La unidad se construye, no se decreta

   En estos meses pre-eleccionarios que vivimos, hemos podido ver por los medios de comunicación, los de des-comunicación, y a simple vista, toda la novela que se ha construido entorno al proceso de unidad de candidatos en las filas oposicionistas y en nuestras filas revolucionarias. 
   La oposición con sus actores aparecen cada hora en la televisión dando afirmaciones de haber llegado a la unidad en torno a un candidato, ya sea fulano o mengana, y media hora después salen los otros actores de la misma posición a desmentir la afirmación anterior. Este sector que adversa la construcción del socialismo ha pretendido crear candidatos únicos para las elecciones de noviembre, mediante mecanismo tan irrisorios como las encuestas que los mismos contendientes pagan, por lo que sus nombres siempre aparecerán con unos cuantos puntos de bono. 
   Es parte del realismo mágico que se vive en la política opositora de nuestro país, candidatos inhabilitados gastando importantes suma de dinero en publicidad, dinosaurios de la política pretendiendo seguir ocupando espacios, “estudiantes” abrogándose liderazgos ficticios, y todos al unísono repitiendo sin parar, “yo soy el candidato de la unidad”. 
   En el PSUV, entendiendo las realidades del pueblo venezolano, de la democracia participativa, y del protagonismo del colectivo, se han hecho los procesos más incluyentes de nuestro país. Elecciones internas para elegir los candidatos que nos representaran en las elecciones del 23/11 de alcaldes y gobernadores, este sábado que acaba de pasar también fuimos a las urnas a elegir a nuestros candidatos del legislativo regional. Lamentablemente dentro de la Alianza Patriótica no todo es color de rosa, las demás organizaciones políticas se han enfrascado en una lucha por imponer candidatos que no han pasado por la decisión de su militancia y que no cuentan con el apoyo popular para ganar el puesto al que aspiran. El Táchira, Vargas y Caracas son ejemplos claros de esto. Candidatos que se lanzan al ruedo sin posibilidad alguna, sin reconocer el liderazgo del PSUV en la filas del chavismo, solo una malcriadez electorera digna de la cuarta república. Toldas políticas respetables, que han dado su apoyo al Presidente Chávez, que han puesto su grano de arena, pero que no les da derecho a usar el chantaje como medida de presión; es el PSUV el que tiene la fuerza para conquistar la victoria este 23 de noviembre, quizás en algunos casos si sea parte de la Alianza, pero los acuerdos no se ganan con amenazas ni con chantajes, camaradas. 
Y para la oposición, es sencillo, sometan a sus simpatizantes y candidatos a un proceso interno de elecciones, recuerden que la constitución que defienden así lo indica, quizás ese articulo se lo han pasado por alto, por eso nunca esta demás echar una ojeada mas al texto constitucional, y a las distintas leyes. Concentren sus esfuerzos en los candidatos con “chance” o al menos ahórrense el dinero de los afiches y comerciales para los inhabilitados, que al fin de cuentas será dinero tirado al escusado. 


jorge_amorin@hotmail.com 
ESTUDIANTE UCV



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Jorge Amorín


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