Nuestro Compromiso con Venezuela

Vamos a Votar para iniciar el Rescate de la República

NUESTRO COMPROMISO CON VENEZUELA

VAMOS A VOTAR PARA INICIAR EL RESCATE DE LA REPÚBLICA

Con dolor y vergüenza los venezolanos, constatamos que se está perdiendo la República, ese espacio donde crecimos, que nuestros padres nos legaron como herencia y que creíamos que dejaríamos a nuestros hijos con mucha mayor grandeza que como la recibimos.

 Se nos pierde LA República día a día cuando se desintegran las instituciones, todas las instituciones, las educativas, las de la salud, las económicas y sociales, no sólo las políticas, no sólo las de un Estado ya incapaz siquiera de mantener el control sobre el territorio nacional y garantizar la convivencia en los marcos adecuados a una Patria. Ni siquiera La Constitución, máxima institución de cualquier Estado, violada reiteradamente, se salva de este proceso salvaje.

No hay antecedentes en el país de una crisis económica tan extrema, la inmensa mayoría de la población está en la pobreza extrema, con dificultades para atender sus necesidades más elementales como alimentación, salud, ropa, educación, mantenimiento físico de sus hogares, etc. Los servicios públicos están colapsados: sufrimos apagones, y el servicio de agua es inconstante y de mala calidad. También los servicios de mantenimiento de las ciudades funcionan esporádicamente, y los parques, plazas, calles y avenidas están abandonados.

En un suspenso indefinido ha quedado la vigencia de las libertades y derechos básicos. Grupos delictivos ejercen la violencia sin freno en grandes franjas de nuestro territorio. La inacción parece ser la táctica escogida para “defender” la integridad del espacio nacional, como lo muestra el caso de la disputa por el Esequibo y como es evidente en la destrucción que está ocurriendo en el llamado Arco Minero del Orinoco y otros espacios que otrora se definían como zonas protegidas.

La independencia de los Poderes Públicos es sólo una mancha de tinta en un papel. La miseria y el hambre avanzan y anuncian que está en desarrollo una catástrofe humanitaria de grandes proporciones, frente a la cual los agrupamientos políticos polarizados, más resaltados en el espacio mediático, prefieren colocar sus intereses políticos y crematísticos, sus ansias de poder y riqueza, por encima de la vida misma de los compatriotas y de la República. Los dos grupos que se disputan el poder político del país, el madurismo, por un lado, y el guaidosismo y el G4, por el otro, han demostrado hasta la saciedad que están dispuestos a destruir el país antes que ceder en sus ambiciones de poder. La corrupción, la falta de planes para enfrentar la crisis, el sectarismo, la irresponsabilidad criminal de ambos sectores, han imposibilitado cualquier avance hacia una salida de la crisis.

La inmensa mayoría del país sabe que la violencia no conduce a ninguna salida. Que una guerra civil no la ganaría nadie, ninguno de los bandos. Que no hay alternativa distinta a la búsqueda de una salida pacífica, a un acuerdo político. Que la Constitución representa el acuerdo básico de todos y que dentro de ella hay mecanismos suficientes para que los venezolanos resolvamos pacíficamente nuestras diferencias. Que no podemos vender nuestra soberanía a ninguna de las potencias del mundo, porque la solución es decisión exclusiva de los mismos venezolanos, y entregar la soberanía en cualquier aspecto político, jurídico, económico (como se ha hecho) conduce a la muerte de la República.

Por ello, nos hemos comprometido en la lucha por el rescate de las instituciones republicanas y las premisas materiales, morales y simbólicas para la República.

Nos hemos comprometido en insistir en la vía democrática, constitucional, popular, soberana. Reafirmamos que los problemas de los venezolanos los resolvemos los venezolanos y nadie más. Por eso rechazamos las sanciones del imperialismo norteamericanos y las interferencias de los otros países que sólo desean tomar el control sobre nuestras riquezas.

Se trata de una crisis compleja de múltiples aspectos y niveles, intrincadamente relacionados, retroalimentando un proceso de deterioro que luce interminable, sin fondo. No se trata simplemente de remover un gobierno. Se trata de instituciones, de integridad territorial, de la vida misma de los venezolanos y las venezolanas, de las generaciones presentes y de las futuras.

Es nuestra responsabilidad y compromiso asumir las armas cívicas que tenemos a mano. En primer lugar, el voto. Vamos a votar y a ello convocamos a todos. Apoyamos el voto como vía para destrabar el nudo de la crisis. Exigimos que las condiciones sean las más óptimas, que el árbitro actúe como tal y no como un jugador más, y que garantice las condiciones para la participación masiva del pueblo venezolano: transparencia, equilibrio, observación internacional, auditorías abiertas, etc. Ambos cogollos están jugando descaradamente a la abstención, uno para imponerse con su maquinaria, financiada por el Estado, y el otro para intentar deslegitimar las elecciones y hacer perdurar la crisis. Ambas políticas pro-abstencionistas, ya fracasadas anteriormente como forma de salir de la crisis, expresan la perenne desconfianza de las cúpulas hacia la voluntad popular.

Alertamos frente a peligros aún mayores a los que nos conducen las cúpulas que pretenden monopolizar el espacio político. Podríamos incluso ser desmembrados por los lobos de siempre que han querido destruir nuestra integridad territorial separando a los estados fronterizos con Colombia, sobre todo al Zulia; o a la Venezuela al sur del Orinoco, donde los intereses mineros están movilizados por intereses extranjeros.

Por eso, nos comprometemos a organizar, movilizarnos, luchar por la democracia, y a votar, a luchar por los derechos de los trabajadores, de los jóvenes y niños, de las mujeres, de nuestros pueblos originarios y de la madre naturaleza. Luchar contra las prácticas autoritarias.

A este compromiso, llamamos a todos y a todas, sin distinción.

Por el Grupo de Pensamiento Crítico:

Orlando Zabaleta, José León Uzcátegui, Jesús Puerta, Eduardo Calderón, Jesús Urbina, Carmen Irene Rivero, Franco Silvio, Javier Biardeau, Oscar Feo, Mariano Crespo, Miguel Arévalo

Por la Plataforma Ciudadana por la Defensa en Constitución:

Gustavo Márquez Marín, Oly Millán, Santiago Arconada, Juan García, Edgardo Lander, Roberto López, Esteban Mosonyi, Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio



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