Caracas, 30 de noviembre de 2011.- Reporteros de Aporrea coincidieron en el CDI Los Flores de Catia, con la llegada de una mujer y varios acompañantes (otras mujeres y niños) para solicitar atención médica de emergencia. Mari Rodríguez, una trabajadora de la economía informal, exhibía una lesión sangrante en su cara (naríz) y manchas del líquido rojo sobre su ropa. La causa: había sido arrastrada y golpeada por un funcionario de Poli-Caracas, según su propia versión y la de los testigos que la acompañaban. Contó que varios policías agredieron a personas que ejercían sus labores de comercio informal en la calle Argentina de Catia. Varias de esas personas también resultaron heridas, con quemaduras en la piel (aparentemente por descargas eléctricas con un artefacto) y se les practicaron decomisos. Se quejan de que los policías se quedan con la mercancía y que los hechos represivos suceden con cierta frecuencia.
La trabajadora dijo entender los problemas causados por la buhonería en las calles, que afecta de distintas maneras a los demás ciudadanos y a la comunidad, pero afirmó que no se les daba ninguna otra alternativa, frente a la necesidad de ganarse la vida para mantenerse junto con sus familias.
¿Trabajar es un delito que amerita la represión física?
Se comentó que la órden provino de un tal Montesinos y que los policías le decían a los buhoneros que eran mandados por el Presidente Chávez; una manera de desprestigiar al Comandante por acciones abusivas de subalternos de poderes locales, que las realizan por su propia cuenta, y que no necesitan, obviamente, de ninguna órden presidencial. Si algo ha distinguido al presidente Chávez es precisamente el llamado a que la fuerza pública no sea usada de esta manera contra el pueblo.
Trabajadores informales quedaron pendientes del seguimiento de esta noticia para informar cualquier represalia de los funcionarios presuntamente involucrados en la agresión.
Ojo con esta conducta de los funcionarios policiales municipales, Alcalde Jorge Rodríguez, porque aunque sea necesario controlar la economía informal en las calles, también deben respetar y proteger el derecho al trabajo, así como el derecho a la integridad personal, sin olvidarse de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Parece que hace falta refrescar las llamadas Tres R por ahí (revisión, rectificación y reimpulso).