20/09/12.-Los principales periódicos del continente Suramericano difundieron esta semana, un artículo del periodista argentino Andrés Oppenheimer, sobre un supuesto “fraude electrónico”, en el marco de las elecciones presidenciales en Venezuela, el 7 de octubre.
Esta matriz de opinión señala, que sería posible un fraude electoral en Venezuela, aunque ninguno de los técnicos asignados por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), acompañantes y demás factores en los comicios, hayan podido encontrar resquicios de violabilidad.
El Nacional, La Nación de Argentina, The Miami Herald, El Nuevo Herald, El Tiempo de Colombia y ABC Color de Paraguay, denunciaron a través de Oppenheimer que el presidente Hugo Chávez, estaría usando “fondos gubernamentales para comprar votos, contando con acceso ilimitado al tiempo televisivo y controlando la mayoría de las instituciones electorales”.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha informado a lo largo de la campaña, que sus militantes han colaborado de forma masiva para financiar la misma. Las acusaciones sin pruebas de Oppenheimer, aparecen justo cuando el diputado de la oposición y exrepresentante de la MUD ante el Consejo Nacional Electoral, Juan Carlos Caldera, fue señalado por presuntos actos de corrupción.
Oppenheimer opinó, que “al gobierno venezolano no le resultaría fácil llevar a cabo un fraude electrónico” y que “Venezuela podría darnos una sorpresa parecida a las ocurridas en 1989 y en 1990, cuando fueron derrocados el dictador Augusto Pinochet y el presidente Daniel Ortega”.
“En las últimas semanas, han proliferado las especulaciones de que el presidente venezolano, Hugo Chávez, está preparando un fraude monumental para alterar los resultados de las elecciones del 7 de octubre”, dice el artículo. Pero Oppenheimer se contradice, al señalar que entrevistó al candidato opositor, Henrique Capriles, junto a quien concluyó que el fraude electrónico no es posible.
Además, Oppenheimer citó una columna reciente del reaccionario Carlos Alberto Montaner, quien afirma que Chávez podría estar preparando un “megafraude” a través de dos millones de votantes fantasmas, y manipulación de las computadoras.
Los dos reaccionarios intentan sostener una matriz increíble, al proponer en los principales medios del continente el escenario de “megafraude” -nótese la grandilocuencia del adjetivo-, contradiciendo lo dicho por el propio Capriles, quien señala que el sistema electoral venezolano es inviolable.
Pocos medios de comunicación resaltan el hecho de que Capriles es hijo de los dueños de un monopolio mediático en Venezuela, que está identificado con el proyecto del candidato de la derecha, apoyado a su vez por las televisoras privadas, Globovisión, Venevisión y Televen, que jugaron un nefasto rol en el golpe de Estado del 2002.
“Estoy enfrentando todos los recursos del Estado, todos los fondos públicos. Pero a pesar de toda esa bonanza petrolera, el Gobierno no tiene mayores resultados que exhibir”, declaró Capriles a Oppenheimer; desestimando la innegable y sostenida inversión social que ha hecho el Gobierno Bolivariano en trece años de Revolución.
