Elecciones insípidas

Faltando solo ocho semanas para el próximo evento electoral de la República
Bolivariana de Venezuela, donde se elegirán más de 4 mil ediles, sobre los
cuales pesa la responsabilidad de controlar las gestiones municipales,
léase alcaldes(as), y quienes en teoría deberían tener el mayor
acercamiento al pueblo por su obligación de crear ordenanzas en función del
beneficio de la ciudadanía, no se siente el entusiasmo de tan importante
cita.

Analicé algunas variables de tan fría actitud y destacó que las personas
tienen otras prioridades como molestias por la falta de controles en los
precios, además de la débil difusión del proceso electoral, desvinculación
de la elección con los problemas cotidianos y para colmo, el
desconocimiento público, casi que secreto, del nombre de las y los
candidatos.

Luego, para no quedarme solo en ese enfoque de las causas, desglosé las
variables mencionadas con resultados que los lectores pueden suponer sin mucha
profundización, tal como la guerra económica, la adquisición de útiles
escolares y por supuesto, la angustia consumista (capitalista) que genera
el mes de diciembre, por aquello de la tradición, regalos y festividades.

Sin embargo no me conformé, e indagué sobre lo que más me llama la atención
(el poco entusiasmo electoral) y hallé otros elementos, uno de los cuales
está vinculado con el alto gobierno, quien debe priorizar alertas en cuanto
al asedio internacional y el otro elemento, el rechazo que genera en la
población política decisora, la imposición de candidaturas carentes de
arraigo popular, lo cual invita a la táctica de "pasar debajo de la mesa",
mientras la oposición se inunda en sus infinitas contradicciones y los
partidos del Gran Polo, se "reparten" algunos curules.

Así que, en ese contexto reflexioné sobre esta revolución definida como
socialista, que tiene dentro de sus objetivos la construcción del "estado
Comunal", pero con la pesada carga de su coexistencia con el estado
colonial vigente aun, pues los concejos municipales, originalmente fueron
asambleas vecinales de los reinos cristianos de la península ibérica, en la
alta edad media (Siglo X) y por supuesto, los concejales, responden a esa
estructura.

El caso es, que los partidos nuevamente aplicaran su "fórmula dedocrática"
para designar a los ediles, excusados en el criterio de "alianzas
perfectas" o categorías similares, subestimando otra vez al pueblo
(Inocente ON: quizá como parte de la estrategia), en una usanza de las
viejas tertulias políticas aragüeñas cuando la elección pintaba fácil, que
rezaba "así le pongas a japajapa, japajapa les gana".


Vitamina

vargascastrogusy@gmail.com



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