Currutacos

Acaba de morir uno de ellos en Chile y en Venezuela a la anciana decrépita, otra currutaca, Marta Colomina de vaina no le dio un soponcio en estos días cuando gritó ¡fraude! Y todo el mundo se cagó de la risa. En el caso del currutaco Pinochet, se demuestra que contra la muerte nadie puede. Fíjense que ni la justicia chilena pudo ponerlo tras la puerta, no le salía cárcel por anciano, y se pensó que cumpliría la condena en su humilde casita. Augusto Pinochet…”pasará por la vida sin saber que pasó”, pero la oligarquía aquella, cuyas mujeres les traspasaron las ridículas indumentarias a las chicas del Este caraqueño, lentes oscuros, colita de caballo, lycra, zapatos tenis, un palito en la mano haciendo y diciendo groserías ante los medios audiovisuales, sí lo llorarán en vivo, directo vía oligarquía. ¿Pasará los mismo cuando muera, por ejemplo aquí en Venezuela el vejete y ridículo Oscar Yánez, el nonagenario y chismoso Omar Lárez, el jurásico y tonto Raúl Hernández? No lo sabemos. El currutaco Pinochet, ¿en cuál parte del infierno irá a ponerlo el abuelo de W. Bush, Walker Satán Bush? Me supongo que no lo hará al lado de Hitler, ni de Torquemada, ni de Franco, ni de Amin, ni de Atilas, ni de los Césares, ni de Roosevelt, ni de Somoza, ni de Stalin, porque esos fueron unos angelitos delante de esta escoria macabra que mandó sin contemplación, a cercenarles las manos al inolvidable Víctor Jara, antes de disponer su final e igualmente a centenares de patriotas chilenos, después de traicionar y asesinar a Salvador Allende por orden directa de la CIA Para Pinochet debe haber una paila inmensa atiborrada de mierda hirviente, para que soporte eternamente el hedor implacable de la oligarquía chilena, que es la misma por toda Latinoamérica…la misma guarimbera de Venezuela que quema basureros y cauchos de Hardley Davinson, para auto denominarse “una clase arrecha que lucha por la justicia”,¡nojoda! Murió Pinochet y el mundo democrático siente por lo menos un alivio, algo percibió el Demonio al llevárselo a su guarida de hediondo azufre (alguien dijo que el azufre es inodoro) porque tal vez sentía que éste, Pinochet era más cruel e inhumano que él y podía serrucharle el puesto de maléfico. Con la muerte de este fascista demoníaco, el mundo se libra de uno de sus hijos más crueles. Pinochet pertenecía a esa jungla de mentiras y complejos, que se imagina que sólo ella debe vivir y que lo demás no existe. Se fue el currutaco Pinochet, el dictador traicionero, eunuco de la CIA, sirviente de Richard Nixon, adorador del imperio, imitador de Mussolini, asesino de un pueblo, inolvidable para los que como él, viven disfrazados de “gentleman y lady” en la opulencia, donde el amor, el dolor, la confraternidad no tiene espacio. Pinochet fue una mancha en la historia humana. Y no es que para nosotros los revolucionarios quienes no nos respaldan son malos. Burda mentira del fanatismo, porque Pinochet era un hombre indigno, que puso en primer plano la potencia externa, antes que el sueño interno. Y eso no es patriotismo, como lo pregona la revolución. Pinochet no será recordado sino en la fecha de su muerte, por sus acólitos, por los que como él, poseen una visión de la sociedad creada por el imperio, donde sólo el money sirve para todo. Hoy los currutacos de Chile, de Méjico, de Bolivia, de Perú, de Colombia, de Venezuela, están tristes. Se les fue su ídolo. Se marchó su rey ficticio de la bambalina, del crimen del bombardeo contra La Moneda. Hoy lloran los oligarcas la muerte de un infeliz que no poseía cerebro, sino mierda como materia gris. Los currutacos de Venezuela están tristes. Los estúpidos que llaman comunismo a Mercal a Barrio Adentro, a las Misiones, al sueño de Bolívar, andan moqueando. Se fue un artífice de la crueldad. Un torturador de pueblos y sueños. Un aniquilador de esperanza. La oligarquía chilena, al parecer la que sigue gobernando, ha mandado a que la bandera esté a media asta y que se le brinden honores militares a este currutaco criminal y uno se pregunta, ¿Bachelet la crueldad de este hombre no llegó a tu familia y a tu pueblo?

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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