Volver a nuestras raíces

Todo árbol por más frondoso que sea, tiene raíces que lo sustentan y nutren, ya que ellas son las encargadas de buscar la fuente y el origen de su existencia.

Todo proceso vital como es normal, si quiere perdurar en el tiempo, tiene que volver de la misma manera a las raíces profundas y originarias que le han dado origen a su existencia.

En estos momentos de crisis que vivimos las y los venezolanos, debemos mirar la historia y ver que a lo largo de ella, los pueblos que han logrado sobrevivir a los embates y adversidades históricas a las que se han visto sometidos, son las de aquellos que han retornado en esos momentos a la fuente que dio origen a sus luchas y logros.

Si esto es cierto y estamos de acuerdo en lo afirmado previamente, nuestra Revolución tiene sus orígenes en el pensamiento Bolivariano, que nos hizo redescubrir nuestro comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías y que lo vinculó a otras dos raíces importantísimas, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. Además nos colocó otra raíz no menos importante, la figura de Jesús de Nazaret.

Ahora, ninguno de ellos debe ser un "pensamiento muerto" como decía el panita Ali Primera, a menos que queramos olvidar que unido a todo esto Chávez, con su vida, le dio un cariz muy especial, una manera muy particular de re-conocerlo y hacerlo parte fundamental de su vida y su pensamiento y obra.

Esa expresión de Bolívar de no dar descanso a su brazo, ni reposo a su alma hasta no ver liberada la Patria de todo lo que le hace daño y la domina, sigue siendo más vital que nunca en el momento presente.

El pensamiento de un Simón Rodríguez que nos vuelve a invitar a ser creadores y a inventar en medio de las circunstancias tan adversas como la que nos encontramos, es tan fundamental porque si no, nos mantendremos en el error, que nos llevará a debilitarnos en elementos como la corrupción, el clientelismo, el amiguismo que nos está azotando y no queremos reconocer.

Volver a nuestras raices es volver a un Ezequiel Zamora que ante el peligro que significó la negación por parte de un grupo de oligarcas de ese momento histórico posterior a las luchas de independencia, de las promesas hechas por el Libertador al pueblo, se lanzó de nuevo a la batalla y por la búsqueda de la verdadera soberanía nos deja su grito de "Tierra y hombres libres". Eso implicaba enfrentar como decía el Che, a aquellos que conciben a las revoluciones como su manera de enriquecerse y vivir a costa de ellas y no a favor de luchar por quienes son los últimos beneficiarios: el pueblo llano.

Afirmamos junto a Chávez que volver a nuestras raíces es también reencontrarnos con el Jesús de Nazaret. No ese Jesús adormecido en los altares que nos ha querido presentar una religión adormeciente y cómo diría Marx, opio o droga para el Pueblo, sino un Jesús cercano, amigo, compañero, hermano, fraterno, solidario, sensible con el hermano caído, excluido, marginado, explotado y que en la vida de este gran hombre que la Historia nos dio, se hizo vida en su entrega completa en esa misma dirección.

Chávez como parte de esa raíz nos hizo descubrir que ese pueblo, ese hermano, esa mujer, ese niño, ese adulto mayor era más importante que cualquier riqueza material que poseamos y que cualquier cosa que hagamos tiene que estar encausada a ser generadora de la mayor suma de felicidad para esta población.

En medio de todo esto, nos preguntamos si estamos dispuestas y dispuestos a volver a estas raíces, o a dejarnos llevar por la vorágine de todo lo que nos quiere atropellar y no permitirnos seguir adelante en la historia.

Cierto es que el Imperio no nos quiere vivos para poder lograr sus intereses, y por eso nos quiere estrangular con su guerra económica y política a la cual nos tiene sometidos, pero también es cierto que al interior de nuestro propio proceso revolucionario nos hemos permitido, en las distintas dimensiones de la vida nacional, generar formas y modos de vida que van en contraposición con el proceso revolucionario y nos están haciendo mucho daño y que si no los detenemos nos van a destruir, porque "después del ojo afuera, no vale Santa Lucía".

A esas situaciones generadas por esas mafias que se han ido enquistando a la sombra de nuestro proceso revolucionario hay que desenmascararlas y actuar con urgencia desde el pueblo organizado que toma fuerzas desde sus propias raíces.

Pretendemos con esta reflexión abrir el debate, pero no un debate estéril que se pierda en el tiempo, sino un debate urgente realizado en medio de la marcha de un pueblo que requiere respuestas urgentes, si, urgentes, y vitales a sus interrogantes de si vale o no la pena seguir luchando por lo que nos legó nuestro Comandante Chávez.

De este debate depende la vida de nuestro pueblo y la continuidad de nuestro proceso revolucionario.

Requerimos propuestas a nivel nacional que desde el pueblo genere con presión el golpe de timón tan necesario para los cambios que hay que hacer en estos momentos históricos que vivimos.

Servimos entonces la mesa...

jorgepenaloza1958@gmail.com



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