Venezuela: Dos Mundos Paralelos

Apartemos solo por un minuto el conflicto Guaidó-Maduro y toquemos de nuevo el fondo de nuestra crisis, crisis que está a punto de llevarnos a una guerra.

Un propósito que tuvo el naciente chavismo fue reducir las brechas sociales, reducir el ventajismo en el acceso a los beneficios económicos de la renta petrolera y por tanto dar respuesta a las necesidades básicas de un país dividido entre quienes podían y quienes no; por ejemplo, a tener acceso a una salud de calidad, a una vivienda, o a una alimentación adecuada.

El gobierno en este momento, inicios de 2019, ha logrado cerrar las brechas entre un sector empobrecido y a veces en extremo empobrecido respecto a un estrato medio técnico y profesional fundamentalmente, pero no únicamente, asalariado. Los que por ejemplo somos docentes, y puedo decir en mi caso además jubilado del sector universitario, conocemos ahora lo que no conocíamos; es decir, no poder asegurar medianamente nuestro futuro familiar o individual, en materia de salud, vivienda y seguridad social, o el ahora lujo del transporte, por lo difícil de tener o mantener un vehículo. Sin duda, aquí la brecha se cerró a expensas de acercar y unir ese estrato medio a la siempre mal llamada clase pobre.

Esta unión es uno de los dos mundos de la hoy Venezuela y donde vivimos cerca de un 80 % de la población. En este, "el marginal", de los dos mundos, un paisano ingeniero o médico establece sus alianzas con el albañil desempleado para asegurarse las proteínas en sus respectivas familias; frases comunes entre ellos se repiten: "ya los pollos van a llegar y hay que hacer el depósito en tal cuenta", o "en la calle tal mañana van a vender huevos a precio solidario"; de nuevo la brecha, si la hay, es solo en ideas, la material y de necesidades se cerró o no existe. "Este mundo" conoce la divisa extranjera y su importancia pero no vive de ella porque no la puede obtener, a menos que un familiar emigrado se la mande. Los pobladores de este mundo vive de los Bolívares Soberanos y de cómo luchar para usarlos con una banca pública y privada cuya misión más importante es que sus habitantes, usen solo lo estrictamente necesario para alimentarse cada semana; por ejemplo, para ellos una tarjeta de crédito es un pedazo de plástico inservible.

En lo personal, de esas alianzas que menciono arriba no solo no reniego sino que las reivindico y hasta les reconozco su utilidad para sobrevivir y para descubrir la esencia humana y lo que pesa en ella. Si todo fuera así, la carga sería menos pesada y su lucha compartida.

Pero no, no es una lucha compartida, otro mundo en Venezuela también existe en paralelo y juega a favor de la esclavitud de su pariente desconocido y para él, invisible. Un mundo que le tiene sin cuidado los aumentos del presidente, las decenas de bonos, los perniles prometidos, la devaluación del Bolívar, el Petro, las cajas CLAP, la inflación como desgracia económica, o las políticas bancarias, porque en ese mundo se paga todo cuando se quiere y con los verdes en la mano.

Este es el mundo con un único líder, el dólar. El mundo de aquellos que tienen acceso a la divisa providencial. Me atrevo a decir que este exclusivo mundo ha crecido y se ha fortalecido a la sombra de esta "revolución". Sí, esa que quiso ser la esperanza del siglo XXI en Venezuela. Quizás hasta 20 % de nuestra población puede estar hoy en él, ¡bastante proporción!, increíblemente alta si la comparamos con aquella que en los setenta veía el poder económico y la riqueza en unas pocas familias del país. Realmente es cierto y visible, hoy la clase rica, o si prefieren el famoso estrato I y II, se "socializó" y se expandió con una buena parte militar y civil politiquera roja, y la no roja de siempre, muchas veces comercial y especulativa. Entre los nuevos ricos rojos, su método y consigna oculta fue: Para que, de nosotros, podamos haber más ricos, algunos en el país deberán ser sacrificados, y esos serán los técnicos y profesionales de la "clase media" asalariada, además para lograrlo tenemos a la ideología: ¡vamos hacer creer que ellos son la burguesía venezolana!

Decía Leopoldo Cook Antonorsi en el 2014 (Aporrea https://www.aporrea.org/ideologia/a186337.html):

"El estrato I oscila en el 1% de la población, en el período hasta 2005 se mantuvo en ese rango, más a partir de allí se ha cuadruplicado. ¿Cómo entonces la burguesía se queja del "régimen", si le (ha) ido mejor que nunca? Estas y todas las demás estadísticas lo comprueban".

Lo que no dijo, o no explicó Cook, era que, quienes en ese estrato se habían cuadriplicado venían de estratos inferiores; pero, sin una brizna de duda tampoco fue capaz Cook de preguntarse: ¿quiénes eran?, ¿de donde salían?, ¿porque llegaron allí? Y continúa:

"El estrato II se mantuvo igualmente inmóvil entre el 4 y el 7% hasta 2005, pero se duplicó en el gobierno de Chávez. Las "capas medias" no tienen tampoco argumento para quejarse."

De nuevo, Cook no se interrogó de donde procedía esa duplicación de ese estrato II bien acomodado, ¿cómo llegó allí? La verdad que esa generalización sobre las capas medias y su queja es, por lo menos, inocente y además absurda si la vemos al día de hoy, supongo que Cook en 2014 no conocía de los Andrade, ni de los Gorrín, Salazar y pare de contar- Por supuesto sr. Cook, estos elegidos con amparo revolucionario jamás se iban a quejar, ni ninguno de los vinculados al poder que extrajeron miles de millones de dólares sin explicación. Esta es la verdadera causa de nuestra crisis y de la estúpida guerra que hoy tenemos en puerta.

Por tanto, más allá de las explicaciones, lo que se decía en 2014 coincide o se iba acercando a nuestras cifras hoy, las de este privilegiado Mundo de 20% de venezolanos dólar dependientes. Creo que para llegar allí, y me refiero a ese "revolucionario" aumento de los ricos en la Venezuela "socialista", alguna parte de esas capas medias y medias bajas, buscaron su "salvoconducto", sus alianzas con el gran poder y con aquellos expertos en el discurso socialista, pero del discurso sin ética, del discurso corrupto sin ciencia ni evidencia, el discurso perfecto para engañar a los incautos y a los que aún viven en el limbo de la izquierda inocente y con anosmia: el discurso ideológico. El de la ideología y su plusvalía, recordando a Ludovico.

Si puede llamarse logro, esta "revolución" al unir los estratos pobres V, IV con la mayor parte de estrato III (clase media) eliminó una de las dos brechas sociales del venezolano; se entiende que al eliminar o expulsar a la capa media también eliminó una de esas brechas, pero dejando otra más ancha y profunda. Y como resultado, de otra innovación y magia "revolucionaria", no quedaron dos clases sociales: la pobre y la rica. Realmente la "disuasión ideológica" de la revolución ha permitido crear dos mundos en paralelo: una Venezuela que sobrevive a la alternativa de irse o quedarse y la Venezuela opulenta del dólar, la de la novel burguesía socialista hermanada a la ya tradicional. Situación perfecta a cierta intelectualidad marxista de esta "revolución", que ahora podrá calmar su angustia existencial al explicar porque aquí ya nunca habrá lucha de clases, sencillo porque coexisten dos mundos paralelos, algo así como la "dimensión desconocida" de esos metafísicos sociales.

La bien conocida estrategia financiera del mundo capitalista occidental que dirige desde los años ochenta sus cañones a la antes solo consumidora "clase media", se concentra ahora en exprimir su sangre, recordemos a los indignados o a las víctimas de mundo hipotecario español. En Venezuela esa estrategia se hizo lema -todos contra todo aquello que suene a clase media- con bastante apoyo mediático se equiparó escualidismo a clase media y a burguesía, teóricamente absurdo pero bien pensado, mientras la clase verdaderamente rica del país sonreía con la astucia de su nueva competencia o aliados rojos en sus coqueteos para compartir el poder económico que manda en Venezuela. Además, no conforme con agredir a la clase "maldita", se agregó su expulsión y en caso de que no se vaya, su explotación al pagar menos de 10 dólares por mes su trabajo técnico o profesionalizado; jamás se había robado tanto a ese solo estrato social medio.

Dos ejemplos conocidos: un joven y para entonces reconocido ministro, e irónicamente de los preparados, y hablando desde el lugar donde no se está, dijo algo como: no podemos llevar a los pobres a la clase media para que después aspiren ser escuálidos; es decir, no dijo el joven exministro que aspiren a ser ricos, dijo y ahora sí en mis palabras: "es preferible que sigan siendo pobres".

Otro, dirigente y moderador de la televisión del estado, mostrando en la "red" una botella de whisky 18 años, alardeaba algo como: "sufran escuálidos." Ese moderador, perfectamente sabía que la clase rica nunca sufrirá por eso porque puede tener las botellas que quiera cuando las quiera, en cambio él sí mostró su satisfacción de estar por encima de la llamada clase media escuálida, ¿dónde? Quizás donde su real deseo ya lo tendría.

Pero la evidencia de la invisible segregación que mueve el fondo de esta revolución la creí comprobar en estos días, a propósito, días de hambre y desespero para las mayorías... Recorrí las zonas de Altamira, la Castellana y las Mercedes con el único objetivo de ver a mi propia cuenta lo referido por otros. Alguien en particular me dijo: "paséate cualquier día y a cualquier hora por los costosos restaurantes del este de Caracas, fíjate en los tipos de carros y el nivel de ocupación de sus estacionamientos...". Claro que comprobar ver a los visitantes a estos restaurantes caros no significa de manera directa comprobar su mejor atención en salud o capacidad de satisfacer necesidades básicas pero de manera indirecta si lo es. Si una persona es capaz de pagar de 25 a 100 dólares y más por un almuerzo y sus colaterales, tendrá mayor capacidad para satisfacer los costos de atención médica que una persona obrero, técnico o profesional que con esfuerzo puede costearse él y su familia la comida del día a día con 6 dólares al mes.

Primera observación, igual que en otras partes del país, los restaurantes populares medios o también los llamados de comida rápida como Mac Donalds o menos rápida como Fridays, y considerados de la clase media, se encontraban todos casi vacíos o cerrados, y fueron recorridos a la misma hora, 2 pm, y en las mismas zonas donde cohabitan con los grandes restaurantes: Barako, Maute Grill, La Estancia y al menos 3 más, de estos, todos se encontraban completamente llenos en sus áreas de parqueo, raro ver vehículos comunes tipo sedán, en su mayoría eran grandes camionetas de los últimos años, Mercedes y BMW.

Un activista defensor del gobierno o un simple escribiente en parecencia a lo dicho en lo antes citado por Cook, o la misma Iguana TV dirá: "y estos ricos hablan del comunismo de Maduro que los acosa y mira como repletan los restaurantes del este" y un opositor, al otro extremo diría: "puro enchufado es lo que está allí con sus súper camionetas y guardaespaldas." En mi opinión ambos tienen parte de razón; realmente Maduro no acosa a este particular estrato de venezolanos, y cierto es que a mucho nuevo parásito de la renta nacional le encanta degustar y mostrar sus también nuevas preferencias gastronómicas, más aun si consiguió una concesión en ese ecocidio que igual es humano llamado Arco Minero.

Pero aún, si cualquiera de las dos premisas tuviera la razón absoluta, se demuestra una sociedad sin justicia y a un gobierno que permitió una brecha grosera y desconsiderada si entendemos la crisis y las calamidades del otro mundo paralelo. Ese, con 80 por ciento de la población Venezolana tratando de comer hoy sin saber si lo hará mañana, en un país donde la riqueza sale toda del mismo sitio, de su subsuelo, sea zuliano, oriental o de Guayana.

Una hipótesis sostiene que muchos de esos comensales son nuevos ricos a la sombra de la misma corrupción política y/o comercial que en la cuarta república hizo ricos a los también parásitos de las conexiones adecas y copeyanas. Ninguna diferencia de fondo, los socialistboys de hoy (para sacar a Bolívar se esas nuevas definiciones) son los mismos nuevos ricos de los setenta y ochenta, se haga o no a nombre de la justicia y de la distribución equitativa de la riqueza venezolana.

Sin embargo; precisemos algo, ni están todos los que son ni son todos los que están. Los faramalleros, ahora como antes, son los nuevos ricos visibles, los invisibles y con poder no se dejan ver tan fácilmente, aunque igual pertenezcan a este inframundo paralelo de la opulencia y de la abundancia en Venezuela, causa real de la estúpida guerra que hoy tenemos en puerta.

cespino58@gmail.com



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