La administración de Maduro ha consolidado a la burocracia corrupta en las instituciones y empresas del estado, basta con hacerle seguimiento al entramado de corrupción en altos cargos y en cargos medios para constatar esta dura realidad y lo más lamentable es que debido a la situación de crisis a la que nos han llevado, muchos empleados caen en este nefasto juego macabro. A esto necesariamente hay que agregar la persecución, la represión, los allanamientos, las detenciones, la criminalización de las protestas de justos reclamos que viene realizando la clase trabajadora, el asesinato de campesinos, el allanamiento a tierras otorgadas y recuperadas por las comunas, entre muchas otras que viene aplicando el gobierno.

Esta corrupción va desde PDVSA hasta instituciones como INPSASEL donde desde los más altos cargos hasta los medios hacen lo que quieren, practicando el nepotismo, el verticalismo represivo, las amenazas y un sin número de medidas que solo apuntan a un servilismo patético como justificativo de sus gestiones. Tal es el caso de FOGADE donde la flamante presidenta, hija de Eduardo Piñate, ministro del trabajo, arremetió, a través de dos mujeres con cargos dentro de la administración contra el secretario general del sindicato y contra el delegado de prevención, denunciándolos por violencia de género y ordenando, en complicidad con la inspectora jefa, la separación del puesto de trabajo y posteriormente calificación de despido para ambos, es de anteojo el apoyo del ministro Piñate girando instrucciones para la rápida actuación de la jefa de inspectoría para este caso, cuando no dan respuesta pronta a los miles de casos que reposan en el olvido en las inspectorías.

Un pequeño pero significativo ejemplo de su servilismo lo dio el presidente del INPSASEL Geovanni Peña, en una reunión realizada en la sede central de esta institución, cuando a manera de reclamo conminó a los trabajadores a realizar cartas y/o videos de agradecimiento al “presidente obrero” y al ministro Piñate por la entrega de cajas y/o bolsas Clap, cuando la última entrega la cobraron a 30 mil bolívares y esta vino con menos productos. Nos quieren hacer creer que es gracias a ellos que recibimos las cajas y/o bolsas Clap.

Esa especie de servilismo religioso solo apunta a preservar los cargos que hoy ostentan, tal como sucede con los “directivos” de la CBST que manifiestan que Piñate es el mejor ministro del trabajo que ha tenido el “presidente obrero”, cosa que no deja de ser cierta, solo que es el mejor para ellos y los empresarios y no para la clase trabajadora. Este señor se ha encargado no solo de cooptar a los Consejos Productivos de Trabajadores sino de aplicar medidas como el memorando 2792, de retardar aún más los reclamos que realizan los trabajadores en las distintas inspectorías a nivel nacional, de no discutir las convenciones colectivas y en general consolidó a este ministerio como el Ministerio del Trabajo para los Empresarios. El gran logro del “presidente obrero” fue pulverizar nuestros salarios y prestaciones, así como al movimiento sindical, además de llevarnos a una crisis sin precedentes.

Lo propio hacen los cargos medios, cual rémoras, luego de la charla del presidente del INPSASEL llegan a sus respectivos feudos a tratar de hacer algo para agradecer, tanto al “presidente obrero” como a Piñate, la entrega del Clap, demostrando con esto su incapacidad y servilismo.

La crisis que vive nuestro país no es culpa de la clase trabajadora, aunque seamos nosotros los que la estemos pagando, esta crisis es producto del gobierno y sus compinches, sus apéndices de la CBST, los empresarios, los burócratas corruptos que anidan a granel en las distintas instituciones y empresas del estado y la dirigencia sindical desclasada que realiza, así como la burocracia corrupta, un servilismo patético.

Para muchos que creen que la solución a esta crisis viene de la mano de este gobierno, lamentablemente navegan en mares tormentosos con la brújula dañada y vientos encontrados; la solución a la crisis no vendrá de la mano de este gobierno, todo lo que está ocurriendo refleja que lo que hará será profundizarla, obviamente para las grandes mayorías desposeídas, para ellos no será así.

La solución de la crisis está en manos del la clase trabajadora y el pueblo pobre, ya llegará el momento en que reaccionemos y asumamos nuestra lucha de manera más amplia, organizada y unificada. Debemos realizar la tarea de construir una alternativa revolucionaria, que rescate al socialismo como solución al problema de las grandes mayorías y no a la pantomima que pregonan los corruptos del gobierno, solo el pueblo salva al pueblo, esta premisa tiene hoy una vigencia descomunal, de no hacerlo caeremos en un abismo y andaremos como ánimas en pena, destrozándonos unos a otros mientras ellos reirán al vernos, tal como lo vienen haciendo.

¡¡Por la necesaria organización y unidad para luchar por nuestros derechos y nuestras conquistas!!

¡¡Por un gobierno de la clase trabajadora y el pueblo!!

¡¡Que viva el socialismo!!