Difusión Del Componente Intelectual De La Revolución

La imagen del líder de la Revolución Bolivariana, que el imperialismo difundió por el planeta, fue en un primer momento de golpista, sin aclarar que su llegada al poder en el 2009 fue electoral, a pesar de las maniobras del imperio para impedir, o menoscabar su triunfo, al separar  su elección de las parlamentarias y disminuir la fuerza de la Revolución Bolivariana en el futuro parlamento...

En una segunda fase fue para calificar de loco a Chávez, descalificativo habitual que los imperialistas usan contra líderes rebeldes de las naciones por ellos sometidas. Lo hicieron con El Libertador. Mucho antes los romanos al referirse a Atila, se referían a sus “hordas”, las que arrasaron con aquel imperio;  como las nuestras, las de primera generación, con el español en América del Sur, de donde ahora, esta generación la nuestra, de hordas en las que milito, arrasarán con otro imperio, el yanqui, aún y cuando para éste seamos bárbaros, hordas carentes de intelecto.  

En su tercera fase, tras sucesivos y numerosos éxitos electorales, el imperialismo calificó a Chávez de dictador y antidemocrático, sin ápice de vergüenza por la paradoja. Más recientemente, el imperio califica a Chávez de narcotraficante, a pesar del éxito de la Revolución en el combate del tránsito de estupefacientes, psicotrópicos y productos químicos para procesar aquellos por Venezuela, cuyos resultados han duplicado las autoridades revolucionarias, a partir de la expulsión de la DEA. 

Para el imperialismo y sus aliados europeos y asiáticos es inadmisible atribuirle a la Revolución Bolivariana cualquier fundamentación ideológica. No la admitirán, ni para combatir tal ideología; y como combatir algo, que ellos afirman que no existe. La manera pues de combatirnos es la descalificación de nuestra nación y de sus líderes.

Para el imperialismo no puede existir un marco conceptual creado por nosotros, para nuestra Revolución. Según ellos, nuestro nivel intelectual, nuestra raza y condición humana no tiene el nivel que se requiere, para que surja de nosotros una ideología, capaz de merecer que se rebajen a discutir su validez,  menos la invalidación de conceptos que no existen, y en los que no se fundamenta tal ideología, naturalmente.

Quienes militan en la Revolución Bolivariana deben entender la inversión de esfuerzos y dinero en eventos intelectuales e invitaciones a intelectuales de todas las latitudes, pues es necesario que conozcan acerca de esta forma de administrar a la sociedad venezolana; del conjunto de principios que esbozaron nuestros libertadores en el Siglo XIX, fundamentalmente Miranda, Bolívar y Simón Rodríguez, del aporte de hijos ilustres y de data más reciente como Zamora y de otros latinoamericanos como Artigas, Morazán, Sandino, Martí, El Che, Fidel, y de quienes como Chávez y otros venezolanos y latinoamericanos del momento aportan, para constituir el marco conceptual de esta Revolución, que inició el 19 de abril de 1810.

Es necesario que otras naciones conozcan la creación intelectual Bolivariana y del éxito de su quehacer, al administrar con sabiduría y con justicia las prioridades de su pueblo. A partir de ese conocimiento, algunos pueblos que han sabido de nuestra Revolución, por sus intelectuales, defienden hoy frente a sus mandatarios, al proceso que tiene lugar en Venezuela, se oponen a los planes imperiales y a la complicidad de sus respectivos gobiernos con el imperio para acabar con la Revolución Bolivariana.



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Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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