El contagio de Covid -19 a los líderes de la revolución, ficción o duda razonable

A través de la historia de la humanidad siempre se ha recurrido al asesinato de los adversarios políticos cuando las otras estrategias no les han dado resultados a los ejecutores de tan deleznable práctica. Desde el bíblico asesinato de Abel por su hermano Caín, ha habido innumerables casos y nombres que han pasado a la historia por resolver diferencias políticas, familiares, laborales, etc., a través de la eliminación física del otro.

Cuando se trata de figuras políticas de renombre el acto siempre va acompañado de un proceso de encubrimiento para despistar a la población acerca de sus verdaderos ejecutores. Caso emblemático es el asesinato de los hermanos Kennedy(John y Bob, Presidente y Fiscal de USA, respectivamente); Martin Luter King(defensor de los derechos civiles); Yasser Arafat(líder palestino de la OLP), Eliezer Gaitán(líder colombiano); Emiliano Zapala(líder de la revolución mexicana); Augusto Cesar Sandino( líder nicaragüense); Omar Torrijos(líder panameño), Jaime Roldós(líder Ecuatoriano), solo para mencionar algunos casos (por cuestión de tiempo y espacio). En cada uno de esos actos barbaros, estuvo detrás siempre el poder del estatus quo, creyéndose amenazado por cada uno de esos líderes y dejando de lado de facto la idea que los asuntos políticos deben dirimirse políticamente. En cierta manera muestran el desespero y arrogancia de esa élite que domina el poder desde tiempos inmemoriales.

Hago esa pequeña reflexión para enmarcar la situación política en nuestro país, en el cual (a pesar de la violencia política del siglo XIX y XX) no era común esa práctica, por lo menos para los líderes más importantes (excepto en el siglo XIX, el asesinato de Sucre, el intento contra Bolívar, y en el siglo XX, el asesinato de Wolfang Larrazábal y el intento contra Rómulo Betancourt). Con la llegada al poder del Comandante Chávez, ese estatus quo que vio amenazado sus intereses, comenzó a revivir esa práctica de asesinatos de líderes de la revolución (Eliezer Otaiza, Robert Sierra, Danilo Anderson), al punto que muchos sectores del país ya hablan abiertamente que la muerte del Comandante Chávez fue un acto provocado, pero esta vez a través de sofisticados mecanismos de inoculación mediante la nanotecnología. Recordemos también el novísimo intento de magnicidio frustrado contra el Presidente Nicolás Maduro a través del uso de drones, experiencia inédita en el mundo.

En los actuales momentos, en las cuales toda esa derecha internacional quiere destruir a la revolución, no es descabellado pensar que el repentino contagio de varios líderes de nuestra revolución( entre ellos el Presidente de la ANC, Diosdado Cabellos) haya sido una operación de la inteligencia de esos países coaligados contra Venezuela para eliminar su liderazgo, aprovechando la situación de la pandemia del Civit-19 (habría también que pensar por qué surge esta pandemia precisamente cuando el capitalismo sufre una de las crisis económicas financieras más importantes de su historia). El caso del asesinato por envenenamiento de Yasser Arafat ya mencionado arriba , es ejemplo de cómo se pueden eliminar líderes incómodos sin que hubiese el revuelo correspondiente, si esto se hubiera realizado por métodos violentos convencionales. Los órganos de inteligencia de esos países (CIA, MI-6, Mosad, etc.) tiene amplia experiencia en ese tipo de operaciones encubiertas.

Es necesario dejar de ser cándidos y comenzar a pensar que el enemigo "no tiene paz con la miseria" como dice el dicho y es capaz de cualquier cosa para destruir nuestra revolución. Varias veces el mismísimo Fidel Castro (quien sobrevivió a más de 600 intentos de asesinarlo) le dijo a Chávez que debía cuidarse porque el enemigo era poderoso y despiadado. Hay que extremar las medidas de protección a nuestro líderes (civiles y militares) nacionales, regionales y locales porque el narco gobierno colombiano, también aliado de esta estrategia de desestabilización es experto en asesinatos selectivos a través de métodos brutales u otros más sofisticados como por ejemplo el usado para asesinar a los comandantes Raúl Reyes y Alfonso Cano de las FARC. No sería nada extraño que el gobierno narcoterrorista de Uribe y Duque, utilizara el covit-19 como arma biológica contra nuestro pueblo y especialmente contra nuestros líderes para descabezar nuestra revolución.

Hay que entenderlo de una vez, la revolución Bolivariana está asechada por el imperio más formidable y homicida en la historia de la humanidad; aquel que fue capaz de lanzar bombas atómicas contra poblaciones civiles (Nagasaki e Hiroshima no tenían ningún valor militar); capaz de probar agentes químicos en su propia población; exponer a propósito a radiación atómica a sus propios soldados para ver sus efectos; ser los precursores de la eugenesia(que luego los alemanes la usaron en la práctica); lanzar toneladas de napalm contra civiles en Vietnam; destruir pueblos enteros con fósforo blanco como Falluya en Irak, destruir barrios enteros habitados por civiles como en Chorrillos, Panamá; armar a grupos terroristas en Siria para asesinar al pueblo sirio, y una larga lista de etcéteras.

El enemigo está herido por la crisis estructural de su modelo neoliberal y necesita salir de la misma, a través de la apropiación de los recursos naturales de los demás e imponer un nuevo tipo de dominación en el mundo; por eso es muy peligroso el momento actual y debemos tomar todas la medidas necesarias para impedírselo. Recuerdo un pensamiento escrito en las paredes de la universidad donde estudié y que parece recobrar plena vigencia:" Es hora de desechar las ilusiones y prepararse para la lucha…".

rejesof@gmail.com



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