Parece que regresó el mismo viejo con diferente cachimbo.
Ciertamente no pegamos una desde la izquierda. Pareciera que estamos condenados a luchar sin cuartel repitiendose la história y viviendo en una tómbola permanente.
Ayer era, "Mueran los golpistas" y hoy es, "Hay que joder a los Trasnochados", término usado en la cuarta república para descalificar a la izquierda de entonces, que luchaba por las reivindicaciones del pueblo.
La crítica se ha convertido en el enemigo numero uno del reformismo. A todo hay que decirle amén.
¡Soy reformista y hago lo que me da la gana, les guste o no. Sea o no sea revolucionaria mi actuación, y se los digo; o estás conmigo, o no estás! pareciera escucharse por los predios de pajarito y más allá .
A la política económica, hay que decirle amén.
La entrega a las trasnacionales, hay que decirle amén.
A la nueva burguesia, amén
Al desvío del plan de la patria, amén.
Al reformismo sectario e inquisidor, amén y tantos otros amenes más, para que no se molesten los nuevos David Morales Bello.
Creo que ya no podemos hablar de la revolución del pueblo, sino de la revolución de los monjes en oración permanente y amén.
No es atacando a la crítica que se logran los objetivos, sino escuchandola para ver como se puede corregir.
Creernos dueño de la verdad absoluta nos coloca en un estado de tal ceguera, que no nos permiten ver los clamores del silencio popular. Y es mejor escuchar el silencio adentro, que afuera, porque adentro aún hay tiempo, pero afuera no lo habrá.