¿Y los hijos de los pobres que los ricos se han llevado?


La alharaca que forman los escuálidos, fascistas, oligarcas del Este de Caracas, la verdad es que da risa y rabia. Lo primero porque ellos son una sarta de payasos frustrados que no dan con pie en bola en los macabros proyectos que planifican durante meses para ponerlos al ejecútese cada vez que el gobierno y la AN implementan algo en pro de los que menos tienen. Son cantantes malos, actores fracasados, caminantes de la noche vestidos de lentejuelas apagadas, morichales sin canto, hojuelas de maíz sin virginidad. Escama de pescados podridos.

La porquería esa llamada CEDICE ha gastado millones de bolívares haciendo publicidad con la venia de varios infelices que se prestan para cobrar un dinerito mientras prestan la desnudez de sus cuerpos olorosos a agua del río Guaire. Dicen que son una ONG (Organización Nacional Garrapatosa) que ve por la pobre gente a la cual el Estado quiere despojar de sus catres, sus ranchos, sus patinetas y su “teretere” con yuca.

Esos escuálidos a los cuales el tiempo ha de engullir para luego regurgitarlos en el infierno por malos y crueles con los pobres, forman escándalos, gritan, producen caos en la ciudad, queman cauchos, rompen bombillos, atraviesan sus lujosas camionetas en las esquinas del jai Este para hacerle la vida de cuadritos a todo el mundo. Sobre todo a esos hombres que se ganan la vida manejando un taxi, una camioneta, un bus.

Y dan rabia porque uno se pregunta, ¿por qué tanta impunidad? ¿En cuál país del mundo UNOS PERDEDORES osan patentar la rochela, la quema, la ofensa y la calumnia contra un pueblo que votó en su mayoría por Hugo Chávez Frías? El principal cabecilla de ellos es Oscar Pérez un hombre señalado, según hemos leído, por la policía, como alguien inmiscuido en algunos problemas con carros robados. El otro es Ramos Allup, el conejito de voz de vieja chismosa, que pasó cuarenta años cobrando sin trabajar y que no se le conoce algo a favor de esta Venezuela. Por ahí está otro más, Julio Borges, señalado junto a Lepoldo López de utilizar un dinero de PDVSA para formar el partido Primero Injustcia, perdón, Justicia. Y el Leopoldo López tan mal hijo que no siente vergüenza de haber metido a la que le dio la vida en esa situación tan perversa.

¿Quién va a confiar en unos señores que no tienen capacidad moral ni política para llevar las riendas de una nación? ¿es qué no basta esto que estoy escribiendo? ¿Es qué ellos nos consideran tan estúpidos para vendernos sal por azúcar? ¿Es que no se han dado cuenta que los venezolanos ya hemos dejado el taparrabo y la caverna atrás? Por eso da rabia. No hay en ningún núcleo de esa oposición un hombre, una mujer con suficiente capacidad moral para presentarnos una alternativa capaz de ser honesta.

Nos da risa que se llenen las bocotas de que el gobierno les va a quitar sus hijos, pero no entienden que quienes les han sustraído sus hijos, sus hijas, sus mujeres, al pueblo, son ellos. Vaya usted a cualquier quinta, mansión, penth house o lo que sea, para que vea a esos hijos del pueblos sirviéndoles de mucama, sirvienta, amas de llaves, choferes, cuida niños.

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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