Entrevista a Virginia King

“El machismo y el patriarcado son trastornos de orden cultural”

INVOLUCRADOS: El  problema de la violencia de género es de hombre o mujer, señala Virginia King.

INVOLUCRADOS: El problema de la violencia de género es de hombre o mujer, señala Virginia King.

Credito: Javier Calderón

7 de diciembre 2003.-

El lunes 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. La fecha fue instaurada por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas a solicitud de República Dominicana, en memoria de las hermanas Mirabal, luchadoras sociales asesinadas por el dictador Rafael Leonidas Trujillo.

Cuando en marzo de 2007 la Asamblea Nacional aprobó la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la primera arremetida que sufriría sería de la propia institucionalidad venezolana: el entonces Fiscal General, Isaías Rodríguez, acudió a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y la acusó de “supra constitucional”, es decir, alegó que estaba por encima no de una norma en específico, sino de la propia Constitución Nacional.

La avalancha negativa de opinión pública que se ciñó sobre el fiscal Rodríguez lo llevaron a capitular sus intenciones y retirar su demanda en medio de masculladas de desagrado, pues, a la usanza de Galileo Galilei, sostuvo que retiraba su demanda aunque pensara que tenía razón.

En efecto, la tesis legal de Rodríguez no encontró argumentos en su contra, pues aducía exclusivamente que la Ley Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia vulneraba un costosísimo derecho sobre el que se erige el cambio estructural del sistema de justicia en Venezuela: nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario y no puede ser privado de libertad, salvo in fraganti. Esta Ley consagra que un hombre (o mujer) denunciado puede ser “preventivamente” detenido durante 72 horas, sin más pruebas que la única acusación. Pasado el vendaval, Rodríguez canceló el tema (preocupado de no quedar registrado en la Historia como el hombre malo del movimiento de mujeres).

Y entonces han venido transcurriendo los años, los suficientes para ir armando una valoración de los progresos o estancamientos de esta Ley. “Ha sido positiva en términos generales”, concede Virginia King, especialista de género y dilatada conferencista internacional y activista de los movimientos reivindicativos del tema.

“Si hacemos una retrospectiva y valoramos desde la visión meramente doméstica todas las situaciones de conflicto que se generaban alrededor de la mujer dentro del núcleo de la mujer, ahí vemos que hay transformación”, añade.

-¿Es una evolución natural?

-No. Se ha logrado al fragor de las luchas de los movimientos feministas mundiales.

-¿Y en Venezuela ha habido lucha de los movimientos feministas?

-Durante muchos años, tanto de hombres como mujeres.

-Sin embargo, pudiera ser contradictorio que el logro de una Ley no haya sido precisamente por luchas sino porque el presidente Chávez la firmó (tras haberla estimulado).

-No. No lo veo desde ese punto de vista. El Presidente lo que logró fue darle un ejecútese a lo que eran las ansias y expectativas creadas por los movimientos a nivel nacional.

-El fiscal general Isaías Rodríguez consideró que era una Ley que estaba por encima de la Constitución y la impugnó.

-Había enfoques muy puntuales que colindaban con otro tipo de leyes. La retiró (Rodríguez) porque entendió que desvirtuar la esencia de la Ley era una locura.

Virginia King, quien anda en su propio peregrinaje en el país y en el exterior preocupada porque dice que muy pocas mujeres conocen la Ley,  cita que en ella se tipificaron claramente 19 tipos de violencia, entre las principales la psicológica, porque es sutil y residual, imperceptible para la propia víctima, asegura King, quien añade que a partir de esta anomalía de empiezan a legitimar conductas patológicas, tales como un marido le dice a su esposa que está gorda o que la comida le quedó mal.

LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN

 

Si romper el flagelo del silencio para la mujer ha sido una lucha en una sociedad tan patriarcal, “¿cómo será para los hombres?”, repregunta Virginia King sobre los casos de hombres que denuncian violencia en su contra (que los hay y en número importante, según cifras de la Fiscalía General).

“Después de la aprobación de la Ley en 2008 se disparó exponencialmente el número de casos de violencia laboral contra hombres”, añade.

Pero no desenfoca, vuelve sobre las víctimas mayoritarias son las mujeres. “El machismo y el patriarcado son trastornos de orden cultural”.

-¿El patriarcado está estancado o se debilitó con la Ley?

-Lo ha debilitado, pero no en toda su dimensión-, señala, y acota que hay cierta restricción de las mujeres a cargos de dirección.

Le recordamos que todos los poderes públicos están acaparados por mujeres. Y opone que  “abarrotados no, con mayor presencia”.

De mismo modo en que hay machismo en Venezuela, ¿hay feminismo?, le consultamos a King.

-Como movimiento mundial se ha distorsionado un tanto, como todas las cosas que tienden a sesgarse hacia un lado.

-En el caso venezolano, teniendo una Ley y un Presidente que se declaraba feminista, ¿las mujeres se han envalentonado?

-¿A qué llamas envalentonado?

-Alzar más las banderas de lucha, golpear más a los hombres.

-Creo que la mujer ha entendido que puede ser más de lo que era.

-Las mujeres no han alzado la voz de manera importante contra la Ley de Participación Electoral, que les pone techo.

-Es un tema importante a abordar, pero no es el más importante. La violencia de género es lo que más nos ocupa hoy y debemos extirparlo.

EL NOBLE PIROPO

De las 19 formas de violencia conceptuadas y penalizadas en la Ley,  el cortejo y la galantería mediante piropos no está taxativamente condenado en la Ley, pero en tribunales y fiscalías de Caracas se han presentado casos en que las mujeres han exigido disculpas de caballeros que les han proferido algunos subidos de tono. No es un punto sobre central en la preocupación de Virginia King, pero se lo preguntamos.

-¿Un piropo puede ser considerado violento?

-Depende de cómo sea el piropo. En todo esto va inmerso un proceso de subjetividad. Es cuestión de valores. Yo ni siquiera manejaría eso como parte del tema.

-Basta que la mujer lo considere agresivo (al piropeador) para proceder a denunciarlo.

-Una ley, sino no va acompañada de un proceso de transformación cultural, no va a tener efecto residual ni va a trascender en el tiempo.

-¿La bulimia y la anorexia son delitos contra la mujer?

-No están tipificadas, pero deberían tener un tipo de observación dentro de los movimientos feministas.

-La mujer que no se ha percatado de las herramientas de las que ahora dispone...

-Ese es el reto, y por eso que digo que el Estado ha sido timorato. Nuestra Ley es envidiada por todos los países de América Latina. En el Foro Sao Paulo todas las mujeres suspiraban con esta Ley, para que sus países tengan una Ley que al menos tenga la mitad de esta Ley, con tanto impacto social, si se cumpliera. Es necesario sacar la Ley del anonimato, llevarla a la calle.

-¿Los movimientos feministas están esperando que sea el Gobierno quien la saque?

-Particularmente emprendo esta cruzada de forma individual (la denomina Misión Divina).

King asegura que la Ley venezolana no tiene desperdicio, “aunque todas las leyes van perdiendo vigencia porque las dinámicas de las sociedades van transformándose. Las leyes tienen que estar en sintonía con los momentos históricos que viven los pueblos. Y todas las instituciones en sinergia para lograr que la Ley se cumpla.

-Hemos sido espasmódicos, desarticulados-, acusa King, quien sostiene que ello será así  mientras no se apunte desde lo institucional educativo.

¿Esta Ley es un decreto?

-Es un decreto. No ha pasado de eso. Pasará de serlo cuando todas las mujeres no sentemos a ver cómo se lleva y que hemos solucionados casos y dado respuestas efectivas.

Finalmente, King aborda la cuestión del nombre (que en su momento produjo discusiones porque en su título para remitirse solamente a las mujeres). “El problema de la violencia de género es de hombre o mujer” y pide a las víctimas que tomen conciencia de la trascendencia de su decisión de denunciar, sea mujer u hombre.



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