CARACAS, 09 ENERO de 2018.- Como vergüenza terrible fue catalogada por el poeta Néstor Rojas la decisión del Presidente Nicolás Maduro de entregar al pueblo de Venezuela, cada cierto tiempo, bonos y dádivas, "que son similares a un atado de limosnas deleznables, caso del llamado Bono Navideño, en el mes de diciembre, y ahora, en este enero de 2018, Bono de Reyes".

Así lo señaló, en entrevista exclusiva vía telefónica para Aporrea.org, Néstor Rojas, poeta y ensayista, oriundo de El Tigre, estado Anzoátegui, miembro de una importante tradición de intelectuales orientales, entre los que se cuentan Miguel Otero Silva, Denzil Romero, Alfredo Armas Alfonzo, Santos López, Ramón Ordaz, Edilio Peña, Earle Herrera, y tantos más.

Argumenta Rojas que el Presidente Maduro en vez de propiciar la creación de puestos de empleos de calidad, productivos para la sociedad, la economía y el venezolano, decidió:

"En vez de enseñar a pescar: regalar el pescado", y trocar a un pueblo, "de una inmensa dignidad como el venezolano, que integró con El Libertador Simón Bolívar un ejército continental que lideró en el siglo XIX una epopeya militar similar a las de Alejandro Magno, Aníbal Barca, Carlos Magno, de proporciones universales y que es digna de estudio, estupor y admiración en todas las universidades militares del planeta y de respeto por todos los pueblo del planeta".

"A ese pueblo venezolano, libertador de cinco naciones sudamericanas, propietario de una gloria y de una dignidad inmensa, lo ha convertido el Presidente Maduro es un pueblo de limosneros, que cada cierto tiempo debe recibir migajas para sobrellevar el hambre y la falta de alimentos y medicinas", refiriéndose al tema de los bonos que entrega con cierta periodicidad el mandatario venezolano, como al igual que las cajas de alimentos de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), "el pernil, computadoras Canaima, tabletas, teléfonos y cuanto objeto se le ocurre al tipo éste".

"Esas son limosnas, crean un pueblo de mendigos, acostumbran a las gentes a recibir un bien sin trabajarlo, sin pagarlo con su esfuerzo; es una desgracia inmensa que estamos viviendo, que afecta hondamente el sentido ético y moral del ser venezolano y destruye sistemas de valores importantes que fijan la nacionalidad y nos hacen parecer indignos, miserables, ante la mirada escrutadora del mundo".

Destacó Rojas que eso demuestra una visión profundamente deleznable, retrógrada, similar a los programas dizque sociales de Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez, que se empeñaban en "mirar al pueblo venezolano como un atado de mendigos incapaces de trabajar y de mantenerse a sí mismos, ociosos, holgazanes, ignorantes y de pobre autoestima al que había que regalarles dinero para que se hartaran de arepas, embrutecidos por la cerveza y el ron".

Expresó el autor de importantes libros de literatura como "Diario de El Fulmar" (poemas, 1993, Monte Avila Editores), "Ocre" (poemas, 1994, Fondo Editorial Fundarte), Premio Nacional de Poesía de Venezuela (2016), entre otras distinciones, que los miles de millones de bolívares que se invierten en esa "regaladera de dinero es perniciosa" y "deberían servir para poner en funcionamiento los grandes programas agroalimentarios que se comenzaron a levantar en la Mesa de Guanipa, en tiempos del Presidente Chávez, y los sucesivos gobiernos regionales y nacionales".

"Tengo entendido que existen como 60 proyectos agroindustriales fracasados en el estado Anzoátegui, que propuso el fallecido Presidente Chávez en la gestión del exgobernador Tarek William Saab, desde granjas para pollitos bebés como plantas e ingenios para producir pollos, cochinos, leche en polvo, quesos de todo tipo, granos, lácteos diversos, soya, sorgo, harina de maíz, harina de yuca, huevos, que buscaban producir soberanía alimentaria para el pueblo venezolano y generar empleos de calidad y divisas importantes para nuestra patria".

"Porque Anzoátegui –aclaró- además de tener tierras bajo un sol extraordinario, dispone de un inmenso reservorio de agua bajo el subsuelo, llamado el Acuífero de la Mesa de Guanipa cuyo volumen está por el orden de los 1 mil 260 millones de metros cúbicos de agua, prestos para regar inmensos sembradíos de agricultura"

"Pero también está la inmensa potencia agroalimentaria de la Cuenca del río Unare, al nor oeste de Anzoátegui, que incluye las lagunas de Unare y Píritu, que no han sido explotadas como debería ser".

Detalló que todo esto le causa dolor "por la ceguera e ignorancia de unos gobernantes que, como los de ayer en la época de los adecos y copeyanos, buscaban solo aquella llamada agricultura de puertos, que era importar productos agrícolas traídos de otros países como Estados Unidos, Argentina, México, Colombia, condenando nuestro pueblo a no tener soberanía alimentaria, al no sembrar y cosechar su comida y ser un pueblo de mendigos y pordioseros".

Recordó asimismo que los bienes que produce y entrega el Estado venezolano, como los autos marca Chery, electrodomésticos marca Haier, casas de la Misión Vivienda, cabillas de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), cemento, objetos, productos y metales diversos están manejados por mafias sórdidas que atienden al delito, la trampa, la oscuridad y que no cuentan con ningún nivel de transparencia, ni de claridad en sus propósitos y fines.

"Comprar un simple saco de cemento o un atado de cabillas se ha convertido en una operación de alta especialización y secretismo, pues mafias, gángsteres oficialistas, manejan todo un catálogo de ofertas inaccesibles al ciudadano común de a pie".

Acotó Rojas que por todas estas razones y otras más, como la represión a bombazos y perdigonazos que se ejerce ahora contra un pueblo hambriento y desarmado, que clama a gritos porque este "presidentucho de opereta bufa renuncie y ponga su cargo a la orden de personas más capaces y dignas que él".

"Estamos hasta el hartazgo de tanta mediocridad, de este pusilánime que envilece nuestra condición de venezolanos", finalizó.