Se fue Ali: Adiós

Nadie puede negarle un reconocimiento revolucionario en cuanto a lo político se refiere. Creo que fue de los luchadores que como dice mi hermano: PASARON EL CHARCO Y NO SE EMPANTANARON.

Recuerdo una anécdota por allá por los años 65 o algo más. Estaba la guerrilla, aun en pleno apogeo, aunque muy debilitada. Ali, venia de casarse con una profesora que a su vez trabajaba con mi hermana en un liceo de Caracas. No eran muy amigas, hay que decirlo pues ella era muy reservada. Era comprensible. Pero había un vínculo común entre ellas que era mi hermano.

Un día, mi hermano, le pide a mi hermana que necesitaba una "concha" para Ali y su recién esposa, pues luego él se iría de nuevo al campo de batalla.

Mi hermana, con sólidos principios revolucionarios no se negó y le dijo que sí, pero debía antes hablar con su esposo, a quien le había quedado bien arraigado el aprendizaje de miembro de la Seguridad Nacional, pues allí se inició en su primera actividad laboral. La respuesta de este fue: Si traes a ese hombre para acá, yo lo denuncio a la DIGEPOL, y a ti también. Eso eran palabras mayores, por lo que decidieron cambiar la concha, que no se a donde fue. Pero a las 2 de la madrugada hay un despliegue de matones de la DIM, en la casa de mi hermana, ambos cuerpos de seguridad entrenados en la Escuela de las Américas. Sumamente sanguinarios, cuya fuerza le fue aplicada con todo rigor al padre de la Diputada de la oposición, Delsa Solórzano. Ella tiene que saber, pues aunque pequeña, la zozobra se vivía a diario en cualquier hogar venezolano, bien por comisión, bien por omisión, o simple sospecha, o cualquier ajuste de cuentas que a alguien con la pistola en la mano, se le ocurriera que alguien le debía. Eso se llama dictadura, Diputada.

Como dije anteriormente, llegaron los cuerpos de seguridad de la Dictadura Adeco-copeyana, y sin miramientos de ninguna clase empezaron a disparar, tumbar puertas y a agredir a quienes encontraran, a su paso, no importa que fueran niños, que aún eran, los de mi hermana. Se había cometido el delito de DELACION por parte de mi cuñado. Pero Ali no estaba allí, pero si mi hermano, en un tránsito corto desde las montañas de Falcón, y tuvo que lanzarse por un barranco, que gracias a la oscuridad del momento, pudo escapar, no sin antes haberle disparado varias ráfagas de ametralladora, se escondió en el monte y conocedor del terreno, pudo escapar CON VIDA. Aún hoy lo está. Hubo lealtad de parte de mi hermano.

Pasados los años, cuando llega el comandante Chávez al poder, toma gran importancia la figura de Ali. (Mi hermano, como siempre lo dijo: un revolucionario no anda detrás de las cuotas de poder, sólo tiene que hacer lo suyo para que la revolución triunfe; nunca buscó ni cargos ni figuración). Cumplió con varias responsabilidades, y a mi juicio fue un gran apoyo en los inicios del proceso revolucionario, en todas donde le tocó desempeñarse. Con seriedad, profesionalismo y lealtad; al menos así lo veo yo. Coincidieron, él y mi hermano, en algunas reuniones ya con la distancia que produce el que ejerce un alto cargo, y aquel que un día, fue su compañero de combate. Hablaron muy escasas veces. Mi hermano fue a visitarlo a PDVSA, y fue bien recibido, por Ali, pero con el consabido límite de tiempo pues las "reuniones" copan gran parte del tiempo de estos altos empleados. Hay que decirlo, en la mayoría de los casos, estas reuniones ni son tales, ni tan importantes.

Pasado el tiempo, a mi hermano le detectan una enfermedad que empezaba a limitarlo, pero él quería confirmar si realmente era ese el diagnóstico correcto, y a mí se me ocurre que él debía ir a Cuba con el Plan de atención que tienen firmado los dos gobiernos. Todas las puertas cerradas, tuvo que acudir e los CDI de su localidad, donde mantienen el diagnóstico: PARKINSON, pero no le pueden garantizar la medicina. Por mi parte, me valí de un antiguo amigo de ellos y conseguí el teléfono privado de Ali que por esos días estaba en Caracas proveniente de Cuba, y de manera arbitraria suplanté la identidad de mi hermano y le hice un llamado urgente pidiéndole ayuda. No pasaron 3 minutos sin que la respuesta llegara. Yo le contestaba como si fuera mi hermano, por lo que le pedía que me recibiera que quería plantearle mi situación. De manera "diplomática" él me decía que no era necesario que nos viéramos, que me llamaría en 10 minutos. Antes de los 10 minutos tengo la respuesta: Preséntate mañana a las 7 de la mañana en el Hospital Militar, Piso 7 (creo), y diles que vas de parte mía. Ni siquiera me hizo una llamada, todo a través de mensajes de texto.

Así fue, pues yo tenía a mi hermano al lado, pero él no sabía en lo que yo estaba texteando a cada segundo. Hice quedar bien a Ali ante los ojos de mi hermano. Efectivamente, lo estaban esperando: órdenes expresas de Ali. Lo recibieron y lo atendieron a cuerpo de rey como se dice. Todos los exámenes confirman el diagnóstico, no obstante, de allí lo refieren al Acuerdo Cuba-Venezuela de Atención en Salud, para ser enviado a Cuba.

El contacto con Ali, se había perdido. Instalado en Cuba, era Ali el Embajador, él le hace llegar una nota que quiere saludarlo, pero la respuesta de este fue que "estaba muy ocupado" y le envió 30 Dólares, que mi hermano no se los estaba pidiendo. Coincidió que había una celebración entre los dos países y del centro donde estaba alojado mi hermano, los llevaron a participar. Allí no pudo acercársele, pues las "medidas de seguridad" lo impidieron. Demás está decir que mi hermano no andaba con corbata y flux o una indumentaria que lo identificara con alguien que tuviera la cualidad de ser recibido por el Embajador. Lo saludó con una mano en el aire., a mucha distancia y pensé que el cuento terminaría que el Embajador mandaría a buscar en su limusina al antiguo compañero de combate que va a morir con las botas puestas, aunque cada vez más ausente. Mi hermano terminó el tratamiento, le dieron el alta, confirmaron el diagnostico, se regresó y no puedo ver al Embajador.

Hago todo este periplo, porque no es el único caso que he tenido que presenciar. Lamentablemente, tengo que decir que nuestro problema es más agudo de lo que se pueda imaginar: Hemos perdido mucha humanidad. Creo que hasta los adecos y copeyanos llegó la era en que los lazos que se tejían en momentos duros y difíciles de la persecución y tortura por parte de las dictaduras de Gómez y de Pérez Jiménez, eran lazos imborrables y se trasmitían hasta las nuevas generaciones. Este es hijo de fulano y este fulano me "enconchó" en un duro momento, sin lo cual yo habría muerto. Eso tengo que decirlo en descargo de los adecos y copeyanos. Esos lazos eran irrompibles. ¿Pero que pasa con nuestros revolucionarios? Teóricamente tendrían que tener más sensibilidad y humanidad dado los principios de solidaridad y los de lucha por una justicia social, no por el poder, como lo hacían aquellos.

Tarde piaste, pajarito, dirán. Ali no está para defenderse. Pero cuando le pregunté a mi hermano porque Ali no lo recibió en La Habana; su respuesta noble y desinteresada: No podía, camarada,….el camarada es un hombre muy ocupado ¿? ¿?¿?¿?¿?.

Aquí dejo este relato y ojalá los cuadros, del proceso revolucionario, tales como Aristóbulo Istúriz, Cilia Flores, Diosdado Cabello, Elías Jaua, entre otros cuya anécdota les cuadra perfectamente, les sirva de faro para ver tanto egocentrismo y no sólo abrazar cuando se busca el voto. Eso hay que dejarlo a la cultura adeco-copeyana, que bien metida en nuestros tuétanos la tenemos.

Es importante decir, que esto no lo leerá mi hermano, o al menos, no tendrá la capacidad de análisis que tuvo. La enfermedad lo ha consumido, y si pudiera, no lo avalaría; su lealtad tiene otras aristas, que no las tengo yo.

alborada2176@gmail.com


 



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