¡Viva la soberanía!

Largo y duro ha sido el camino emprendido por Venezuela desde finales del siglo XX y lo que ha trascurrido del XXI para mantener su independencia y libertad de todos los intentos que han realizado las naciones imperialistas por someterla a su dominio. Pero no han podido porque para nuestro país y la mayor parte de sus habitantes la soberanía es un principio fundamental en la organización política y social de nuestro país.

Y es que nosotros entendemos por soberanía el derecho que tenemos como nación a gobernarse a sí misma, a decidir su propio destino sin injerencias externas, sin que otro país le diga lo que tiene que hacer y menos despojarlo de sus riquezas, bienestar y forma de ser. Esta idea, profundamente arraigada en el pensamiento político moderno, se ha convertido en un símbolo de identidad y resistencia para Venezuela donde ha tenido un origen y permanencia históricos, que habiendo sufrido hace ya siglos la colonización e intervención extranjera, la sigue sintiendo tan cercana por lo que forma consciente e inconscientemente aprendida de su gente a ser libres e independientes.

 El grito de "¡Viva la soberanía!" resuena con fuerza en el contexto actual, donde numerosos venezolanos y también naciones de América Latina y de otras partes del mundo, luchan por recuperar el control sobre sus recursos naturales, su cultura y su política. Impulsada por el capitalismo la globalización trajo consigo muchos beneficios principalmente para los países imperialistas, pero también ha incrementado la dependencia económica que está amenazando la autodeterminación de los Estados, en un momento en que ese mismo imperialismo asume una fase aún más agresiva que la anterior. En este contexto, la soberanía emerge como un imperativo ético y político: cada nación debe tener la capacidad de establecer sus propias prioridades, sus planes de desarrollo y resolver sus propios problemas.

La historia está llena de ejemplos que ilustran las luchas por la soberanía. Desde las independencias en América Latina hasta los movimientos por el auto determinismo y la liberación en diversas partes del mundo, estos procesos han estado motivados por el deseo de reivindicar derechos fundamentales y preservar la identidad cultural, su historia y como dicen ahora los propios imperialistas, su propia narrativa nacional. Así que la lucha por la soberanía no es solo una cuestión territorial; también abarca aspectos sociales, económicos y ambientales y construir un futuro sostenible implica reconocer el papel central que juega la soberanía en las decisiones sobre desarrollo y justicia social.

Sin embargo para Venezuela, el hablar de soberanía no implica una postura aislacionista ni de autosuficiencia. Por el contrario, promovemos un modelo de cooperación internacional basada en el respeto mutuo, la equidad y la libre determinación de los pueblos. Cada nación debe ser capaz de participar en el sistema global como un actor libre e igualitario soñando por alcanzar un mundo donde todos los países podrán ser hermanos queridos. En este sentido, "¡Viva la soberanía!" se convierte no solo en un llamado a resistir ante las fuerzas que pretenden homogeneizar al mundo, sino también en una celebración del pluralismo cultural, político, presagios feraces, de amor de trabajo y de paz.

Por todo ello para Venezuela, los venezolanos y su gobierno, es esencial valorar y defender la soberanía como una condición sine qua non para garantizar la dignidad humana y fomentar sociedades justas y democráticas. En cada rincón del planeta donde se escuche este clamor, resuena también un compromiso colectivo hacia maneras más justas y equitativas de coexistir y sus luchas por la libertad serán por nosotros apoyadas.

 

Oscar Rodríguez Estrada 9 de septiembre de 2024



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Oscar Rodríguez E


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