Es un odio enfermizo, una frustración que irracionalmente los impulsa a desear y festejar una invasión a Venezuela, no importa cuáles sean sus consecuencias. Se encuentran permanentemente deprimidos y se sienten defraudados ante el fracaso de la incursión de la empresa mercenaria criminal estadounidense contratada para asesinar al Presidente Nicolás Maduro, eliminar a las autoridades de todos los Poderes Público , acabar con la institucionalidad y entregar la soberanía de Venezuela al país más genocida, ladrón y perverso que conoce la Historia de la humanidad.

No es cosa de mofarse. Representarse un mundo al revés, como lo hace esa masa de seguidores de una oposición comúnmente identificada como "escuálidos", es un problema de salud pública que debe llamar seriamente la atención a las autoridades venezolanas y las obliga a tomar las medidas clínicas adecuadas. Hace poco tiempo un conocido psicólogo social, al analizar la sintomatología, calificó este comportamiento como una "Disociación psicótica".

Resulta absurdo que una persona pueda alegar violación a sus derechos humanos al libre tránsito, o libertad de reunión, si le están protegiendo su vida a través de medidas recomendadas y aceptadas por la Organización Mundial de Salud. No bastan las pruebas que alrededor del mundo demuestran las fatales consecuencias de montar irresponsablemente fiestas o romper la cuarentena o desentenderse del uso del tapabocas. Para ellos esto es una " imposición del Dictador". Hay que seguir el ejemplo del gobernador margariteño Alfredo Díaz y "perrearse" en u n bonche, pero no"dejarse montar la pata."

Aplauden el saboteo al sistema eléctrico o hídrico y al mismo tiempo se lamentan de la falta de energía eléctrica y de agua. Pero se angustian cuando funcionan estos servicios y se desesperan deseando su pronta desaparición. Se regocijan con las medidas que afectan la alimentación, la salud y la misma existencia del pueblo venezolano, impuestas por los yanquis . Y se llenan de alegría ante la presencia de una flota militar del hegemón en los mares cercanos a nuestro país, para entorpecer la navegación de los barcos con cargamentos destinados a Venezuela. Los embarga de euforia las medidas que impiden la entrada de catalizadores para la producción de gasolina y al mismo tiempo, protestan por su carencia.

Han perdido la sonrisa de sus labios. No se montan en Metro para no ensuciarse con la "chusma", sin embargo, encuentran profundo desahogo aplaudiendo a un delincuente como Wilexys, promocionándolo , preocupándose de su suerte y acusando a la Policía Bolivariana y al CICP de andar tras este "perseguido político". Si de casualidad logran ver una imagen de Chávez en el televisor juran que su espíritu burlón se metió en el satélite.

La necrofilia se ha apoderado de ellos. El espíritu de José Millán de Astray, aquél fascista , criminal y mutilado de guerra español, que estuvo a punto de pegarle un tiro a Don Miguel Unamuno mientras hablaba en la Universidad de Salamanca, parece haberse posesionado de su materia. Solo hablan de querer ver muertos, torturados y perseguidos a todos los chavistas; sin embargo, frecuentan los templos, donde salen peor que como entraron, porque en lugar de salir reconfortados con el " No matarás", "No levantarás falsos testimonios ni mentiras "y "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", mandatos enseñados por Jesús, al que van a rezar; o de transitar en el camino de las Bienaventurnzas que los recompensará con la felicidad de ver a Dios si son " limpios de corazón," o si "trabajan por la paz" , salen con su odio reforzado por los traficantes de la religión . El Papa Francisco es un comunista infiltrado en la iglesia, comprado por los chavistas, que le llevaron oro. De no serlo, apoyaría a la Conferencia Episcopal.

Niegan una limosna al pordiosero y lo envían a pedírsela a Maduro. Retiran cualquier ayuda económica al familiar necesitado si no acceden a su reconversión y se frustran al no poder obligar a sus abuelos a circuncidarse, porque ya han perdido el prepucio. Se dieron a la tarea de estimular la emigración y ahora consideran traidores a quienes han regresado a su país, víctimas de la explotación , los maltratos y la xenofobia y no pocos. de la pandemia.

Aceptan como un acierto de Donald Trump, su recomendación de tomar cloro o desinfectantes para curarse del coronavirus y de que haya determinado matemáticamente que de esa "gripecita" solo morirán en EE.UU. 200.000 personas y el resto se salvará , porque como hombre sabio no desconoce que la mayoría de las víctimas serán los negros y latinos y como Jefe de Estado está obligado a limpiar su país. Lenín Moreno sólo es "un pobrecito que no sabe qué hacer ante tanta calamidad" . Iván Duque "Hace lo que puede con el Conbd-19" . Al chileno Sebastián Piñera le asiste la razón : el Estado no tiene por qué pagar la imprevisión de quienes no tomaron una póliza para protegerse de eventuales enfermedades . Tampoco quisieran estar en el pellejo de Jeanine Añez, enfrentando a tantos indios desaseados que no saben ni siquiera hacerse un tapabocas por su cuenta.

Su lógica es de antolgía. Comparando a estos inteligentes mandatarios con Nicolás Maduro, no se pueden creer cómo un analfabeta chófer de autobús haya podido contener la epidemia, si no dispone de medicinas ni hospitales, camas, ni médicos ni enfermeras preparadas. Están angustiados porque no aparezca un rebrote. Eso solo puede tener una explicación. Se trata de un milagro. Venezuela está en el trópico y el sol ha colaborado en frenar al Conbid-19, ; además, el país no ha tenido entrada de turistas, los cuales son los portadores ideales del virus. La extensión del aislamiento social solo puede entenderse por la carencia de gasolina, no a causa de medidas de contención de la pandemia. La gente puede ya incorporarse a su trabajo, pero el "régimen comunista" se empeña en tenerla presa en su misma casa. No importa que en otras partes tampoco pueda salir y si lo hace es sancionada. Eso no les interesa. No hay que buscar comparaciones. Lo que les interesa es Venezuela y en Venezuela la gente ya puede salir.

Sin llegar a percatarse, a causa de su odio y fanatismo, este sector de compatriotas, tradicionalmente ha servido de tonto útil para posesionar los rumores en la opinión pública, convirtiéndolos en verdad. A través de ellos se crea una masa crítica de opinión, tras la cual se desatan las acciones preparadas por las bandas de criminales que hacen vida en organizaciones terroristas escudadas tras la fachada de partidos políticos. Esto ha sido una constante.

En estos momentos estos compatriotas andan muy ocupados, desacreditando las pruebas para detectar el virus de la pandemia. Aparte de que "no sirven para nada porque son chinas", los reportes y estadísticas son elaborados únicamente por el gobierno del "Dictador" y "carecen de credibilidad". Es necesaria la participación del sector privado para que adquieran confiabilidad y sean aceptadas. Para que mejor se asimile la propuesta, sus dirigentes la han respaldo en las opiniones de algunas vacas sagradas que aseguran que el porcentaje de casos de coronavirus está siendo ocultado por el "Dictador" y por eso habrá un gran repunte exponencial de los casos de Conbid 19. ¡Alerta¡ ¡Algo se está preparando¡ El río nuevamente arrastra piedras que están haciendo ruido con la pandemia. . El que está picao ,e´ culebra salta cuando ve un bejuco.