Pensamiento de Bolívar en la Marina Mercante

No hay palabra mejor y más oportuna que el llamado que hiciera el Libertador a las puertas del sepulcro "QUE SE CONSOLIDE LA UNIÓN", para hacer un llamado a mis hermanos marinos mercantes, quienes, con razones o sin ellas, acusan a unos funcionarios de corrupción en el ejercicio de la administración pública de la marina mercante y vieron frustradas sus intenciones de protestar ante el INEA, Instituto Nacional de Los Espacios Acuáticos e Insulares.

Este llamado nada tiene que ver con sus señalamientos, de los que no estoy enterado, internado en mis actividades agropecuarias, y me percato que no lo suficientemente atento al sector marítimo al que también pertenezco, en mi doble condición de marino y campesino.

Si una o más individualidades de una institución incurren en actos reñidos con la moral, esos actos no descalifican a la institución. La Armada es una institución intrínseca de la condición y vocación marítima venezolana y hermana inseparable de su marina mercante y de las actividades de esparcimiento y recreación náuticas.

Si uno u otro miembro de la Armada se asocia perversamente con marinos mercantes, u otros profesionales, para cometer fechorías, incluso para traicionar a la Nación, como al efecto se asociaron durante el año 2002, y paralizaron la actividad marítima mercante en general y en particular la flota petrolera, y conminaron tácitamente a la Nación venezolana toda a doblegarse, por la carencia de alimentos y combustibles y al Gobierno Bolivariano a renunciar por los padecimientos de la población, esa acción no condenó a ninguna de las dos instituciones, Armada o Mercante, ni a las que corresponden otras profesiones de quienes participaron en aquel acto traidor.

Por el contrario, los acontecimientos de diciembre de 2002 demostraron cómo unidos, marinos mercantes, miembros de la Armada, y un innumerable número de profesionales de distintas disciplinas, afianzados sobre la reciedumbre y el coraje invencible de la población venezolana derrotamos a esas individualidades traidoras y salvamos a la Nación venezolana y a sus generaciones del futuro de la mendicidad e indignidad a las que hubiesen sido conducidas por aquellos traidores, si hubiesen éstos logrado con su acto ponernos otra vez bajo sometimiento y dominación del imperio norteamericano, verdadero autor de aquel funesto paro.

Pero el peligro de las intenciones del imperio aún no ha terminado, que más astuto y taimado, por las sucesivas derrotas frente al coraje de los hijos de Bolívar, se ha puesto piel de oveja sobre el pelambre y se prepara para, a cualquier descuido, propinarnos el zarpazo definitivo.

Hagamos como Luís Brion, Armador y Capitán Mercante, devenido en glorioso Almirante de la Gesta Libertadora, soporte fundamental del liderazgo de Bolívar, frente a la anárquica actitud de los compañeros de gesta, y ejemplo de generosidad, con su desprendimiento de buques y otras riquezas, en pro de aquel proceso heroico.

Hoy, como ayer, las amenazas de un imperio obligan a la UNIDAD de los venezolanos, de sus marinos civiles y militares, quienes responsables de la seguridad de nuestros mares y por los suministros para nuestra población, no podemos permitirnos caer en la anarquía y en enfrentamientos inocuos frente a esas amenazas, sin perjuicio de la obligada depuración de los corruptos, naturalmente, pues éstos hacen tanto daño como el Imperio y estarán dispuestos a venderse a las posturas de éste.


*Capitán de Altura
Ex Presidente del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante


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Rafael Flores *

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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