De pana que me estoy cansando

“Que si la oposición va a marchar...que si la oposición va a crear guarimbas...que si la oposición va a llegar a Miraflores....que si la oposición no acepta la regla del juego...que si la oposición no va respetar la frontera...que si la oposición no le hace caso al gobierno...que si la oposición se pasa por el forro de las bolas las leyes...que si los golpistas de 2002 van a formar tremendo lío” y en mi inocencia me pregunto: ¡Basta!, ¡basta ya!, ¿quién es el gobierno? ¿Quién fue el que ganó las elecciones, Rosales o Chávez?

La indignación me hace tirar la taza de café sobre el mueble de la computadora. No encuentro una explicación. Las televisoras golpistas ofenden, amenazan, critican, fungen de catalizadoras de la política revolucionaria, hacen desfilar a un grupo de HOMBRES que escriben en la prensa que no son ningunos dioses, y luego cuando a estos le caen a golpes, entonces al ver satisfecho su propósito, se envalentonan y acuden a estancias internacionales a gritar que en Venezuela no hay libertad de expresión... ¿Que es lo que pasa Tomasa?

Yo siempre vi. Que en un combate de boxeo el perdedor se dedica a buscar la revancha haciendo ejercicios, preparándose, pero no cayéndole a golpes al que lo venció por la espalda. Esta oposición no es así: perdió varias elecciones pero sigue jodiendo a un gobierno BLANDENGUE! UN GOBIERNO QUE “se pone”, que no se arrecha, que no actúa como debe actuar UN GANADOR...un gobierno débil y escuálido que teme utilizar el látigo contra el cruel enemigo

Así no vamos a llegar a ninguna parte. La democracia debe defenderse de sus enemigos. Chávez ganó las elecciones, ¿qué es esa vestimenta roja rojita que lucen los revolucionarios? ¿Lo hacen para el ridículo? La revolución debe actuar con rudeza. Nada de permitir que LOS ESCUÁLIDOS HAGAN LO QUE LES VENGA EN GANA. Si el permiso que se les otorgó fue hasta un sitio determinado, hasta ahí deben llegar; sí se pasan hay que poner en ejecútese los camiones cisternas, las peinillas, porque ningún estado puede permitir la anarquía.

La debilidad no es una víscera de ninguna revolución. Eso lo que produce es resquebrajamiento, incapacidad, desconfianza entre las masas que la sustentan, temores, de quienes la apoyan, desconfianza de quienes ven en ella algo especial para lograr un mundo de equidad y justicia. Permitir que la oposición rompa la regla del juego, es injusticia contra el pueblo.

El gobierno se puede seguir con esa sumisión ante la oposición. Eso causa entre el pueblo un estado de orfandad, ¿para qué luchar si el enemigo siempre está con el bate sobre nuestros cuerpos? Hace falta que el estado se ubique. Que se de a respetar, que no acepte el chantaje ni la media tinta de una oposición cada vez más envalentonada. Que exista la oposición, es algo que hace falta, pero que sepa que en cualquier momento si se sale de los parámetros de la lucha democrática, entonces debe pagar con creces su brutalidad.

El pueblo ama a su revolución, pero quiere que quienes están en la obligación de hacerle respetar a nivel de leyes, lo hagan, le den protección, la hagan ver entre quienes anhelan verla destruida, como una fortificación de hormigón impenetrable y segura. ¡Por favor, basta ya!

aenpelota@hotmail.es


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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