Binóculo Nº 445

El país camina a la involución

El inicio a clases evidenció la verdadera crisis por la que atraviesa la educación. Yo diría que es una crisis doble. Por un lado, estructural, y por el otro, sistémica.

En efecto, en momentos en que una cosa apestosa llamada globalización, se apodera del planeta de forma concreta, la educación en Venezuela, va de mal en peor. Más bien digamos que se sumerge en una crisis profunda de la que por cierto no va a salir en muchos años. Deberíamos comenzar por la deserción docente, que es un fenómeno alarmante. Ni el gobierno, ni el incompetente Ministerio de Educación, como cosa extraña, emiten algún tipo de información al respecto, pero fuentes de ese organismo, me aseguran que la deserción raya el 40%, número que incluso a mi me parece alarmante. Lo cierto es que el patrón que yo observo en los centros educativos que conozco y que me rodean, parecieran confirmar ese número. Tengo muchos amigos en la docencia. Más de la mitad de ellos se encuentra en Colombia, Ecuador y Perú. De manera impresionante, todos han descubierto mecanismos para seguir cobrando, o para que el Estado les siga depositando, pero no están en el país impartiendo clases. Este fenómeno de la deserción, está originando otro: el invento del Estado por encontrar docentes, por lo que están buscando a cualquier huelefrito que se encuentren en el medio de la calle. Personal sin formación docente, sin ninguna experiencia y con el único objetivo de obtener el tan preciado código del Ministerio de Educación, el que hasta hace poco costaba 200 dólares obtenerlo. Desde hace más de un año, veníamos observando la deficiencia en la calidad educativa, tanto de las escuelas como de los liceos.

El otro problema es de contenido. Está claro que el Ministerio de Educación no tiene claro para dónde vamos en la materia. Ni los Pensa, ni los programas van por el camino que deberían que es construir una educación para crear a un ciudadano distinto. Y a ello se suma el problema estructural. Vale decir las edificaciones que no son un asco, son un desastre. Y es un problema arrastrado desde la Cuarta República. Aún recuerdo los noticieros de los ochenta denunciando que tal o cual escuela no tiene baños, o no tiene agua, o no tiene techo, o no tiene comedor. Hoy en día, con la población educativa actual y el aumento en el número de edificaciones, los mismos problemas se multiplicaron por diez.

Y un problema mucho más grave, es el concepto de educación que maneja el Estado, y en su defecto el Ministerio de Educación. La verdad es que si se analiza en frío, pareciera que todo va en la desbandada en materia educativa, Nada pareciera tener claridad. "Hemos estado analizando y estamos convencidos de que ni el ministro ni sus colaboradores, tiene lo que tuvimos en tiempos de Chávez, que era una línea transversal, para poder conectar los diversos aspectos y las diversas escalas de la educación. Por eso era tan importante ese proyecto del Plan Maestro Nacional Simón Bolívar, que el mismo ministerio se ocupó de enterrar y de convencer a Chávez de que no servía. Ahora estamos peor, porque con todo concentrado en la pandemia, nadie debate sobre qué estamos haciendo en materia educativa y si en verdad estamos avanzando. Nosotros creemos que hemos comenzado una peligrosa involución. Y lo peor es que las consecuencias las vamos a ver en diez años más". Fue la explicación de un buen amigo del ministerio, experto en investigación educativa, quien se está jubilando porque asegura estar harto de que el organismo lo manejen personas que no saben nada de la materia.

Insisto en que me parece que Chávez era el único en este proceso que tenía conciencia real de la necesidad de abordar la educación como un problema holístico. Para desarrollar un proyecto educativo, se requiere mucha formación y mucho estudio. Pero para desarrollar un proyecto educativo revolucionario, se requiere una solida formación marxista, que aportará tanto el materialismo histórico como la dialéctica para conceptualizar correctamente el tema. Al parecer, era Aristóbulo quien tenía claro ese problema. Y en realidad, Héctor Rodríguez, quien no es educador, tenía más claro el problema educativo, pues en su corto tiempo como titular de ese despacho, aportó mucho más que todos los anteriores. Al menos esa fue mi evaluación desde lejos. Me parece que el país camina a involución de manera acelerada.

Lo cierto es que Chávez vio el problema de la educación más allá de mandar a los muchachos al colegio. Lo vio como un problema en términos estratégicos y que era necesario reinventarlo cada cierto tiempo, tomando en cuenta nuevas variables para enriquecerlo. Nada de eso existe en estos momentos.

Es un problema complejo para el que nadie se atreve a asomar una solución. Mucho con un ingrediente tan complejo como el de la pandemia.

En realidad, desde primaria hasta bachillerato, esa es la educación que estamos viendo.

Eso para no hablar de la universidad, donde el problema es peor. Nadie quiere que le hable del tema y donde el Estado gasta ingentes cantidades de dinero en una educación que en términos reales no aporta absolutamente nada al crecimiento del país. Por cierto, un sector universitario enemigo a muerte del proceso, del gobierno y de Maduro en persona.

Ese es tema de otro planteamiento.

Caminito de hormigas…

Hoy comienza mi semana número 25 sin teléfono y sin internet. Justo el lunes pasado, CANTV me envía una nueva factura para pagar, 2,3 bolívares, la cual, como he contado, estoy obligado a pagar, so pena de que me rematen el teléfono en 150 dólares. Es decir, a estas alturas, sin teléfono y sin internet, le he pagado a Cantv, más de 40 millones de bolívares.

 



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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