La justicia se encuentra en cuarentena radical en el caso Juan Guaidó

En los distintos medios de comunicación del Estado y en boca de los gobernantes de este país hemos podido ver y escuchar las infinitas acusaciones que se le atribuyen a este nefasto personaje, sin embargo, muchos nos preguntamos por qué la justicia ha demorado tanto en tomar medidas reales que vayan en consonancia con todo lo que se le ha denunciado públicamente a Juan Güaido. Situación que nos lleva a pensar, que en Venezuela aún se mantiene intacta esa versión burguesa de la justicia, la cual es muy efectiva y eficaz cuando se trata de aplicar al más débil, pero en este caso, como hablamos de una persona envalentonada por el apoyo que tiene de gobiernos extranjeros, entre estos, los racistas del norte (EEUU), las autoridades correspondientes se han quedado en la permanente denuncia y han hecho de este caso algo que no trasciende de lo mediático.

¿Qué más pruebas necesitan las autoridades encargadas de impartir justicia para dictar una orden de aprehensión contra el bandido de Juan Guiado? Públicamente ha sido notorio la participación de este personaje en el asedio económico que se le tiene a la República, a través de sus peticiones tanto a representantes políticos de otros países como a organizaciones internacionales para que éstos bloqueen los activos que tiene el Estado venezolano en otras partes del mundo y para que sitien comercialmente a la nación. Además, este individuo se ha apropiado de recursos que tiene Venezuela fuera de nuestras fronteras, algo bastante delicado y más si este delincuente no cuenta con la autoridad necesaria que avale el manejo sobre estos recursos, donde cabe acotar, que asimismo el pueblo venezolano desconoce la utilización que se está haciendo de los mismos. Mientras todo esto ocurre, las autoridades venezolanas no se cansan de investigar a Juan Güaido y pareciera que se les ha extraviado nuestro Código Penal, el cual es claro en establecer condenas a prisión por los delitos de usurpación de funciones y por la apropiación indebida de recursos.

¿Será el caso Juan Güaido un elemento distractor de este gobierno? ¿Será Juan Güaido un mal necesario que cae como anillo al dedo a los gobernantes de este país? Digo esto porque pareciera que han dado riendas a este personaje con el propósito de atribuirle todo el desastre que vivimos, pero que no crean que este pueblo sufre de memoria corta, claro que Güaido es un promotor del desastre económico que actualmente atravesamos y debe pagar por ello, pero este caos no nació con él. También deben responder todos esos delincuentes disfrazados de revolucionarios que llevaron a la quiebra a nuestra industria petrolera, que convirtieron a las empresas básicas de Guayana en un campo minado de mafias, que llevaron al deterioro del servicio de energía eléctrica a nivel nacional, asimismo del servicio en el suministro de agua potable; igualmente, a la destrucción de CANTV, del Metro de Caracas, de la red hospitalaria del país; además, de tener responsabilidad directa en la inflación económica que agobia al pueblo trabajador al no generar políticas que solventaran la problemática y más bien legalizar el dólar paralelo, que tanto denunciaron, fijando una tasa oficial que compite a diario con las páginas que ellos responsabilizaron de implosionar nuestra economía. De tal manera, que este caso de Juan Güaido son más las interrogantes y dudas que genera, debido a la falta de acciones coherentes de parte de las autoridades pertinentes en torno a este asunto.

Por otro lado, llama mucho la atención como la justicia de este país se muestra lenta ante los actos de Juan Güaido, pero en otros casos ha sido muy efectiva y ha quedado en entredicho. Mientras ni siquiera existe una orden de aprehensión sobre el personaje principal de este artículo, es bueno decir, que en nuestro país hay tanto dirigentes obreros como trabajadores privados de su libertad, por hacer frente a las irregularidades administrativas existentes dentro de sus espacios de trabajo y/o por exigir mejoras salariales; igualmente, se han detenido a dirigentes campesinos, quiénes le han venido haciendo frente a esa política de restauración del latifundio en el país; del mismo modo se ha apresado a indígenas que no se han doblegado en la defensa de sus territorios ancestrales. ¿Será que para la justicia venezolana la lucha representa un delito? No quisiera afirmarlo, pero los hechos lo hacen ver así, mientras, para los que apuestan al caos, a la destrucción del Estado mediante prácticas corruptas, la justicia como que pareciera estar en cuarentena. Aquí, perfectamente encajaría esa célebre frase del gran Eduardo Galeano de el mundo al revés.



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Ramón Álvarez


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