Ruralidades

¿El Anticristo tras el púlpito?

No estamos seguros pero lo sospechamos. Claro, si es que hay sonrisas ensayadas por los sospechosos enemigos del Redentor de los pobres, que nos inducen a pensar que hay algo malo tras bastidores. Además hay sonrisas que, como la hiena, simulan el zarpazo. De ello la daga bajo la manga del judío Alí Agca, con la que fue herido de gravedad el Papa de los pobres. El Papa de la paz, Juan Pablo II. Y la otra “daga”, con la que “apuñalearon” hasta la herida del silencio perdurable, las predicciones de Miguel de Nostradamus. Y siglos después, las tres revelaciones de la que posteriormente fue canonizada como la Virgen de Fátima.

Contra ambos el anticristo pretendió ensañarse, como todavía lo hace contra el Redentor, a quien “…los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, le tenían miedo al ver el impacto de sus enseñanzas en el pueblo” (Marcos 11:18). En Nostradamus (1503-1566) por su profecía de la “última batalla de los representantes de Jesucristo en la tierra, empezando por el papa 109 hasta el 112, cuando se cerrarán las puertas de los templos y santuarios”. Y dijo más el astrónomo: “el penúltimo Papa tenderá la rama de olivo como guía para el anticristo y el cerrojo”. Mientras que la Virgen de Fátima, en 1917, revelo que “la iglesia de nuestro señor Jesucristo…tiene los días contados”. Y en la tercera revelación se refiere “a un Obispo vestido de blanco que, caminando con fatiga hacia la cruz, entre cadáveres, cae en tierra bajo los disparos de arma de fuego”. Revelación ésta que fue publicada el día 13 de mayo del año 2000, por el Papa Juan Pablo II, como un alerta a la humanidad.

Ahora una pregunta ingenua: ¿Será Benedicto XVI el penúltimo Papa? Esperamos y aspiramos que no. Pero en todo caso, aquellas predicciones y revelaciones deben dar lugar a una reflexión al unísono por parte de la jerarquía eclesiástica venezolana, para que revise su comportamiento y se dedique a velar con esmero por el retorno a nuestra iglesia de los venezolanos y venezolanas que se han desprendido del culto por culpa de los sacerdotes que han pretendido utilizar el púlpito y la misión como entarimado de los partidos políticos en decadencia. Y para que no se obnubilen en sus decisiones y mediten con sindéresis respecto a la realidad, sin esguinces, sobre los acontecimientos de los últimos años en nuestro país. Para que vuelvan a Jesús con sus sandalias a remarcar las huellas por los senderos de la patria, y no solo sobre Montalbán. Para que ocupen el tiempo en las prédicas de nuestro Redentor y no servir como eco de las “preocupaciones” y “hazañas” genocidas de la familia imperial y su kábala con “k”.

Por otra parte, es mucho mas positivo para Venezuela, que esa jerarquía eclesiástica, se deje de estar ocupando de política partidista y retomar los caminos de la iglesia de nuestro señor Jesucristo, ya que por los vericuetos siempre estará la santa cruz y su gran poder, para bloquearle las veredas al fariseo que está por invadirnos con el “ramo de olivo”, disfrazado de albricias, según las siguientes palabras: “creo que hay personas que lo han interpretado (el contenido de la ultima resolución del Papa Benedicto XVI) de una manera extremadamente alarmista”, como aseveró el Rabino David Rosen del Comité Judío Estadounidense. Y dijo más el judío Rosen: “Eso no significa que no haya cosas que necesiten ser aclaradas, pero no hay cuestionamientos al compromiso (¿ramo de olivo?) del Papa Benedicto XVI para tener relaciones respetuosas con el pueblo judío”.

Todo ello, señores prelados de Venezuela, después que al Papa de los pobres Juan Pablo II, le dieron con la puerta en la cara cuando bajó a la tierra de los envalentonados para que los asesinos de pueblos, abiertos y encubiertos, pidieran perdón por sus crimines. Y, encima de negarse a una paz para la convivencia con los verdaderos dueños del alero en que viven, los judíos tergiversaron las buenas intenciones del Papa, al decir que este había llegado a Israel a pedir perdón. Lo que no es de extrañar si es su oficio el de las tergiversaciones. En lo que a uno concierne, ¿será posible que tengamos que reconocer que nos equivocamos cuando medio eufóricos escribimos por “una bienvenida a nuestro cardenal (29-04-2006)?”. También dijimos: “lo que no quiere decir que sea el primero, pues los anteriores no se hicieron querer…”. Insinuábamos entonces que monseñor Jorge Urosa Sabino sí se ganaría la confianza de los venezolanos. ¿Se despejaran las dudas de hoy? Que así sea mi Cardenal. Y pastoree Ud. el rebaño de grandes zancadas, que de los demás cristianos se encarga Jesús. Y permítame una reflexión para que la fe en Ud. nos acompañe con la bendición de la Madre Candelaria de San José.

Otros. Entre tres camaradas. Uno, Ernesto Villegas. El ambivalente Correa te anotará en su “encuesta”. Fue que lo “acosaste” hasta el rincón. Tiró la toalla. Dos, Mario Silva. El bisoño Santodomingo demostró, En Confianza, que se siente amenazado por la jauría. Ahora es cuando está conociendo las hienas que lo cercaron. Y tres, de este servidor un apretón de manos.

pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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