En Foco

Efectos de la crisis en el regreso a clases en Venezuela

Caracas, 29 de septiembre de 2017.- Comenzó un nuevo año escolar, el año lectivo 2017-2018 y el olor a uniformes y útiles nuevos no llegó a las escuelas, ya que para muchos padres venezolanos el regreso a clases se convirtió en un tormento, cada quien "resolvió como pudo".

"Efectos de la crisis en el regreso a clases en Venezuela" es el tema de esta semana en el reportaje de CER Latinoamericana "En Foco". En esta oportunidad se realizó un grupo focal en el que participaron madres de niños en edad escolar, así como docentes de primaria. La participación fue de cinco personas, integradas por cuatro mujeres y un hombre.

"En Venezuela siempre hubo una cultura del "estreno de uniformes" al inicio de cada grado. Los cuadernos nuevos y la ropa nueva era una forma de motivar el gusto por la escuela y el aprendizaje. Pues, eso no pasó este 18 de septiembre, es notable que el regreso a clases pocos, muy pocos estudiantes estrenaron uniformes. Es impresionante ver a los niños con su indumentaria del año pasado o "heredada" de sus hermanos o primos mayores, o hasta regalada de algún vecino, amigo o conocido. Los altos precios de la ropa y zapatos que se requieren para ir a la escuela son impresionantes, pero lo más triste es que son inaccesibles. Muchos nos hemos planteado que se debería eliminar el uso de uniformes ya que los altos costos han hecho que para algunos padres sea imposible mandar a sus hijos a la escuela. Se prioriza el uso del uniforme por encima del hecho educativo", así se expresa la docente de primaria Carmen del Valle Guerrero, madre de un estudiante de tercer grado de 38 años de edad.

"Yo para que mis hijos pudieran asistir, lo estoy mandando a la escuela con el mismo uniforme del año pasado y rogándole a Dios que los zapatos le aguanten. Cuando el niño que está en cuarto grado me dijo que no va a tener educación física porque no hay profesor, realmente y sinceramente, respiré aliviada, porque comprarle zapatos para educación física para mí en estos momentos es simplemente impensable. La primera semana faltaron porque ni siquiera tenía dinero para comprarles los cuadernos. Les iré comprando poco a poco durante el año, ahorita estoy comprándoles poco a poco los cuadernos, colores y esas cosas porque no creo en eso del Bolso Bicentenario, el año pasado no llegó". Nos comenta Vilma Castellanos, madre de tres niños de segundo, cuarto y sexto grado, costurera de 34 años.

"Yo sí compré uniformes nuevos para mis dos hijos y los útiles escolares también. Pero lo pude hacer porque mi esposo está fuera del país y me mandó dólares que cambié en el mercado negro. Compré dos pantalones escolares, cuatro camisas blancas, dos monos, dos camisas de educación física, una docena de medias, una docena de interiores, dos pares de zapatos, los morrales no, porque los del año pasado aun están en muy buen estado. Todo eso m salió en 1.200.000 Bs, aproximadamente. Aun me falta la lista de útiles. Es verdad, por un lado estoy muy contenta porque pude comprarles todos los implementos a mis hijos, pero por otro lado, tengo 8 meses sin ver a mi esposo. Se fue pensando que regresaría en tres o cuatro meses con algo ahorrado y no se ha podido. Él también tiene que cubrir sus gastos allá. Mis hijos están bien, pero mientras tanto la familia se dispersó" dice con un dijo de tristeza Maritza Villanueva, madre de dos niños de quinto y segundo grado, funcionaria del Ministerio del Poder Popular para la Salud.

Sin embargo, es importante destacar que para los padres venezolanos, sacar a sus hijos de la escuela no es una opción, hacen el mayor de los esfuerzos y sacrificios, entre los que se cuentan solicitar adelanto de prestaciones, el gasto del bono vacacional, préstamos bancarios personales, reciclar útiles y uniformes del año anterior, hacer trueques… lo que sea con tal de que "los muchachos estudien".

En un sondeo sobre los precios promedios de artículos escolares ofrecidos en librerías y ferias escolares, se pudo conocer el precio de los siguiente productos: juego de geometría entre bs 14.000 a bs 21.250; cuadernos pequeños doble línea, cuadriculado entre bs 7.346, sacapuntas con depósito bs entre 5.000 y 7.318, tijera punta roma bs 17. 230, pega de barra bs 3.500 y bs 7.000, caja de lápices bs 11.424, pega de cola bs 6.041, resma de papel entre bs 73.184 y 85.000, carpeta marrón bs 1.500 y bs 3.500, libretas empastadas entre bs18.000 y 26.000, creyones de 12 colores entre bs 25.000 y 42.000bs.

Asimismo ocurre con los precios de los uniformes escolares, en un sondeo en el que se ofrecen los precios más bajos (excluyendo precios de zapatos) tenemos que un pantalón escolar cuesta hasta 46 mil bolívares, un típico mono para educación física, talla mediana, puede valer hasta 35.500 bolívares y una chemisse cuesta 45.000 Bs

Los útiles escolares desaparecidos de las escuelas

"Hay un refrán que dice que "ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre" y lo recuerdo porque antes, existían docentes que pedían una lista de útiles escolares con una gran cantidad de materiales que, muchas veces, no se usaban completos durante el año escolar. Pero en la actualidad, a los maestros de las escuelas públicas nos prohíben pedir útiles escolares, lo que trae como consecuencia que no tengamos ni un marcador con que escribir en la pizarra, no hay hojas, es decir no hay los materiales mínimos .Por mucho que el maestro sea creativo esta falta de recursos atenta contra la labor docente. Todo esto ocasiona que se siga en el camino de la educación de mala calidad porque no tenemos ni siquiera recursos didácticos" Espeta Ramón Carrillo, maestro de primaria de una escuela ubicada en la ciudad de Caracas.

 

 

Maestra no vine ayer porque en mi casa no había comida

"Yo comencé a ser docente en plena decadencia de la Cuarta República. La necesidad también iba a clases en esos tiempos. Pero tuvimos un periodo con Chávez en el que medidas como el Programa de Alimentación Escolar, las ferias escolares, los programas de becas escolares y, en fin, la situación país fueron paliando la crisis de muchas familias que siempre vivieron en situación de precariedad. Pero, lo que pasa actualmente es que la precariedad la sufren todos, en menor o mayor medida. Hoy para que una madre de mi comunidad pueda garantizarles el desayuno a los niños tiene que hacer grandes sacrificios y esfuerzos, no hay cómo ayudarlos. Los maestros también sufrimos la carencia y la escasez. Es decir, somos más que nunca maestros empobrecidos dándoles clases a estudiantes de familias que se empobrecen cada vez más. Es muy común, casi está naturalizado, que un niño te diga que no vino porque no tenía comida, eso yo no lo había vivido en estas dimensiones de hoy en día nunca antes" cuenta la docente de primaria Carmen del Valle Guerrero.

Diversos estudios demuestran que la dificultad para mantener una dieta balanceada podría acarrear dificultades en un futuro. Los niños menores de 5 años que presenten desnutrición y anemia tendrá como consecuencia un bajo coeficiente intelectual que afectará el proceso cognitivo. Esto llevará a la deserción escolar, la baja estatura y menor peso. Estas consecuencias no se ven inmediatamente sino a largo plazo.

"Muchos colegas que laboran en escuelas pilotos y de horario integral, en las que sí funciona el Programa de Alimentación Escolar (PAE), nos cuentan que hay niños que prácticamente solo comen en la escuela, llegan en la mañana con hambre, esos casos graves tratan de atenderlos dándoles más cantidad de comida que al resto. Sin embargo eso no resuelve el problema de fondo", nos comenta el maestro Ramón Carrillo.

El personal docente también ha decaído con respecto a la alimentación

Yelitza Camargo, madre de tres niños expuso: "El problema de la escasez no solo toca a los estudiantes, sino a los maestros también. Yo soy colaboro mucho en la escuela de mis hijos y por eso sé que ganan unos sueldos muy bajos y que además no tienen ningún beneficio, ni seguridad social. Son muy maltratados. Muchos docentes salen a trabajar sin haber desayunado porque tampoco les alcanza para comer. Muchos se gastaron el poco bono vacacional comprando los uniformes de sus hijos y se quedaron cortos. Una maestra amiga mía me contó que a veces están dando clases pensando en qué hacer para obtener otro ingreso o qué le darán a sus hijos de comer cuando lleguen a su casa"

"Nosotros, los adultos aguantamos hambre, pero los más pequeños no"; esa es una frase común que hoy en día expresa la triste realidad en la que se debe elegir quién come. Los padres comen, en muchos casos, menos que los hijos, lo hacen dos veces o una sola vez, para que les alcance para su familia.

Inasistencia escolar forzada

Los docentes participantes en el grupo focal concuerdan en la opinión que si un estudiante falta dos o tres veces a la semana por falta de alimentos, obviamente es un alumno que está en desventaja en relación a los aprendizajes y toda la experiencia escolar que se debe dar de manera sistemática.

"En el nivel de primaria esto se está resolviendo como la maestra determine, pasamos a los muchachos de un grado sin las competencias mínimas, sin embargo tratamos de nivelar a los que vienen en esas condiciones y así vamos atenuando la crisis. En el nivel de bachillerato es peor porque los muchachos corren el riesgo de "decidir" no ir más al liceo, de abandonarlo para trabajar o bien porque al verse imposibilitados de ponerse al día por haber faltado tanto a clases deciden irse del liceo, dejar de estudiar. Es que el hambre, la miseria y la necesidad son muy malas consejeras", expresan los maestros del grupo.



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