Una mala novela

El novelista miente pero no engaña. No se si fue a Alfredo Bryce Echenique al que le escuche decir que un buen narrador puede contar la historia más inverosímil y lograr que el lector, aún sabiendo que es una mentira, lo tome como verdad, que se trague la historia con placer y en franca complicidad con el escritor.
Hasta aquí la gran novela. El arte mayor. Lo que en Venezuela vivimos es el argumento de un pésimo folletín que la oposición nos vende como verdad. Por lo menos el buen novelista admite que miente. Estos nos engañan indiscriminadamente y luego nos piden, casi nos exigen, que lo tomemos como cierto.
¿Y quiénes son los libretistas de esta mala novela? Hay que decirlo: Los medios. Si los pobres medios, tan injustamente vapuleados. Libretistas baratos, de esos que pululan como hormigas en los pasillos de los canales de televisión, y que escriben esas pobres novelitas que muestran con tanto orgullo. ¡Por Dios!, ¿dónde está Cabrujas, dónde Garmendia y por qué no, dónde está Ibsen Martínez?
Pero bueno, yo soy realista. Yo entiendo a los dueños de los medios. Ellos están en el deber de defender su mediocre negocio. De eso comen. Pero ¿y los periodistas? También entiendo a aquellos periodistas que obedecen a ciegas para proteger su puesto. Yo no soy ningún héroe. Pero ¿y los otros? Qué me hago yo, por ejemplo, con Roberto Giusti. A Giusti yo lo leía con devoción. Leía sus crónicas, sus artículos, sus reportajes. Por ejemplo las crónicas del Caracazo. Y sin embargo, ahora, dice sin tapujos, frente a una cámara de televisión, sin sonrojarse siquiera, que aquí vale todo con tal de salir (¿tumbar?) de Chavez. Es decir que un periodista puede hacer lo que le venga en gana. Todo vale. Entonces llegamos a la tan manoseada frase de Maquiavelo: El fin justifica los medios. ¡Ja! Pobre Maquiavelo lo que han hecho con tu frase.
La ética hay que dejarla de lado, porque lo que habita Miraflores es un monstruo. Ese es , más o menos, su modo de pensar. Y yo me pregunto: ¿Y si están equivocados? ¿Y si ellos mismos, envueltos en sus propias falsedades, han terminado por engañarse? Es eso o están comprados.
Allá ellos. La vida nos lo cobra todo. Tarde o temprano. Yo no soy perfecto y ya me cobrará lo mío. Pero hay limites. Por lo pronto estoy aquí, tranquilo, riéndome un poco, porque se, lo sabemos todos, que las malas novelas se olvidan pronto.



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Joaquín Ferrer Ramos

Fotoperiodista. Editor de La Propia Foto y Píllate La Foto en la Web

 joacofe@gmail.com      @joacofe

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