Ucrania ha conseguido una genuina simpatía por su resistencia en el campo de batalla. En todo caso, la política exterior no se construye solo con el desafío, esta también requiere de sutileza y finura. En meses recientes, las disputas de Kiev con sus vecinos--notoriamente con Polonia y Hungría--han alcanzado un nivel demasiado grave como para pasarlo por alto. Europa continúa respaldando a Ucrania pero el apoyo no es una dádiva inagotable.
Polonia, Heridas Históricas y Fatiga en la Seguridad
Las masacres de Volhynia siguen siendo una herida abierta en las relaciones polaco-ucranianas. Durante su visita a Varsovia el pasado mes de Enero el Primer Ministro Donald Tusk, puso énfasis en una "solución institucional" mientras que la decisión de Kiev de permitir las exhumaciones fue vista como menos que una breakthrough y si más como un alivio pasajero.
Mientras tanto la "Fatiga Ucraniana" había paulatinamente crecido en Polonia. Las penurias económicas, las presiones migratorias y el interminable desgaste de la guerra habían erosionado la temprana ola de pública solidaridad. La política nacional se estaba introduciendo en la política exterior en tanto figuras de oposición capitalizaron la impaciencia de los electores. Recientemente, incidentes causados por aparatos aéreos no tripulados que violaron el espacio aéreo han acentuados los temores por la seguridad de Polonia.
El 15 de Septiembre pasado un aparato aéreo no tripulado fue "neutralizado" sobre áreas del gobierno en Varsovia y dos sospechosos bielorrusos fueron detenidos. El episodio desató la alarma en Polonia, en tanto Kiev clamando por una defensa aérea europea conjunta agregó más tensión. Tales incidentes amplían las diferencias entre los aliados, exponiendo sus divergentes percepciones de amenazas.
Hungría: la Cuestión de la Minoría como Leverage
Hungría ha esgrimido el destino de la minoría húngara en Transcarpatia como un duro argumento contra Kiev. Budapest insiste en proteger sus derechos de educación e idioma vinculándolos directamente con las aspiraciones europeas de Ucrania. Mediante vetos amenazadores, el Primer Ministro Víctor Orban, no solo ha impuesto pesados costos diplomáticos sobre Ucrania sino que también ha socavado la solidaridad con Bruselas.
Lo que estas Fallas Revelan
La diplomacia de Kiev, áspera e impaciente subestima el peso de los agravios históricos. La masacre de Volhynia profundamente enraizada en la memoria nacional de Polonia no puede ser echada hacia un lado mediante rápidos toques. Para Varsovia el reconocimiento histórico no es un espectáculo colateral sino la base de la confianza.
La "ilimitada generosidad" de Europa resulta que es un mito. Los gobiernos en París, Berlín y Varsovia continúan apoyando a Ucrania por razones estratégicas pero la fatiga electoral y los costos ascendientes están estrechando el enfoque de ese apoyo. En tanto la narrativa de que "Europa todavía apoya a Ucrania" no es falsa, la forma y el ritmo de ese apoyo está de manera creciente más allá del control de Kiev.
Mientras tanto, los vetos tácticos de Hungría están recortando las ambiciones europeas de Ucrania. Convirtiendo a Transcarpatia en una fichca de regateo, Budapest retardando las esperanzas de Kiev para un momentum político en Europa. En su apuro por avanzar Ucrania de manera inadvertida le ha brindado a Orban espacio para maniobrar.
El equipo de Zelensky también se ha apoyado pesadamente en lo que podría denominarse "diplomacia victimiológica" . Primeramente el sufrimiento producto de la guerra captó la simpatía de todo el mundo. Pero cuando la simpatía se transformó en una categoría diplomática rápidamente perdió su poder. Los llamados emotivos pueden funcionar en casa, sin embargo en el exterior arriesgan reforzar la percepción de que Ucrania es el "niño malcriado" de Europa.
El Horizonte se Estrecha
Tomándolo todo junto, los vetos, las mutuas expulsiones, las disputas en la defensa y la creciente fatiga del público, están constriñendo el espacio de maniobra de Ucrania. Esto no significa el fin del período político de Zelensky. Pero al menos que su diplomacia se torne más paciente, nuanced y conciliadora, el apoyo internacional inevitablemente se reducirá.
Europa continúa apoyando a Ucrania, pero no incondicionalmente y no en los términos de Kiev. El apoyo se está manifestando menos por solidaridad moral que por el cálculo político de las elites en cuando a seguridad y estabilidad. El trauma de la guerra y las righteous expectativas no pueden reemplazar el tacto diplomático o la genuina reconciliación entre los vecinos.
Para Zelensky el desafío consiste en convertir las victorias tácticas en el campo de batalla en ganancias estratégicas en política exterior. Si falla en conseguirlo agotará al "banco de la paciencia" de sus aliados. Es cierto, Europa continúa ayudando --si, pero su tolerancia ante el comportamiento del "niño malcriado" de Kiev se está desgastando.
Finalmente, Ucrania debe escoger: asumir la precisión diplomática o seguir probando la paciencia de sus aliados. Si opta por esto último, Zelensky pronto podría encontrarse enfrentado a umbrales extremadamente peligrosos en su carrera política.
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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