¡Es la economía para la vida, Estúpido!

La unidad de los sectores de la derecha oligárquica latinoamericana se ve plasmada en su supuesta inacción para el trato de la pandemia. Nuestros pueblos están sumidos en la miseria y la marginalidad desde hace algún tiempo y aunque muchos vivieron el boom de los altos ingresos por comodities, poco a poco regresamos de la ilusión del "progreso" a la cierta condición de negados por las elites nacionales, Carontes de un mar que llamamos "sistema mundo".

Pero esta inacción o abandono no responde en su totalidad a una incapacidad por parte del Estado Nacional Liberal sino que, me atreveré a denunciar, responde a un proyecto de ingeniería social que propone la eliminación paulatina de los sectores más pauperizados de la sociedad.

¿Dónde se encuentran la pruebas? Sencillo: en el sistema que impone la lógica de acumulación de capital. En esa reproducción metabólica que niega al hombre como cualidad compleja subjetiva y lo cosifica a mera cuantificación productiva. Un sistema en el que somos en la medida que producimos para el capital; mientras otro contingente está al margen del sistema formal de explotación a la espera de ser reconocidos por el capitalismo. Hablo de los desempleados que, producto de la pandemia, serán cada vez más.

¿Dejará el sistema capitalista, heredero de las ideas darwinianas, que los menos aptos sigan en el campo de vida? Pues no. Si ya fueron negados del campo de la Económica, la vida como totalidad tiene que serles arrebatada.

Mientras la OMS demanda el cumplimiento estricto de la cuarentena como mecanismo de contención del virus; los gobiernos decretan periodos relativos de confinamiento para rápidamente "recuperar" la cotidianidad, que para ellos no es otra cosa que retornar al "estilo de producción capitalista". Entonces, por un lado cumplen con la demanda de la opinión pública mundial y por el otro van progresivamente dejando atrás las medidas de distanciamiento social para recuperar la economía capitalista. De tal manera que la naturaleza del virus vaya descartando a los menos aptos, y menos aptos no por razones biológicas sino por una condición socialmente creada de pobreza.

Es una constante desagradable que el capitalismo presente la situación de sobrevivencia social como una tendencia natural en la sociedad; negando lo verdaderamente cierto: que el origen de esta cuestión de "sobrevivencia" responde a la desigualdad producto de sus relaciones sociales de producción. Aquel argumento de: "sobrevive el más apto" no es más que una ideología forjada para justificar la pobreza y la muerte que este sistema injusto presenta como norma, como "selección natural". Ley que prima en la naturaleza, donde los animales por carecer de lenguaje no poseen conciencia y satisfacen sus instintos básicos de conservación de manera violenta, cosa que en los humanos, dotados de conciencia y de espíritu, es distinta pues pueden construir formas de naturaleza diseñadas para preservar la vida de su genero y de su medio ambiente natural.

¡Sí, si y nuevamente sí! Todos podemos producir lo que es socialmente necesario para preservar la vida en comunidad. Debemos desplazar y rebatir hasta el cansancio la inútil idea de sobrevivencia del más apto y mejor preparado. Además, habría que agregarle un segundo argumento que surge como resultado del anterior donde: "sobrevivir garantiza el derecho a ejercer dominio sobre otros". Relación que se hace prejuicio y que configura el análisis lógico de los explotados; aceptándose como inferiores y dominados ven a la grandes mayorías excluidas del acceso a la alimentación, a la salud, a la educación, al trabajo dignamente remunerado y a la vivienda familiar como justo y necesario. Es decir, para ti pobre no hay derecho a la vida y menos a la base de todo del andamiaje de la modernidad capitalista, la propiedad privada. Eres un subproducto del capitalismo y como tal debes ser desechado.

Por eso, lo que se impone de manera disimulada en esta derecha oligárquica latinoamericana es la acción reconstructora de la "normalidad capitalista" diseñada sobre la base de la rentabilidad productiva negadora de la vida y aliciente del lucro individual, avaro y descarado del robo. Un robo en todo sentido, desde el ocultamiento al trabajador de la plusvalía hasta la solicitud de trabajo virtual en casa que no es ni será debidamente remunerado y que con todo y todo desea seguir preservando índices "estables" de la tasa de ganancia.

Para finalizar, poco a poco iremos retornando a una normalidad vigilada y controlada, mientras tanto, yo pobre, yo trabajador pauperizado, me mantendré en casa y haré lo posible para responderle la demanda al sistema que exige le administre la crisis a las elites desde mi casa, un espacio arrendado, un hábitat no propio y plenamente reproductor del sistema que me niega la propiedad privada. Y ¿si no sé trabajar desde casa? Pues ¿cómo es posible eso en una sociedad donde la autosuperación es un valor imprescindible a la vida? Entonces yo y las grandes mayorías estamos en obsolescencia; por lo tanto, sería mejor si la Covid-19 hiciera lo suyo y nos eliminase. Hasta acá el fin de todo el comienzo.




 



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