Crónicas cotidianas

Canserbero: a 10 años de su asesinato

"Y el corazón tucum, tucum, tucum, tucum… y las balas pacam, pacam, pacam, pacam"

Es épico

 

Siempre dije que el canto de Alí Primera, que es una vasta obra discográfica, tiene un contenido social, tan profundo y tan cotidiano, que terminó siendo una filosofía, fruto del análisis de la vida de los habituales, de los descamisados, de los que huelen a sudor de autobús, de los que sudan dolor de cabeza, de los que aman junto a la cocina de kerosene, de los que lavan sus ilusiones en el pipote de atrás lleno de larvas de zancudos, pero el agua larvaria sobre la piel, refresca las arrecheras. Alí fue un filósofo con un concepto muy holístico de la vida, no en la suma de las partes, sino entender a las partes y sus realidades específicas, que, por razón de los intereses no materiales, terminaban siendo un todo. Por eso no podrá ser un regalo, sino de nosotros, "los descamisados" como decía Evita, los pupú de perro, como dicen los ricos que somos, como nos dicen los enchufados, los hipócritas disfrazados de rojo para engañarnos al estrecharnos con la mano derecha, mientras que la izquierda guarda los dólares de la inmoralidad. Una filosofía que nació de su alma y de sus vivencias, del amor que sentía por su pueblo.

En mi primer artículo sobre Canserbero, publicado el 26 de octubre del 2023, y que, sin duda, indujo a Tarek William Saab a reabrir el caso y demostrar que sí fue un asesinato como tantas veces lo dijimos, en uno de los párrafos, escribí: "Creo que, en julio del 2009, nos encontramos, y regresaba de una gira por México, si no me equivoco. Hablamos un rato largo y agradable. Ya era un crítico duro de Chávez y la conversación quedó, no en buenos términos. Cuando quería, era un ser muy obstinado. No me gustan las discusiones, pero sentí que él no le estaba dando a Chávez la oportunidad de cambiar la cultura y la forma de pensar, a un venezolano que había sido envenenado por 100 años".

Pero es que Canserbero ya estaba más allá de Chávez. Estaba en sus propios asuntos. Tratando de entender la vida y sus propias vivencias. No podía entender lo que ocurría porque estaba analizando el mundo. Ya estaba lejos de las particularidades que en ese momento estaban ocurriendo en Venezuela, en este complejísimo proceso político que muchos se empeñan en llamar revolución, pero que sin duda no lo es. Recuerdo que en uno de esos pocos encuentros que tuvimos, le hablé del materialismo histórico y de la dialéctica, y de la importancia que tenía que él conociera de esto, porque serían herramientas muy útiles para el desarrollo de su obra. Le interesó mucho y me dijo que hablaría con un amigo que era marxista para que le explicara sobre el tema e imagino que no le dio tiempo. También le hablé de ese maravilloso texto de Mao "acerca de las contradicciones". Porque Mao, quien era maestro de escuela, tenía una maravillosa capacidad didáctica para hacerte ver a ti, contigo mismo, y con tu entorno.

Es que, aunque creo que no lo sabía, Canserbero ya estaba filosofando. Trataba de explicar las cosas partiendo de las contradicciones del individuo con su entorno y con el enfrentamiento de su realidad. Esas vivencias que el cantaba, y que eran groseramente cotidianas, eran en esencia, las contradicciones de una vida vacía, ausente de norte, que terminaba haciendo al ser miserable.

"El más traidor puede que lo tengas de frente/ Bebiendo tus frías, o compartiendo tu cena caliente/ Ojalá se ahoguen los que siempre mienten/ Y una vez en el infierno, que se quemen para siempre/ Nunca había pensado que tu socio puede ser un sucio/ Que por un negocio te puede dar chuzo/ Mi brazo me dice que el amor me llevará lejos/ Pero el odio me enseñó a ser un lince, nunca un pendejo". Jemerías 17:5

Que es eso sino un cuestionamiento a la hipocresía y al hombre sin destino, que simplemente es capaz de matar a su vecino, que en esencia es su hermano, por un puñado de monedas.

"Lloro de la arrechera, mientras en la acera caigo/ Escucho a una señora que grita que mataron a Carlos/ Solo ahí fue cuando sonreí aliviado, porque Carlos/ Fue el bastardo que mató a mi hermano/ Todo es confuso, escucho: "Wiu, wiu, wiu"/ No veo bien y siento frío, frío, frío/ Un tipo gritando: "¡El mío, el mío, el mío!"/ Hasta que ya no escuché na más que un profundo silencio/ Varios segundos de calma, mi alma al lado de mi cuerpo/ Me dije: "Aún no he ido al más allá". Es épico

Y el asesinato de su hermano que tuvo en efecto escalofriante en él, que no perdonó. Y no solamente no perdonó, sino que festejó la muerte del asesino del hermano. Menos mal -digo yo- que él no lo encontró antes, porque no hubiéramos conocido al genio que fue. Es en esta canción donde él se enfrenta al diablo. Aquí es donde predice su descenso al infierno y su enfrentamiento con Satanás. Allí está plasmado uno de los debates más enconados entre el bien y el mal que yo haya conocido. Es un enfoque inteligente de lo correcto y de lo inmoral.

Hoy 19 de enero se cumplen diez años del asesinato de uno de los creadores más avanzados que haya tenido Venezuela, en el campo de la música y de la composición. En el 2023, la revista Rolling Stone publicó que era el número uno entre los 50 raperos más influyentes de habla hispana. Más que un cantor, pienso que era un filósofo prestado al rap. Le cayó la maldición de los genios que murieron a los 27 años: Kurt Cobain, Janis Joplin, Jimy Hendrix, Jim Morrison, Amy Winehouse, Brian Jones. Y casi se incorpora a la lista el rapero marxista Tupac, quien fue asesinado recién cumplido 25, a quien se le considera uno de los raperos más importantes de todos los tiempos, y más influyentes de la historia del rap. La obra de Tupac Shakur se destacó por abordar los problemas sociales que plagaban los centros urbanos del Big Brother, por lo cual también es considerado un símbolo de resistencia y activismo contra la desigualdad.

En sus muchas canciones, como todo un cronista, Canserbero abordó todos los problemas de la cotidianidad y de la realidad que lo circundaba, pero los analizó y los cuestionó. Aunque también reflexionó sobre temas como el poder y para qué servía, sobre la moralidad, sobre la ética y la religión. En realidad, estaba comenzando a producir su obra en profundidad, marcado por la madurez y alejado de los arranques de ira contra el sistema. Así que, siento que nos perdimos la mejor parte de la producción de Canserbero porque no llegó a los 50 años, en donde sin duda, iría en bicicleta a perseguir a Manuela en busca del amor, o comprender que el hombre está equivocado si piensa encontrar con una chequera la felicidad.

 

Rafael Rodríguez Olmos

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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

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