Reporteros con Fronteras I

El periódico inexistente

Digamos: si quienes miramos con buenos ojos el proceso de transformación que se vive en Venezuela dispusiéramos de un periódico en el que contribuir desde el reporterismo (así como los reporteros que se oponen al cambio social cuentan con El Nacional y El Universal), me habría encantado realizar un reportaje teniendo en la mira el objetivo de desmantelar de los pobrísimos argumentos que expone la oposición para gritar fraude, a saber, que los exit pools de Súmate daban cifras inversamente proporcionales a las ofrecidas por el CNE, así como que es imposible la ocurrencia de los números topes.

Para la realización de este trabajo periodístico de ficción, yo habría tomado en cuenta unas declaraciones recientes que un vocero de Súmate le ofreció a una periodista de El Nacional (Ascensión Reyes), en las que señalaba que las encuestas a boca de urna las había realizado una empresa estadounidense y que las mismas se hicieron en 300 centros electorales.

Como todo reportero abnegado, yo me habría puesto en contacto con los amigos de Súmate, para pedirles por favor que me suministraran los nombres de los centros de elección donde concretaron los exit poll. De este modo, tras consultar a expertos en metodología, determinaría si la muestra empleada es correcta. Preguntaría a esos mismos especialistas cuán afectada se pudo haber visto la pequeña encuesta por el hecho de que algunos comunicadores sociales de la oposición conminaron a sus simpatizantes a acercarse ellos mismos a los muchachos que realizaban las encuestas. Como este punto en específico fue razón de burla por el hasta hace poco ministro de Comunicación e Información, Jesse Chacón, le pediría a él que profundizara su opinión al respecto.

Teniendo los nombres de los centros (que no aparecen en Súmate.org), revisaría las cifras oficiales del CNE y sacaría una cuenta elemental: Cuántos Sí y cuántos No hubo en esos 300 centros de votación. Si, suposición de la que parto, en esos 300 centros ganó el Sí, tendría yo una explicación del porqué esa militancia no comprende, no digiere su derrota. Con números en manos, abordaría (si estuviera en el país, de lo contrario por e-mail) a María Corina Machado, para preguntarle si no será esa la razón por la cual no coinciden sus números con los del CNE. Para este capítulo tendría presente algunas declaraciones públicas del rector electoral Jorge Rodríguez, quien al rechazar los argumentos de la oposición le pidió a su dirigencia que comprendiera que el país era más grande de lo que sus ojos alcanzaban a otear. Como periodista que no quiere la cosa, le pediría a Rodríguez que me hablara de esas seis encuestas de boca de urnas que él dice coleccionar, en cuatro de las cuales ganó el No, y en dos el Sí. Esto me serviría para preguntarle a la misma María Corina Machado: ¿Qué opina de que hasta en el número de exit pool pierda la oposición?.

A Jorge Rodríguez también le pediría copias de las actas donde él dice que los voceros de la Coordinadora Democrática (Quirós Corradi, Felipe Mujica) revisaron y aprobaron las máquinas de votación. Y en general copias de las actas de todos los acuerdos. Yo hurgaría en el porqué representantes de la oposición no participaron totalmente en las auditoría post cierre de centros. Me urgiría saber si por impedimento o por negativa propia. Parto del principio de que de esto tiene que haber constancia.

Con el directivo del CNE profundizaría el asunto de las capta huellas. El dice que se recolectaron 6 millones, como quiera que se trata de una cantidad importante, trataría de saber acerca del mecanismo de protección de esa base de datos y de si es verdad, tal como parece, que ese será el fundamento para el nuevo documento de identidad del país. A fin de cuentas, la Ley dice que el CNE debe regir los destinos de identificación de la Nación. Para cerrar este primer encuentro, y nada más que por vocación farandulera, consultaría su criterio sobre lo expuesto por Federico Vegas, quien en vieja oportunidad de ser jurado del concurso de cuentos de El Nacional votó a favor del primero y el segundo cuento del rector Rodríguez (“con cualquiera de los dos ganaba’’), pero que en un artículo de opinión de reciente data no solamente estaba arrepentido de su fallo, sino que ahora aseguraba que Rodríguez estaba lejísimos de ser un buen escritor. El rector, siquiatra al fin, tal vez sepa encontrar una razón de este gris arrepentimiento.

Indagado todo lo anterior, iniciaría mi abordaje al tema de los números topes. En primer lugar tendría muy pendiente una noticia dada por Jorge Rodríguez, quien dijo: Al enterarnos de las quejas por los números topes revisamos las elecciones de Chávez-Salas Romer y Chávez-Arias Cárdenas (igualmente polarizadas, como ahora) y encontramos que en ambas ocasiones los números coincidentes son muchísimo más elevados que los del 15 de agosto. Yo me diría, guá, doctor Rodríguez, a mí enséñeme esas estadísticas. Si me las entrega, las consulto con los voceros de la Coordinadora Democrática, preferiblemente con Enrique Mendoza, y sin duda alguna que con Salas Romer. No tendría tanta urgencia con Arias Cárdenas (por la desconfianza que pueda generar en estos tiempos esta fuente, pues como buen reportero ya estoy enterado de los rumores que lo señalan como sustituto candidato del chavismo en Zulia).

No me quedaría ni con la predecible evasiva de Salas Romer ni con el seguro patético balbuceo de Mendoza. Me anclaría en el informe el Centro Carter, donde se informa que: Luego de las denuncias de la Coordinadora Democrática revisamos todas las mesas y encontramos un total de 400 y dele de topes por el Sí y 300 y pico por el No. Ciertamente nos llamó la atención ese detalle, por eso consultamos con nuestros estadísticos, quienes estuvieron de acuerdo con que los números topes son probables en unas elecciones como las aludidas (polarizadas). Sigue el Centro Carter: No obstante nuestra creencia, consultamos a dos de los mejores expertos internacionales, un profesor de la universidad de Stanford, y a un boliviano, quienes afirmaron que lo ocurrido no solamente era probable, sino posible. En otras palabras, estos dos especialistas del mundo están queriendo decir que de no haber ocurrido lo de los números topes, habría sido motivo de fuerte sospecha.

Reportero nato e ignorante que soy, habría ido en busca del Informe Carter, para ver con mis propios ojos si esos dos expertos basaron sus opiniones (como creo) en teorías matemáticas, porque no estamos hablando de una cosa que se calcula al voleo. Si existiera esa teoría, pues la confronto con los matemáticos de la oposición, y eventualmente con el ministro Nelson Merentes. Como expertos de la oposición, para este caso de la teoría matemática que desconocemos, me cuidaría de acudir al grupo de profesores de la UCV que aseguró haber realizado una encuesta en la que el Sí ganaba “muerto de risa’’ (fracasaron y en la UCV las cosas siguieron como si nada. Antonio París llegó a defender esa encuesta así: “Por favor, respeten lo que hace la UCV’’).

Cerraría esta primera entrega de mi reportaje con una interrogante: ¿Por qué para denunciar lo de los números topes la Coordinadora Democrática se vale de un ciudadano llamado J.J. Rendón, quien no tiene precisamente prestigio de matemático ni de estadístico? Es más, ¿qué prestigio tiene Rendón? ¿Tiene alguno?
Para enganchar a mis eventuales lectores, como continuación de mi trabajo reporteril prometería indagar en cómo es que el candidato Claudio Fermín reconoce la victoria de Hugo Chávez y Henry Ramos Allup lo desmiente.

douglasbolivar@yahoo.com


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Douglas Bolívar


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