El comentario de hoy

Martes, 10/12/2019 08:47 AM

En otros momentos hemos hecho referencia al ejercicio de resiliencia del que ha dado muestra el pueblo venezolano ante el ataque externo e interno del que ha sido víctima. Esa capacidad que ha tenido el pueblo venezolano para adaptarse positivamente a las situaciones adversas, es digno de un estudio sociológico y psicológico. A esto pudiéramos agregar el sentido del humor que siempre ha caracterizado a este pueblo. Es muy común escuchar la expresión: "es que el venezolano hace de todo una guachafita".

Y no se trata de que no nos tomemos las cosas en serio. Un ejemplo reciente fue la graduación de 3 millones de milicianos y milicianas que pasan a formar parte de los componentes de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Es decir, la amenaza de invasión que EE.UU ha venido direccionando junto con Colombia hacia nuestro territorio requiere de nuestra parte la debida preparación y atención. Eso no es juego. Sin embargo, el asunto está en cómo asumimos en el terreno de la defensa y seguridad de la nación esa amenaza. ¿Nos ponemos a llorar? O ¿nos vamos del país?

Dentro del humor del venezolano, hemos visto por las redes sociales las burlas o mofas que hacen de nuestros milicianos cuando los comparan con los mariner norteamericanos. Eso ha sido motivo para dejar escapar la risa, la chanza y diversión entre los mismos milicianos y milicianas. Y es precisamente la risa un factor esencial que ayuda a relajar y bajar tensiones. Y no es precisamente lo que observamos del lado de los enemigos de la Revolución Bolivariana. Allí vemos rostros de amargura, envejecimiento prematuro, desolación y una hipócrita recurrencia a mensajes de amor, de Dios y de autoayuda.

Vamos, como dice la juventud actual, a tripearnos la vida. La amargura y frustración dejémoselas a quienes odian ver al pueblo feliz.


 

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