Presidente no postergue mas lo inevitable

Usted ha hecho lo posible para evitar que el imperio nos agreda, pero en ese mismo lapso el imperio ha hecho lo posible y ha logrado menoscabar la fortaleza de la Revolución; además, la debilidad moral y de convicciones de funcionarios y dirigentes de nuestra Revolución nos hace tanto o mayor daño que el imperio. Cuanto más tarde usted en admitir, que la única opción alterna al enfrentamiento es la rendición incondicional, la guerra solapada de desgaste y la intrínseca, de destrucción de la moral de la Revolución, habrán hecho tanto daño, que poca o ninguna resistencia podremos oponer a las fuerzas imperiales y sus lacayos, crecido éstos para entonces.

Percátese Presidente Chávez, del creciente daño que hacen dirigentes locales y regionales, con actos inmorales de corrupción y atropellos contra las comunidades, y peor aún la indefensión y la ausencia de justicia, que padecen las colectividades, frente a uno, o a pequeños grupos de individuos, que las despojan de los recursos o bienes que le asigna la Revolución y quienes destinan esos recursos o bienes para el beneficio individual del jefe local o regional o de su grupo.

Esa circunstancia la vivo en mi pequeña comunidad rural y pesquera del Estado Falcón, donde mis vecinos impotentes vienen a mí a compartir estas quejas, y yo también me siento impotente para obtener justicia para mi comunidad, para cientos o miles de comunidades como la mía, de campesinos, de productores agropecuarios y pescadores, pues usted no escucha y muchos hemos optado por callar.

Como la mía, cientos de comunidades sufren la ausencia de justicia, se alejan de la Revolución. Soy productor agropecuario y soy marino; nací y crecí a orillas del mar, entre pescadores y duele que mi gente de la pesca se haya divorciado de la Revolución, pues nunca antes otro gobierno les dio tanto; lamentablemente, éste ha sido inepto para identificar a la población de pescadores con los propósitos de la Revolución. De mis colegas campesinos, le advierto de la indignación que nos embarga en occidente y en crescendo, por humillaciones y desplantes contra la condición humilde que caracteriza al hombre del campo, desconcertado además por la asignación de recursos financieros, que favorece a empresarios agrícolas y pecuarios, quienes se manifiestan y destinan sus productos a propósitos contrarios a la Revolución; no se entregan recursos al campesino necesitado y relegado, quien se llenó de esperanza y regresó al campo de su origen, desde donde, desasistido para cubrir necesidades básicas, se aleja nuevamente, de regreso a los cinturones de miseria alrededor de las ciudades.

No guardo duda Presidente, usted no quiere que esas injusticias se sucedan, pero cómo evitarlas, no las conoce, no sabe de ellas, ni como resolverlas, por la actitud que usted ha decidido frente a la voz de Dios. Mi propósito es advertirle que, o enfrentamos ahora la arremetida del imperio o lo haremos tarde, debilitados, cuando el occidente venezolano haya sido entregado al imperio por algunos mandatarios regionales, entrega a la que contribuyen, por equivocación u omisión, algunos funcionarios nacionales. Dios, Patria Socialismo o Muerte… VENCEREMOS.


(*)Capitán de altura


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Rafael Flores(*)

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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