Cuando decimos “los perros del batazo”, no queremos diferenciar
el béisbol de lo que en realidad es: un deporte. Pero no tienen autorización
moral los pitiyanquis del odio para minimizar el grandioso esfuerzo
hecho por más de dos mil deportistas venezolanos y sus centenares de
profesores, entrenadores, guías y cuidadores de la salud, que escogieron
a 109 compatriotas para que nos representaran en esa justa mundial que
rememora cada cuatro años la antigua hazaña del disco del Olimpo.
Qué grandioso es participar y no perder la perspectiva. Y ustedes,
muchachos y muchachas, tienen el futuro ahí mismito. No así los que
sólo exaltan el premio por el más largo batazo, siempre que éste
“talentoso vuelva cerca” sean ejecutados en el Yanqui Stadium. Claro,
hijos nuestros. Los gruñidos del can, aunque nos muestre el colmillo,
no tienen porqué hacernos dudar. Allá ellos con su pretensión. Ustedes,
con la altivejéz, saben que vacilar es perder.
Por otra parte, pero en el mismo orden de ideas, leímos las declaraciones
del dirigente deportivo Eduardo Álvarez. Oportunas las aclaratorias,
aún cuando no del todo necesarias. El pueblo, en su gran mayoría aficionado
al sano deporte, sabe de los mejores principios con los que fue formado
este profesional de la Educación Física. Y si en otro supuesto innecesario
le preguntamos a ese mismo pueblo respecto a quién tiene la razón
entre el pronosticador de las 5 medallas y los que, a palos con
tapa ojo, piden la renuncia, esa misma mayoría responderá que
un pronóstico es sólo eso: un pronóstico, que cabe en lo posible
y nada más. Lo que significaría que al no darse la predicción y se
establece el precedente de la renuncia, con mayor causa los políticos
embusteros ingresarían al racimo de los renunciados. La lista sería
larga y encabezada por el “pronosticador” y “filósofo” del
Zulia.
Luego entonces, camarada ex ministro, ahora Presidente del Comité Olímpico de Venezuela (COV) no es Ud, quien va a renunciar a pedido de los que aplauden y premian los batazos rentados que distraen las peas del beodo Bush. Ni renuncia ni lo renuncian. Así lo de “…no del todo necesarias,” que es cuando declara que “no se renuncia a cargos de elección directa”, lo que sí cabe en lo posible al que delinque, como es el caso de unos cuantos de los que hoy denostan contra los muchachos y muchachas que Ud. y muchos venezolanos y venezolanas de buena voluntad, conducen por el sendero correcto.
Y por último es conveniente aclarar, una vez más, que el hecho de que el béisbol sea una renta a favor del capital monopolista, tal cual está diseñada su ejecutoria por los yanquis, no nos da el derecho a excluirlo como deporte. Lo practicamos como tal alguna vez. Y el Presidente Chávez no oculta su afición. Sólo que el capitalismo promueve y paga pero secuestran. Nuestros peloteros, como sí nuestros Vinotinto, no pueden jugar acá. Además los inducen a conductas acomplejadas de superioridad que hasta los aíslan de la propia familia.
Patria, Socialismo o barbarie. ¡Venceremos!