Termina el 2018, van 20 años y la guerra no ha podido matar la revolución


“Para estar ciegos, solo hay que olvidar el pasado, la historia” I.M.
Era un 6 de diciembre del año 1998 cuando Hugo Chávez acaba con los acuerdos del puntofijismo. Comenzaban a darse los paradigmas de una dicotomía que se mantiene desde entonces. 20 años han transcurrido desde aquel triunfo sin precedentes que hicieron disparar las alarmas de las corporaciones dominantes, de las elites reinantes, de los sionistas del norte y de Europa, de instituciones como el FMI, BM, BD, OEA y otras que tenían el privilegio de implementar cartas que empobrecían naciones y quitaban gobiernos a su antojo.

Desde ese 1998 los grupos de facto del mundo se han empecinado en:
Fraguar un golpe que en abril del 2002 pudieron tumbar al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías y con la posibilidad de su asesinato y el sometimiento de una sociedad a su merced

Lograr un sabotaje petrolero en diciembre de 2002 que le hizo perder a la nación alrededor de 20 mil millones de dólares y no poner cumplir legalmente compromisos de cuotas y contratos

En el 2005 un boicot contra las elecciones parlamentarias de no participar con la solo finalidad de generar situaciones adversas al marco constitucional y poder justificar lo injustificable

El vacío de poder ha sido una variable constante que han utilizado para cualquier viaje presidencial, en el secuestro de Chávez, en la enfermedad de Chávez, en el adelanto de las elecciones del 20 de mayo de Maduro y en otras inmadureces y sandeces

Solicitar y activar bloqueos económicos, financieros y comerciales desde la Conchinchina hasta las costas del Grupo de Lima para asfixiar a cada ciudadano del credo, color y religiosidad venezolana con la finalidad de que se alzaran contra el reeeegimen de Chávez y Maduro en 20 años

Han comprado a militares –aunque muy pocos- para que dieran golpes aunque fracasados, porque el sempiterno de Chávez tuvo la visión de eliminar los encuentros con la Escuela de las Américas donde imputaban la doctrina castrense del fiel Simón Bolívar

En no reconocer ningún triunfo y desconocer al CNE cada vez que ganan los candidatos de la revolución pero no cuando ganan los candidatos de la oposición

En este 2018 un intento de magnicidio frustrado contra el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros junto a los altos rangos militares y ministeriales, demás autoridades públicas y ciudadanos inocentes

Todas estas acciones han tenido en paralelo un componente tormentoso llamado guerra psicológica que ha enfermado a mucha gente en una especie de paranoia colectiva con daños ocultos e incalculables

Desde el año 1998 hasta 2018 se han generado matrices de opinión en el plano nacional e internacional con la finalidad de crear las condiciones para aplicar cartas y acciones de injerencias con la finalidad de intervenciones que aun no cuadran en el plano legal, pero al fin y al cabo, son matrices toxicas, dañinas

Hoy cuando finaliza el 2018, hay tanto que decir y recordar de estos 20 años, pero para que decirle a tanta gente lo que ya sabe. Mejor decirles que no se olviden de lo que hemos vivido y sufrido y donde comenzó verdaderamente toda esta historia desde que llegó Hugo Chávez en 1998, aun sabiendo que tenemos retractiles y levitas dentro de la revolución durante este periodo.

¿Cómo olvidar 20 años con una guerra que no ha cesado ni deja descansar a un pueblo que es víctima de hechos vandálicos, de bandoleros de los más bajos instintos, sentimientos y pasiones humanas de seres que detestan la vida humana de una nación que solo tienen como pecado cambiar el rumbo de un sufrimiento de cuatro décadas cuarto republicanas marcadas por el 80 % de pobreza, en un país lleno de tantas riquezas?

Termina este año 2018 y hemos llegado a este final con 20 años de bendiciones inimaginables que han equilibrado el alma y el espíritu de una sociedad que ama la PAZ
¿Qué nos vendrá los próximos 20 años a partir de 2019?
¡Otro país es posible!

Nuestro legado… también es sagrado


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Iván Méndez

Ingeniero. Articulista, productor/locutor y conductor radiofónico. Escritor

 ivanmendez2103@gmail.com

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