La paz Colombo-Venezolana: una visión de cómo nos la alteran desde la economía subterránea

Las fuerzas enemigas de la paz saben que al individualizar el ser logran su propósito. Saben que el individuo lucha por su estomago sin usar el corazón ni el cerebro. Decontruyen la conciencia social y desde la individualidad nos pone a pelear pueblo contra pueblo.

Hoy quienes creemos en la lucha social y en un mundo mejor nos toca desarmar la guerra y sus distintas formas operativas.

Del lado venezolano un periodo de preconflicto y del lado colombiano un prolongado conflicto donde en el corto mandato de Duque van más de 35 líderes sociales asesinados que suma más de 110 en este 2018.

Sangre y fuego en Colombia para que la paz no se consolide. Ataque financiero, guerra económica y desesperanza para que la paz no se consolide en Venezuela.

Entre los pueblos no debe haber fronteras, pero los enemigos de la paz nos dividen como pueblos generando desigualdades y ahora intentan ponernos a disputar una guerra que solo ellos generan y que solo a ellos benefician.

Ellos, los enemigos de la paz quieren sangre y recursos de nuestro subsuelo. Petróleo, oro, agua, plantas, bosques, flora, fauna y una larga lista de requerimientos para su insaciable sed de riquezas materiales.

Por eso no dudan del lado colombiano en depreciar constantemente el valor del Bolívar captando el cono monetario para convertirlo en mercancía y desde el diferencial ir bajando el poder adquisitivo del salario venezolano al darle mayor capacidad de compra a un sueldo mínimo colombiano cuando se hace efectiva la triangulación financiera. Dando inicio a la depredación de los productos venezolanos donde el contrabando juega un papel muy destacado en el saqueo al país.

Esta estrategia financiera es altamente efectiva y da mucho resultado al punto que los creadores de la guerra, ahora gritan al mundo que debe haber ayuda humanitaria y quienes deben traerla son los infantes de marina y mercenarios dispuestos en las bases militares que están en toda nuestra frontera patria.

Al destruirse la economía, las instituciones pierden capacidad de acción donde deviene el desgobierno y al no haber gobernabilidad se pierde la confianza y llega la desesperanza. Esto último es lo que usan los enemigos de la paz para profundizar las desigualdades y legitimar la violencia y la guerra.

La paz es un estado de armonía. Paz para una economía sana y paz para construir esa economía sana, centrada en el ser humano y no en el individuo que explota y aliena.

Paz es amor y amor es construir un mundo mejor. Desarmemos la guerra, desarmemos el ataque financiero y la guerra económica. Esa depredación a nuestra economía son los causantes de la desarmonía y paz interior, nos altera la vida cotidiana, nos hacen ver al pueblo colombiano como nuestro enemigo y el pueblo colombiano cree que debe liberar al pueblo venezolano de un yugo que no existe y solo es creado por quienes manipulan la economía monetaria de un país para causar los estragos que hoy padecemos.

La paz no es una utopía es una realidad por construir. La paz no solo es un estado donde no hay confrontación armada, es un estado donde el individuo pasa a ejercer su ciudadanía, pasa a buscar "momentos sociales, cada vez más ricos en valores colectivos" y en ese mismo momento reconoce al otro como parte de la solución a sus propios problemas y no como el enemigo para una guerra donde solo los que la desean no la luchan.

Resistir y vencer la exclusión, segregación y violencia de un apartheid financiero que no nos damos cuenta y opera en frontera. La segregación económica bloquea cualquier intento por explicar los motivos de empobrecimiento colectivo y la única voz son los medios autorizados con sus artillerías del pensamiento, es decir los economistas que si "saben" y manipulan a las masas sin dar respuesta al verdadero causante de los males del país cuando estamos bajo el más atroz ataque financiero y guerra económica.

Nos roban la cotidianidad, lo social. Al distorsionar todo lo diario. Es una especie de aniquilación mutua de los pueblos, mientras los invasores esperan pacientes la destrucción y el despoblamiento para ocupar las ruinas para llevarse sus riquezas.

"esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza" nos dice Martin Luther King. Construyamos desde los pueblos lazos de solidaridad y prosperidad social. Del lado venezolano tenemos necesidades y oportunidades de emprendimiento. Del lado de nuestro pueblo hermano colombiano materias primas y producción pero también con un enorme deseo de reconocimiento de su clase trabajadora expuesta a años de explotación laboral y saqueo de su fuerza de trabajo.

Construyamos lazos de intercambio, producción y comercio sano entre los pueblos. El estado Colombiano es un enemigo de la paz. Por ende solo nosotros como pueblo podremos salir adelante.

Nosotros tenemos gasolina para su parque automotor y las industrias básicas para la producción sana. Los enemigos de la paz la quieren solo para seguir produciendo la droga mimetizando y asesinando a nuestra juventud. En una economía sana podremos intercambiar bienes y servicios donde se beneficien ambos lados de frontera.

No es una utopía. Es en el hecho económico donde está el origen de las desigualdades sociales, el empobrecimiento y la alienación de nuestros pueblos. Los enemigo de la paz saben que la única manera de quitarnos las riquezas es inventando guerras. Para ello necesitan socavar la moral y quitarnos la visión de un futuro prospero en producción que solo la paz lo puede lograr. Por ello, manipulan la economía para tal fin.

Gandhi decía "La persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero". Los estudiosos de la guerra lo saben también, por eso nos alteran la cotidianidad para sus fines. Solo nosotros seremos capaces de vencer a este enemigo. Es el enemigo de los pueblos. Es el sistema capitalista que asesinó a Cristo, porqué sacó a los mercaderes del templo. Es el sistema sionista financiero que hoy quiere seguir llenando de lágrimas y sangre nuestra tierra. Son los que quieren que no nazca un nuevo sistema financiero en Venezuela y el mundo a través del Petro como nueva forma de intercambio monetario con verdadero respaldo.

Hoy convocamos nuevamente a la lucha de Cristo por la redención de los pueblos, por nuestro prójimo, la misma lucha del Bolívar, Ché, Fidel, Camilo, Marulanda, Allende y nuestro comandante eterno Hugo Chávez Frías.



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David Vivas


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