Carta abierta al nuevo Ministro del Trabajo

Apreciado Roberto: No la tienes fácil, tus antecesores fueron poco menos que un desastre, así que la situación es complicada.

Te ruego que visites una a una las Inspectorías del Trabajo, no te encerres en una oficina por favor, así verás el estado caótico en que están los organismos de tu Ministerio. Por ejemplo las del Estado Aragua, que son las que más visito por mi trabajo, son de novela. La de Cagua queda en un 4to. piso sin ascensor, mide 4 x 4 y la gente tiene que estar una sobre otra, las colas que se hacen al frente de ella en los pasillos (que no pintan desde hace por lo menos 15 años) se parecen a las colas de los bancos los días de cobro. El archivo es una cuevita. Bueno y pare Ud. de contar. La de Maracay queda en un tercer piso, también sin derecho a ascensor para los usuarios de ella, es mucho más grande pero de verdad es un horror. La de la Victoria es mediana, está en un tercer piso y Aleluya! si tiene ascensor. Está un poco mejor que las anteriores pero se la pasa sin Inspector del Trabajo.

La Ley Orgánica del Trabajo, aunque coincido en que amerita reformas, le falta más que todo que se aplique verdaderamente, tanto en las Inspectorías como en los Tribunales lababorales. Considero, y conste que fui empleada por unos 30 años, que los trabajadores no siempre tienen la razón, esto lo digo aunque parezca una blasfemia, la mayoría de nosotros somos trabajadores (valga la redundancia), dedicados, comprometidos, etc., pero si hay personas que no quieren, aunque lo necesiten, trabajar y es allí donde aparecen los reposeros, faltones, hecha carro, etc. Estas personas tienen que poder ser sancionadas, tanto en una empresa capitalista como en una empresa socialista, no podemos permitir que eso se nos olvide pues si no producimos lo que necesitamos para vivir, porque todos queremos pasarla bien sin trabajar, fracasaremos.

La excesiva protección que le estamos dando a niños y adolescentes, mujeres (y conste que yo lo soy y a mucha honrra) y trabajadores no beneficia a nadie. Todos por igual necesitamos de la protección justa y equitativa de la Ley, todos tenemos que cumplir con nuestros deberes para poder aspirar a nuestros derechos. Aunque es distinto el tema eso de que los niños y adelescentes puedan hacer lo que les da la gana porque no se les puede reprimir, es una aberración, estamos criando un sociedad de malandros, atajemos a tiempo y con prudencia y sabiduría esta situación o nos vamos a arrepentir, si es que ya no nos estamos arrepintiendo.

Pero a lo nuestro Roberto, ninguno de tus antecesores se ocupó en realidad de los trabajadores, fue siempre nuestro Comandante quien los arreó para que hicieran lo poco que hicieron, tu ves como ejemplo lo que paso con los trabajadores de Sanitarios Maracay, como no eran Sidor, nadie les hizo caso nunca. Tengo esperanza en que tu con unos buenos colaboradores, si te ocuparás de tu Ministerio y harás una gestión digna de un comunista.

veoch@hotmail.com



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Victoria Elena Otero de Chacín


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