Y hablando del 23 de Enero la urbanización

Además de traicionada por la oligarquía criolla y burlado Fabricio Ojeda y el militar revolucionario Hugo Trejo esta fecha, la urbanización 2 de Diciembre pasó a llamarse el 23 de Enero. Era un lugar muy bonito, rodeado de grandes árboles, que la demagogia de AD Y COPEI echó al suelo. Pero se convirtió en una especie de Vietnam aguerrido, valiente, arrecho y pertinaz que ha sido un símbolo de lucha contra la injusticia. En aquellos aciagos días de la DICTADURA ACCION DEMOCRATISTA, en el 23 de Enero se echaba candela por la boca y balas por el que te conté. Diógenes Caballero fue un personaje del 23 que se movió como pez en agua en la lucha contra Pérez Jiménez, no tenía nada que ver con esos payasitos de circo aristócrata que ayer llamaron a “conmemorar la caída del dictador” en plaza Morelos. Dios mío que imbéciles! El 23 agarró fama y los oligarcas del Este “bukinhiano” empezaron a correr la voz de que a ese lugar no se podía ir, porque había allí muchos malandros y asesinos. La prensa amarillista, dominada por los eternos oligarcas de los medios, se encargó de correr la especie. Así nos quedamos. Mientras en el Country los “chicos lindos de mamá” asesinaban al niño Vegas Pérez y consumían cocaína, en el 23 se luchaba contra el hermafrodita Rómulo y algunos fumaban marihuana. Las tropas de “sapos romulianos” invadían apartamento en el 23. Daban cachazos y producían muertos. Llenaban los sótanos de la Digepol de jóvenes y el Sifac torturaba y mataba. En el 23 habitaban soplones de AD, uno de ellos era Mamerto. Un día dijo en el Sifac, que quien esto escribe era guerrillero urbano y mi foto fue colocada en una cartelera: “Se busca vivo o muerto”. Me salvé de vaina junto a otros compañeros. El batracio anuro sigue por ahí, llevando a cuesta el sepulcro. Del 23 ha salido gente variopinta. Científicos, deportistas, profesionales, médicos, geriatras, odontólogos, ingenieros de todas las ramas, vicerrectores de la UCV, cantantes de fama mundial, incluyendo sopranos, tenores, músicos clásicos y salseros, deportistas, peloteros por coñazo y vagos que se levantan temprano para estar más tiempo sin hacer un coño. El 23 de Enero fue una de las urbanizaciones modelo de América Latina. Decir “soy del 23”, significa un orgullo, para aquellos que se consideran revolucionarios, poetas, juglares, luchadores sociales, guerrilleros, irreverentes, con tres bolas y seis cuartas de espaldas. La oligarquía del este, días después 11 de abril de 2002, cuando fueron protagonistas de una de las ridiculeces más atrinca la bola que recuerda la historia, decían mientras caleteaban aceite caliente a las azoteas de sus “penjouses”, que “Tenemos que estar moscas, pues esos chavistas, hediondos, desdentados del 23 de Enero, vienen a invadirnos”. En el 23 de Enero la risa atronaba las noches. Semejante muestra de estupidez, causó estupor y unos y otros, cagados de la risa, consumían su cervecita en el estacionamiento de equis zona. Desde esa fecha la gente del 23 entendió que el sifrinaje, es una enfermedad que contagia el dinero y la falsa postura en la vida. Los niños del 23 de Enero no son distintos a otros del mundo. Pero tienen un vigor a toda prueba. Juegan toda clase de disciplina deportiva. Ríen, cantan, bailan, son humoristas natos, estudian para altas notas, improvisan y se sienten orgullosos de ser del 23. Allí hay de todo y para todos. No es un núcleo de maravilla, porque, vamos a estar claro, los bloques han sido olvidados por quienes están encargados de preservarlos desde el Estado. Por ejemplo los bajantes de la basura de la mayoría de los bloques, se han deteriorado. Cuelgan como banderas de latas oxidadas, aferradas a las paredes, que igualmente lucen la miseria de la falta de mantenimiento Las casas que rodean los bloques, han ocasionado que las aguas negras hagan sucumbir el asfalto. El monte por los pocos espacios que se han salvado de la invasión foránea, crece y de allí salen alimañas, que aún no siendo peores que Leogolfo Golpe, Ratonski, y “Ceja de burro” Borges, causan problemas a la población infantil. Los contenedores de basura se llenan al tope y pasan los días antes que se los lleven y hete pues que las nubes de moscas y ratas se pasean por todas partes como Teodoro Pez Coz en los medios golpistas, causando pestes. El 23 de Enero es un cuartel que se ha encargado de ponerle límite a los traidores, AD, COPEI y MAS. Es un núcleo de lucha. Lugar inmortal, al que nadie doblegará a favor de los mantuanos de siempre. Por eso, el 23 de Enero, necesita que se le dé un poco más de apoyo, de parte de las instituciones del Estado, para que siga vigilante per se, de esta Revolución que, precisamente, se nutrió de la gente de allí, para darle un giro a la historia que nos llevará, sin duda alguna, al SOCIALISMO DEL SIGLO XXI.

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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