Gracias Hidrosuroeste –HSO-

No pensamos, no reflexionamos, no asumimos miles de compatriotas, de conciudadanos, de venezolanos y extranjeros que poblamos este pedazo de tierra, que con nuestra irracional conducta estamos siendo partícipes y como tal culpables de la mayor tragedia sucediéndose ante nuestra pasmosa insensibilidad e indiferencia cuando contribuimos con malsanas conductas al calentamiento global y por ende a la proliferación de cambios climáticos y fenómenos meteorológicos que pudieran evitarse expresados en alternantes y prolongadas sequías y vaguadas-precipitaciones, inesperadas y colosales.

Aterrorizados vemos como decenas, centenas de irresponsables mantienen sus vehículos encendidos por largos períodos de tiempo, detenidos, y con el acondicionador de aire al máximo; como desperdician el agua lavando pisos y fachadas con instrumentos en mala hora diseñados para tal fin; como pierden agua lavando vehículos a granel con el potable líquido o como no remedian permanentes fugas de agua en cada uno de sus hogares. No digamos palabra del mal uso del plástico, hoy proscribiéndose a nivel mundial, todo ello como minucias que nos atañen, entre muchas otras, a cada uno de nosotros en forma individual y que pudiéramos corregir a título y llamado de conciencia exclusivamente personal, en beneficio del ambiente.

Estos cambios climáticos a los cuales sin saberlo o ignorándolo irresponsablemente a diario contribuimos, nos han llevado a que lluvias inesperadas hayan trastocado nuestro gran acueducto del Táchira y en ese momento comienzan las acervas críticas, mirando de soslayo, viendo la paja en el ojo ajeno e invisibilizando nuestra viga en ojo propio; despotricando del gobierno, de las instituciones, maldiciendo y multiplicando rumores, utilizando las telarañas digitales mal llamadas redes sociales desde donde se dispara a mansalva por hordas de guerreros del teclado, muchos de estos "guerreros" dualmente depredadores del ambiente y copartícipes de la tragedia.

Los trabajadores de HidroSuroeste, desde el más humilde obrero hasta la gerencia más encumbrada –me refiero a la realmente preocupada y batalladora- nos han sacado de esta sequía hogareña en tiempos de vaguadas, luego de inmenso sacrificio y dedicación bajo duras condiciones de trabajo en los páramos andinos de azules lagunas y nieblas permanentes.

A ellos nuestro eterno agradecimiento, nuestra felicitación y aliento, esperando que todos sus beneficios laborales por tan encomiable labor les sean total y oportunamente reivindicados. Así hacemos crecer un País, más allá de los venales críticos, usualmente politicastros oportunistas, persiguiendo votos y los ecocidas variopintos que no parecieran venezolanos.

Merecidas congratulaciones nuevamente. Ya tenemos agua. Pensemos un poco.

grupochely@gmail.com



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