De la Conquista a Gaza y al Caribe, el patrón imperial de exterminio en las aguas de América

Ante la cercanía de navíos de guerra de los Estados Unidos, debemos tener presente la experiencia brutal que hemos sufrido no reivindicada, del exterminio, la violencia y el despojo de los pueblos indígenas en América y en Venezuela. Estos sucesos no podemos verlos como meros hechos históricos del siglo XVI, sino un proceso continuo y estructural que persiste hasta el día de hoy, y que todos los pueblos de Nuestra América, de derecha o de izquierda, deben tener presente.

La posibilidad de un nuevo proceso de exterminio en estas tierras no puede ser tratada a la ligera, dada la sincronía de todos los países industrializados que han permitido impunemente la matanza en Gaza, que nos debe advertir.

Debe considerarse una continuidad del exterminio en América Nuestra iniciada por España, pues reportes y estudios de organizaciones internacionales y regionales confirman que los mecanismos de despojo y violencia que se iniciaron con la Conquista se han transformado y perpetuado en las repúblicas modernas.

Hay por lo tanto no una analogía, sino una conexión, una continuidad, que conecta la historia de la Conquista con la geopolítica moderna en el Caribe. Las dinámicas de acoso, coerción, y amenaza de las grandes potencias en los mares de América, motivadas por el control de recursos y la imposición de su voluntad, replican un patrón colonial que comenzó hace 500 años pero que hoy nos siguen viendo como terrenos baldíos, donde pueden entrar y explotar sus riquezas para solucionar sus problemas económicos y no pagar por la apropiación de las riquezas.

Ayer la Flota Española en el Caribe garantizaba la Conquista y la explotación de recursos, oro, perlas, mano de obra. Hoy, la presencia de la flota de EEUU en el mismo espacio marítimo, la cuenca del Caribe, debe ser interpretada por el Estado venezolano como una muestra de fuerza coercitiva y una amenaza a su soberanía y no dejarse chantajear por acusaciones de extremismo en la interpretación de los hechos ya que este tiene bases en el análisis geopolítico y la historia de las relaciones internacionales, tal como ya hemos mostrado.

Los informes de medios y prensa, que datan incluso de hace pocos días, confirman la llegada de buques de guerra, destructores y portaaviones estadounidenses al Caribe, un despliegue catalogado por expertos como el más grande y desproporcionado en décadas en la región para detener el narcotráfico, que por cierto, ellos mismos propiciaron y propician.

En la Conquista, la motivación era la riqueza mineral y la expansión del imperio. En el caso actual de Venezuela, la principal riqueza es el petróleo y su explotación y comercialización, para lo cual es necesario inevitablemente, un cambio del régimen actual de Maduro, por otro que se lo permita, como la autoridad favorable a los intereses de los Estados Unidos, con una situación de dominio politico militar similar al periodo español.

Se puede también uno figurar que la flota está presente en esa zona, desplazándola de Asia que señalaban como el punto de confrontación con China, por el avance y expansión de ese país hacia América, por lo que Estados Unidos está tomando medidas militares precautelativas, pero ya en sus propias costas, prácticamente. Pero de ser cierto, no puede considerarse favorable para Venezuela porque dada su cercanía política con China, puede darse como un nuevo motivo para incrementar las amenazas.

Es que este despliegue de la Sexta Flota, incluyendo destructores, cruceros y hasta un submarino nuclear y la llegada de un portaaviones, el USS Gerald R. Ford, es el mayor despliegue naval de EE. UU en el Caribe desde la Guerra del Golfo, por lo que la única forma de interpretar que esa flota se dedique a atacar pequeñas lanchas, es que es un mensaje, muestra de sus intenciones de no detenerse en pérdidas de vidas humanas, y recordar que en el caso de una invasión se seguiría el modelo de matanza ya aplicado en Gaza y por lo tanto una amenaza existencial para la población venezolana.

Al establecer el vínculo de la destrucción de las pequeñas lanchas con la presencia de la mayor flota militar de la historia y un exterminio poblacional, se percibe que los incidentes letales son el aviso de la capacidad de destrucción a gran escala que la flota representa. Esto, en la mente de un pueblo con memoria colonial, activa el recuerdo del exterminio inicial y la vulnerabilidad ante la fuerza imperial sin restricciones.

Así que ubicando en el contexto de la memoria histórica de Venezuela y de la América nuestra, la destrucción de lanchas y la muerte de civiles y marineros en presencia de un poder militar abrumador en los mismos mares, es un poderoso símbolo y un preludio que recuerda la total falta de límites de las potencias coloniales en el pasado. Es la manifestación de que el "león más rápido" está en la puerta, con la fuerza para imponer su voluntad, tal como sucedió hace 500 años.

A ese león imperial hace unos 200 años le correspondió a Venezuela y a Simón Bolívar, destruir en 10 años lo que a España, como ellos mismos dijeron, le tomo 500 años construir. Ahora parece también que la historia puede repetirse y la Venezuela de hoy tener la posibilidad de derrotar a quien parece imbatible y ser una esperanza y resistencia, cumpliendo o cerrando plenamente el ciclo opresión - libertad.

Oscar Rodríguez Estrada 5 de noviembre de 2025



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Oscar Rodríguez E


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