A José Roberto Duque

La casa de los sueños

 


Te conocí en una entrevista que te realizamos en la radio del C. P. C. La Carucieña en Barquisimeto, en el programa "El Filo" conducido por el camarada Manolo Silva y mi persona. Te recuerdo mucho porque nos regalaste un pequeño sobre con semillas de caraota de las que aquí llamamos "chivatas" o "caraota de año" y, motivado a ese noble gesto de tu parte, he comido caraota durante mucho tiempo y he regalado muchas semillas para que otras personas hagan lo mismo que tú comenzaste.

Hace unos días leí una publicación tuya sobre la casa que construíste a tus gustos y expensas, inspirado por los sueños y filosofía de vida del maestro de 103 años, que la vida te dió la dicha de conocer por allá en esos paisajes idílicos y apasionantes de los pueblitos merideños.

Así como Cristóbal Colón consiguió su paraíso al entrar por el Golfo de Paria en 1498 y ver cómo el caudaloso río Orinoco entrompaba con su agua dulce, contra la inmensidad del Mar Caribe y alrededor de éste impresionante espectáculo había una vegetación maravillosa con un grupo de indígenas que con sus canoas se acercaron con gestos amables y regalos para su tripulación. Luego, al desembarcar en nuestro territorio, se consiguieron con el adorno más hermoso con que se podía dibujar ese cuadro del paraíso encontrado y sus ojos brillaron llenos de codicia y deseos al ver los espectaculares cuerpos de nuestras mujeres indígenas sólo ataviadas con collares de oro y perlas. Así, anonadado por lo que veían sus ojos, le escribió a su rey diciéndole que el paraíso encontrado era el Edén que todos soñaban. El genocidio que sucedió después de este maravilloso encuentro es ya harto conocido.
Pero José Roberto, te hice este preámbulo porque yo conseguí mi paraíso terrenal en una zona cafetalera y montañosa del estado Lara.

El nombre del caserío lo dice todo: La Primavera. Allí empecé a hacer realidad "la casa de mis sueños"

Inicié la estructura de la casa con trozos de tubos y cabillas que iba consiguiendo cuando el hierro no valía nada. Mi mujer me decía que estaba loco cuando me paraba a recoger pedazos de cabilla y hierro. Luego de finalizar la estructura me conseguí con que no tenía para comprar los bloques y un día que se me atascó la camioneta buscando arena en la quebrada del pueblo, me nació la idea de forrarla con piedras y hoy en día es una cabaña muy hermosa que está construída en un 80 por ciento, pero cómo me ha costado rematar ese 20 por ciento faltante porque siento que en ese 20 por ciento ya la generosa naturaleza no me puede aportar más pues ya es cuestión de electricidad, impermeabilización del techo y lo necesario para el baño y ahí la naturaleza me dijo: - " ¡Stop! ¡échale bola tú porque yo ya te ayudé bastante!"

Como ironías de la vida, mis familiares y amigos que son escuálidos y conocen mi trayectoria revolucionaria de toda una vida, me dicen que cómo es posible que yo no consiga apoyo del gobierno para este fin y yo, para no entrar en detalles, les digo que sí, que tienen razón, que cómo es posible que este gobierno les haya dado apartamentos en el mero centro y este de Caracas a los paracos colombianos que asesinaron a cuchilladas, en forma cruel y despiadada, el alma pura, noble y juvenil de Robert Serra y su compañera de vida. Eso no es posible, pero sucede...

Bueno José Roberto Duque, para no hacerte más largo el cuento, te digo que el Alzheimer de mi esposa de toda la vida, está avanzando. Yo soy el que la cuida pues si ella me entregó los mejores años de su vida, yo le voy a entregar los poquitos que me quedan a mí, para que lleve su enfermadad lo más tranquila posible, aunque yo esté muriendo por dentro por ésta difícil situación. Aparte de esto mi camioneta se me jodió y mi paraíso encontrado lo tengo abandonado y eso me duele profundamente.
A todas estas, en un momento de desesperación, decidí poner en venta Mi Paraíso y en días pasados, cuando leía tu artículo sobre la construcción de tu casa en tu paraíso elegido por allá en los bellos Andes de mi hermosa Venezuela, reflexioné y me dije a mí mismo: "Cómo vender algo que no tiene precio. El riachuelo de aguas cristalinas que sirve de lindero de la finca y que corre por la bellísima vegetación, produciendo un sonido agradable y tranquilizador, que nos alimenta la vida y nos da el riego para el cultivo y los sembradíos, eso no tiene precio. Es un don de la naturaleza que debería ser sagrado.

El bello colorido de la flor del café tranformándose luego en fruto que pasa del verde al amarillo y finalmente al rojo antes de ser tiempo de cosecharlo, es algo mágico que nos depara esta maravillosa vida. Los árboles gigantes con sus cientos de años que dan sombra y oxígeno y que en determinadas épocas del año algunos se llenan de flores moradas como el apamate, amarillas, el araguaney y anaranjado, el bucare. O ver las flores silvestres con sus chupaflor o colibríes y abejas haciendo su trabajo, es la magia, es la belleza en pleno desarrollo, es la armonía de la naturaleza. Ver a las ardillas y la gran variedad de pájaros y loros haciendo suyos los frutos maduros de los arbustos sembrados, es una gran satisfacción personal. El aire frío y puro que respiramos, que también alimenta la vida de nuestros árboles y animales, tiene un valor inestimable que los seres humanos no hemos sabido apreciar y cada día contaminamos más y hacemos quemas indiscriminadas, destruyendo nuestras fuentes de aguas cristalinas sin pensar que con estas acciones nuestros hijos y nietos sólo conseguirán un gran desierto en lugar de un paraíso encantador.

Por lo tanto, José Roberto Duque, este paraíso no es mío, no me pertenece, su dueño es la naturaleza, pues ella misma lo creó. No deberíamos vender lo que no nos pertenece. Nosotros somos parte de esta tierra y todos somos una gran familia: las flores, los gatos, los pájaros, los árboles, los perros, los caballos y pare usted de contar. El paraíso encontrado por Colón tampoco tiene precio y es necesario cuidarlo y preservarlo ante las hienas de los mismos imperios que siempre han querido devorarlo.

rafaelvasquezz@hotmail.com
C. I. : 3.211.381
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