¿El gallo canta o llora?

Artículos de la oposición (2)

Hoy es domingo 29 de noviembre de 2009 y una vez más, Julio Andrés Borges demuestra que no es muy ducho en la historia ni en sus apreciaciones políticas. Se vale de una enanes crítica sin raíces, ni cuerpo, polen o flores para plasmar en su “nuevo camino” unas cosas que nos dejan el recuerdo de aquellos “intelectuales” con los cuales tratábamos de dialogar en tiempos juveniles sobre política y guerra, filosofía o convicciones.

¿Qué trata de decir Julio Borges en esa “pantaletica” en la cual nombra a Ilich Ramírez? al cual en Europa le endilgaron el nombre de El chacal? ¿Qué apodo le irán a poner a quienes lanzan bombas de racimo sobre Palestina? ¿Cómo llama Julio Borges a sus padres del fascismo Adolf Hitler y Benito Mussolini? ¿Eran ellos un par de angelitos, los cuales les sembraron en el cerebro a Julio Borges que las ideas del fascismo eran propicia para el trópico, para el país Venezuela en el cual Julio y su amigos tratan de implantar? ¿No se acuerda Julio que en 2002 proveyó de tres ministros a Carmona Estanga? ¿Es ese el amor del cuál habla Julio en su columna.

Siempre hemos creído que la historia es un libro. El prólogo es la luna de miel…las demás páginas las escriben los hombres, con su vanidad, su egolatría, su “punto a favor”, ¿hasta cuándo vamos a decir que Jesús era puro amor y que la madre Teresa de Calcuta jamás pensó en un coito en sus travesías por la vida? Ilich Ramírez fue un muchacho como todos los ídem del mundo, con sueños, con deseos, con ganas de cambiar esas estructuras política que para él eran aberrantes, sin humanismo, sin amor. Lo injusto, por lo justo, era su ideal. Por eso su terquedad, su nomadismo, su incansable e improrrogable viaje por el mundo en busca de esa utopía. Carlos ha sido un eterno luchador. Que un efebo lo nombre para minimizarlo, es lamentable.

¿Cuál guerrero no se involucra en una lucha? ¿Qué se puede pensar de Ben Bella en su feroz resistencia contra el colonialismo francés? ¿Cuántos murieron en esa guerra por defender el terruño? ¿Cuántos en Vietnam? ¿Qué hizo Bolívar cuando huyendo del país le recordaron que tenía unos presos en una cárcel del litoral? En Homero encontramos la guerra hecha poesía, porque la guerra es tan cruel que parece una fantasía. Quienes crean la paz y la guerra son los hombres, Que a un hombre se le censure por luchar a favor de sus ideales, es tan triste como lo que le sucede a “esos” que se encierran en la soledad de su habitación a medirse los trajes de su esposa cuando ella se ausenta. Quizá Julio Borges no tuvo ese tiempo en su juventud para pensar en algo o en querer cambiar elementos, porque su espíritu estuvo dominado por la tranquilidad que según, produce el vivir en contacto con el capitalismo que cierra ideales. Por eso ignora que hay dentro del alma de Illich Ramírez. Que a un “hombre” le sorprenda lo que puede hacer otro hombre, es una falta a la ética varonil. Carlos Illich Ramírez es una víctima del europeísmo fascista. El Presidente Chávez es un soldado y los soldados no se pisan el fusil. Por cierto, ¿cuántas explosiones produjo en Venezuela Illich, y cuántas embajadas sintieron el grañido de las bombas de Primero Justicia? ¿Y cuántos Guardias Nacionales fueron atacados por Illich y ¿cuántos por Leopoldo López? ¿Cuántos venezolanos mató Illic en puente Llaguno y cuántos el golpe que respaldó Julio Borges? La historia la escribe el hombre; debe aceptarla.

Los presidentes deben velar por la seguridad de la patria a quienes les sirven... Leer a Julio Borges escribiendo de los puentes volados en la frontera por los soldados venezolanos parece un chiste. Dice que “en vez de tender un puente los vuela”. En su supina ignorancia política Julio Borges ve la paja en el ojo ajeno pero no siente el misil dentro del suyo. Hace una explicación absurda e insípida de que “es como si el presidente ordenara volar un viaducto a la Guaira porque por ahí pasan narcotraficantes”, ¿Cuál país queda cerca del viaducto? Cabría preguntarle a este inapropiado escritor. Si el viaducto estuviera en la frontera, pues, igual habría que volarlo. Creo que Julio Borges no pensaba así cuando junto a toda la oposición celebraba que el viejo puente se vino abajo y luego se indignaron cuando en un tiempo récord la REVOLUCIÓN BOLIVARIANA lo restituyó por otro más moderno, más fuerte y más bonito. La próxima semana seguiremos leyendo a la oposición.

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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