Mi palabra

La pregunta de Trump a la Presidenta de México reafirma la tragedia de los EEUU

«Para dialogar,

preguntad primero,

después... escuchad»

Antonio Machado

Antes de encargarse de la presidencia de los Estados Unidos, el republicano Donald Trump, sostuvo una conversación telefónica con la Mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, quien está demostrando el temple de los verdaderos héroes y patriotas mexicanos, que sirven de ejemplo en la lucha por la unidad latinoamericana, pero a la vez parece haber aprendido a utilizar la muleta, con la destreza de grandes toreros nacidos en esa tierra, ya que, desde el mismo momento de tomar el relevo del expresidente Andrés López Obrador, ha venido enfrentando las arremetidas, repitiendo una expresión por demás valiosa y significativa para los mexicanos ¡ México no es colonia de nadie! con el cual le está sacando lances a sus vecinos mandatarios del norte.

En esa reciente conversación, el mandatario Trump, dejó escapar una preocupación sobre el fentanilo, droga sumamente peligrosa, el cual no es un problema solamente de los Estados Unidos, pero es donde nace y el peligro está en su máxima ebullición, motivo por el cual se va extendido, como una epidemia, ya que, la cantidad de personas atrapadas por esta mortífera sustancia, no lo pueden ocultar y es de tal magnitud el problema, que el nuevo mandatario, le preguntó a la presidenta de los manitos, si ellos están pasando por el mismo trance, el cual recibió una respuesta, que lo debe incitar por lo menos al dialogo para buscarle de manera coordinada la solución a una complicación inherente al capitalismo y lamentablemente los grandes perjudicados son los jóvenes.

El regreso de Donald Trump, a la presidencia, no es para organizar concursos de belleza, que en el pasado disfrutaba y se daba el lujo de recibir a las miss y las que no se amoldaban a sus caprichos de magnate, en muchas ocasiones eran humilladas y puestas al escarnio público. La situación convulsiva de los Estados Unidos, no es por la presencia del tren de Aragua, por muy sanguinarios, que sean sus integrantes, que por momentos los grandes medios están utilizando para tratar de esconder el desbordamiento de la violenta y la delincuencia, presente en el mínimo rincón, ya que, en los últimos meses han alertado a los jugadores de la NBA, porque el hampa los está visitando y no es para pedirle autógrafos.

Trump, llega a la presidencia en medio de tensiones mundiales, pero internamente tiene a los demócratas, que a pesar de la obligación de mantener a los Estados Unidos, como el país todopoderoso, capaz de mover el mundo a los designios de sus caprichos, no es menos cierto, que las fricciones pueden terminar echando chispa, ya que, recibe la presidencia en medio de un juicio, el cual no prescribe y menos, cuando ha tomado, como una revancha su regreso y ha echado por tierra algunas decisiones de Joe Biden, para presentarlo, como el culpable de los grandes males, que en estos momentos esta padeciendo la sociedad estadounidense. Ninguno de los problemas en los Estados Unidos, aparecieron de la noche a la mañana, pero se van agudizando de manera indetenible, como las demuestran las salvajes diferencias sociales, representadas en las calles y avenidas de las grandes ciudades, por la miseria, la prostitución, la drogadicción y el alcoholismo, escenas por demás conmovedoras.

A Donald Trump, no le queda otra, sino buscar el dialogo, porque con la violencia no va poder resolver los grandes problemas, que estos momentos están agobiando a la sociedad estadounidense; aparte de los económicos, ahora se suma la epidemia del fentanilo, como una maldición y las condiciones en el cual viven un número importante de ciudadanos facilita la propagación. El caso de los migrantes, ya lo dijo el papa Francisco, es una desgracia de producirse su expulsión. El canal de Panamá, es de los panameños, así, lo estén utilizando los chinos y todo el mundo para comercializar. Trump, ha demostrado con la pregunta a la mandataria mexicana, que el problema del fentanilo no es para quedarse de brazos cruzados esperando una solución de la noche a la mañana, porque se ha desbordado y ha rebasado a las propias autoridades, el cual no hayan qué hacer. No es fácil el panorama para el nuevo mandatario, cuando además tiene que comparecer ante la justicia por un juicio abierto. Se está sentando en un verdadero avispero y esto puede repercutir en todo el mundo.



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Narciso Torrealba


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