprometido, se refiere a quien está dedicado, dispuesto a cumplir con responsabilidades, promesas o metas específicas. Estar comprometido significa tener conexión y determinación para llevar a cabo acciones concretas, en una relación cara a cara con la gente.
Aunque también hay que decirlo, no es fácil, también implica dificultad, complejidad, pues es una forma distinta de comportarse a lo que estamos acostumbrados, pero para el que se montó en el tigre ensillado de la revolución, bajarse de ahí no es fácil.
Una variante de esta política de menos escritorio y más territorio, es la política de Puertas Abiertas, de los dirigentes, Ministros, Alcaldes, directores, los cuales al llegar al cargo se le suben los humos, y son inaccesibles, entran a una corte celestial, donde el pueblo no llega ni lo dejan llegar. Así vemos a funcionarios menores, sin proyección pero con guardaespaldas y protección. Incapaces pero inamovibles.
Antes también, aunque no con las dimensiones de la actual, se intentó realizar planificación participativa en el país, y el III Plan de Ciencia y Tecnología de CONICIT, se organizó de esa manera, convocando a todos los centros de investigación científica y tecnológica existentes en el país para ese momento. Graciela Sosa de Golindano fue la Directora encargada de hacerlo.
Sobre la integración de la acción y la planificación hablaremos en el próximo artículo.